13
septiembre 2017
Paquete
se basa en supuestos económicos realista.
Positivo
que continúe la consolidación fiscal
Presupuesto
significará que deuda como porcentaje del PIB continúe disminuyendo en 2018
Mejores
perspectivas fiscales en el corto plazo; la deuda pública podría reducirse a
47% en 2018
La
SHCP entregó el paquete fiscal para 2018 el viernes pasado. Plantea un
presupuesto responsable y basado en supuestos realistas. Estimamos que el
Congreso lo autorizará sin modificaciones sustanciales. Se plantea una
reducción del déficit fiscal, medido por los requerimientos financieros del
sector público (RFSP), de 2.9% aprobado para 2017 a 2.5% del PIB para 2018, lo
que implicaría un superávit primario de 0.9% del PIB, que compara
favorablemente con la cifra de 0.4% aprobada para 2017. El déficit de 2.5% para
2018 es mayor que el estimado de 1.4% para 2017 porque este último incluye las
ganancias de Banxico de 1.5% del PIB obtenidas en marzo de este año. Así, si
comparamos los números sin las ganancias no recurrentes de Banxico, la mejora
propuesta para el déficit fiscal es de 0.5% del PIB. De cumplirse este
presupuesto, la deuda como porcentaje del PIB continuará disminuyendo el próximo
año, y se ubicaría en niveles de 47.3% del PIB (vs. 50.1% al cierre de 2016 y
un estimado de 48.0% para el cierre de este año). El presupuesto considera los
siguientes supuestos:
Estima
un rango de crecimiento del PIB de entre 2.0% y 3.0% para 2018, siendo el punto
medio de 2.5% algo mayor a nuestro estimado (2.0%)
Un
precio promedio del barril de petróleo de exportación de 46 dólares (vs. 43 en
2017) y un tipo de cambio de 18.1ppd. Un aumento en la producción de petróleo
de 2.0% (a 1.98 mdb diarios), pero una reducción en la plataforma de
exportación de 10.1%, al pasar de 989 mdb a 888 mdb diarios.
Un
déficit de cuenta corriente de 1.8% del PIB.Se espera una convergencia de la
inflación con la meta de 3.0% al cierre de 2018 (BBVA Research: 3.7%) y una
tasa monetaria estable en 7.0% (BBVA Research: 6.0% al cierre del año).
Entre
los riesgos a la baja para la economía mexicana, los CGPE 2018 identifican: 1)
Problemas relacionados con la renegociación del TLCAN, 2) Menor crecimiento
económico en EE.UU. respecto al previsto, que resultaría en una menor tasa de
crecimiento de las exportaciones. 3) Condiciones menos favorables a las
esperadas en los mercados financieros internacionales, que generarían
condiciones más restrictivas de financiamiento externo. 4) Menores precios
internacionales del barril de petróleo crudo o un menor dinamismo de la
plataforma de producción de petróleo crudo, que tendrían un impacto negativo en
los ingresos petroleros del sector público.
Se
estima un aumento conservador en los ingresos presupuestales
Para
2018, se proponen ingresos presupuestarios por 4,735 miles de millones de pesos
(mmp), monto que representa un incremento de 3.6% real respecto a los ingresos
aprobados para 2017. Este dinamismo estará impulsado principalmente por el
incremento en los ingresos tributarios, en particular, los impuestos recaudados
a través del sistema renta (que aportarán 1.5 puntos porcentuales (pp) a la
variación real) y el impuesto al valor agregado (IVA), cuya aportación
ascenderá a 0.9 pp. Este desempeño se explica por la evolución favorable
observada en la recaudación durante 2017 y el mayor crecimiento económico
esperado para 2018. Por su parte, los ingresos no tributarios contribuirán con
1.4 pp a la tasa de crecimiento real y los ingresos petroleros tendrán una
aportación de 0.2 pp (Gráfica 1).
Como
porcentajes del PIB, se espera que los ingresos presupuestales asciendan a
20.7% en 2018, porcentaje ligeramente mayor al aprobado en 2017 (20.5%). Cabe
señalar que, para el cierre de 2017, se espera que los ingresos presupuestales
representen 21.1% del PIB, sin considerar ingresos no recurrentes (sin
compensaciones). Este incremento de 0.6 puntos porcentuales respecto al monto
aprobado se debe a una mayor recaudación y mayores ingresos petroleros. Si
adicionalmente se consideran los ingresos no recurrentes asociados al entero
del Remanente de Operación de Banco de México (ROBM) por 1.5 puntos
porcentuales del PIB y otros ingresos excedentes por 0.1 puntos procentuales
del PIB[1], los ingresos estimados para 2017 (con compensaciones) ascenderían a
22.7% del PIB (Gráfica 2).
El
costo financiero de la deuda y el pago de pensiones y jubilaciones, las
principales fuentes de presiones sobre el gasto público
Para
el presupuesto de egresos de 2018 se propone un gasto neto pagado de 5,201.7
mmp (5,236,4 mmp devengado). Este monto representa un incremeto real de 2.2%
respecto al gasto neto pagado aprobado para 2017. Las principales presiones al
gasto provendrían del costo financiero de la deuda (el cual aportaría 1.2pp al
incremento real) y del gasto asociado a pensiones y jubilaciones (que
contribuiría con 0.8 pp al crecimiento). Por su parte, el crecimiento en
participaciones a entidades federativas y municipos aportaría 0.6 pp,
contribución igual a la propuesta para el gasto de operación (a diferencia del
presupuesto propuesto y aprobado en 2017, en donde para este último rubro se
presentaba un esfuerzo de reducción). Finalmente, el gasto de capital (que
incluye la inversión física del sector público) seguirá absorbiendo el esfuerzo
de contención, al igual que las erogaciones destinadas a subsidios (Gráfica 3).
