Los habitantes de Cacahoatán arrean los animales
de carga para que los productos básicos no falten a las familias chiapanecas
Son las primeras horas del día y aunque los
rayos del sol logran asomarse a través de la espesa neblina, la visibilidad es
casi nula. Se trata del ejido Azteca, en Cacahoatán, Chiapas, donde se cargan
las bestias de carga con productos de la canasta básica. El destino: Piedra
Parada.
Es justo aquí donde la importancia de Diconsa
cobra fuerza, sus 26 mulas inventariados inician su trayectoria. Son los que
movilizan la canasta básica a las pequeñas poblaciones enclavadas en las faldas
del volcán Tacaná.
A esta zona de la geografía chiapaneca, la
paraestatal lleva mensualmente alrededor de 10 toneladas de comestibles. “El
camino es duro, pues entre brechas, lodo, lluvia y una mínima claridad hay que
caminar. Lo único que nos alienta a seguir es la satisfacción de llevar
alimento a quien carece de él”, afirmó el subjefe administrativo del almacén
rural Tuxtla Chico, Marco Antonio del Valle.
La forma de abastecer a los ejidos de
Tecoytac, Piedra Parada y Soledad y Progreso es semanalmente. Con días de
anticipo, los pobladores hacen su pedido al almacén Tuxtla Chico. Regularmente
requieren maíz, frijol, sardina, atún, harina de maíz y artículos de limpieza.
La paraestatal lleva en vehículos automotores los productos hasta el ejido
Azteca, donde termina la carretera. El resto será trabajo de los semovientes.
Marco Antonio del Valle reiteró que el éxito
del abasto oportuno es la suma de voluntades, así como la capacidad de
coordinar acuerdos entre Diconsa y los pobladores, quienes al amanecer
trasladan los productos, ya que en ese horario la lluvia es mínima. Las mulas
cargan alrededor de 100 kilogramos y se internan en la selva de niebla para transitar
por más de dos horas hasta llegar a sus localidades.
La tienda comunitaria de Piedra Parada surte
alimentos con alto valor nutricional a cerca de 270 habitantes y ofrece un
ahorro superior a 20% en los productos de la canasta básica y hasta 50% de ahorro
en la compra de maíz.
El almacén rural Tapachula también utiliza
animales de carga para llevar alimentos de alto valor nutricional a las
comunidades vulnerables El Naranjo, Chespal Nuevo, Chanjalé y Salchiji, destacó
por su parte el jefe del almacén rural de Tapachula, Próspero Gómez Ponce.
Aunque las mulas son propiedad de Diconsa,
añadió, los encargados de las tiendas y de los Comités de Abasto son quienes
tienen el compromiso de cuidarlas, ya que estos representan una eficaz
herramienta de trabajo que les permite tener abastecidas sus tiendas en tiempo
y forma.
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