Imágenes
integradas 2
Como
porcentajes del PIB, en 2018, el gasto del sector público alcanzaría 22.8% en
2018, igual al aprobado para 2017. Para el cierre de 2017, se espera que el
gasto neto sin compensaciones (es decir, sin incluir la aplicación de los
recursos obtenidos por el ROBM y los ingresos excedentes con destino
expecífico) sea 23.4% del PIB, 0.6 puntos porcentuale por encima del autorizado
para el año. Este incremento estaría financiado por los 0.6 puntos porcentales
provenientes de ingresos mayores a los presupuestados. Por su parte, al
considerar la apliación de los ingresos del ROBM y los excedentes con destino
específico[2], el gasto neto ascendería 24.0% del PIB. (Gráfica 4).
Se
propone un superávit primario de 0.9% del PIB, mayor al aprobado para 2017,
implicando un esfuerzo de consolidación fiscal de 0.5% del PIB
La
dinámica propuesta para los ingresos y gasto públicos daría como resultado un
déficit presupuestario en 2018 equivalente a 2.0% del PIB, menor al déficit
aprobado para 2017 (2.3%). Por su parte, al descontar el gasto asociado al
costo financiero del sector público, se lograría en 2018 un superávit primario
de 0.9% del PIB, mayor al aprobado para 2017 (de 0.4%). Destaca que las metas
de balances públicos aprobadas para 2017 podrán lograrse aún sin tomar encuenta
las operaciones compensadas asociadas al ROBM y otros ingresos excedentes. Si
se toman en cuenta estos ingresos (y los gastos con destino específico
asociados), el déficit presupuestario ascenderá a 1.3% del PIB, mientras que el
superávit primario alcanzará 1.4% del PIB en 2017 (Gráfica 5).
Por
su parte, la medida más amplia del balance fiscal, los Requerimientos
Financieros del Sector Público[3] (RFSP), alcanzarían en 2018 2.5% del PIB,
menor al 2.9% aprobado para 2017. Para el cierre de 2017, sin tomar en cuenta
las operaciones compensadas, los RFSPs serían de 2.5% del PIB, mientras que
considerando dichas operaciones se lograrían RFSPs equivalentes a 1.4% del PIB,
el menor indicador observado desde 2008 (Gráfica 6).
La
medida más amplia de deuda pública, el SHRFSP, mantendrá la trayectoria
descendente iniciada en 2017
Para
2017, se estima que, sin tomar encuenta las operaciones compensadas, el Saldo
Histórico de los Requerimiento Financieros del Sector Públicó (SHRFSP) ascienda
a 49.5% del PIB, 0.7 puntos porcentuales menor al porcentaje aprobado para
2017. Si se consideran los recursos asociados al ROBM, el SHRFSP serán
equivalentes al 48.0% del PIB. Por su parte, con la reducción propuesta en los
RFSPs (de 2.5% del PIB) y el incremento del superávit primario (en 0.9% del
PIB), se estima que el SHRFSP sea equivalentes a 47.3% del PIB en 2018 (Gráfica
7).
Valoración
El
presupuesto de 2018 no tiene sorpresas y el gobierno mantiene el compromiso con
la consolidación fiscal y reducción de la deuda pública como porcentaje de PIB.
Consideramos alcanzable la meta de crecimiento real de los ingresos
presupuestales, principalmente porque en los últimos años los ingresos
observados al cierre del ejercico fiscal, aún sin incluir los ingresos
extraordinarios, han superado a los ingresos aprobados en el presupuesto. Dada la recurrencia de estos resultados,
sería conveniente contar con mecanismos más transparentes para asignar los
ingresos excedentes (por encima de los presupuestados), a fin de que una mayor
proporción se destine a mejorar los balances fiscales y no a financiar gastos
por encima de lo presupuestado al inicio del año. Al igual que en 2017, las
principales presiones de gasto provienen del costo financiero de la deuda
pública y el pago de pensiones y jubilaciones. Consideramos que sería
conveniente considerar medidas para contener la expansión del gasto en participaciones
a estados y municipios y estrategias para lograr la recuperación de la
inversión pública, a fin de no comprometer el potencial de crecimiento de la
economía. El nuevo gobierno deberá buscar mecanismos para revertir la tendencia
reciente de la inversión pública.
Consideramos
positiva la mejora en los balances públicos y los esfuerzos por mantener la
disciplina fiscal para continuar con la trayectoria descendente de la deuda
pública. Dicha disciplina deberá conservarse en el futuro, manteniendo el
objetivo de superávit primario cada año para evitar repetir el incremento de
12.4 puntos porcentuales del PIB en la deuda pública entre 2012 y 2016. Hacia
delante, además de ello será necesario buscar mecanimos para que los esfuerzos
de reducción del gasto no provengan de la reducción consistente del gasto en
inversión pública, a fin de mantener el equilibrio fiscal, pero contribuyendo
al crecimiento de la actividad económica.
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