El rápido aumento en el número de personas,
quienes pueden elegir qué y cómo compran, se traduce en cambios significativos
en los hábitos de consumo y en el
comercio internacional.
Entender estos cambios y cómo influirán en
los consumidores, en el futuro, será cada vez más importante para las empresas.
27 de diciembre de 2016.- Las empresas
deberán modificar la forma en que crearán y ofrecerán sus productos y servicios
en los próximos 20 años para estar en línea con la naturaleza cambiante de los
consumidores y el rápido crecimiento de esta clase y su poder adquisitivo, de
acuerdo con el estudio Futuro de la Demanda del Consumidor de HSBC.
El reporte calcula que dentro de las próximas
dos décadas, 90% de las personas a escala mundial formarán parte de una ‘clase
consumidora’ -aquellos que tienen el interés y la capacidad de consumir- que
tendrá más información y alternativas que nunca al momento de adquirir sus
bienes y servicios.
Para entender y aprovechar las oportunidades
que presenta esta creciente clase, el estudio señala que las empresas deberán
considerar cambios demográficos y culturales como el crecimiento de los
consumidores de ingreso medio, el auge del poder de consumo de la mujer, el
consumo multigeneracional, la ética y
transparencia empresarial y, por supuesto, los avances en la tecnología digital
y la conectividad de los usuarios.
En lo que respecta al crecimiento del número
de consumidores de ingreso medio (aquellos quienes ganan entre $10 y $20
dólares al día), el Futuro de la Demanda del Consumidor de HSBC señala que
representa un factor importante para las empresas debido a que se estima que
este sector alcance los 3 mil 200 millones de personas para 2020 y los 4 mil
900 millones una década después. Actualmente equivalen a una de cada siete
personas de la población mundial.
Es transcendental también que los líderes de
las empresas, tanto nacionales como multinacionales, comprendan las diferencias
y similitudes de consumo entre los mercados emergentes y los mercados
avanzados, así como las diferencias culturales de cada nación y de los grupos
demográficos que influencian en las conductas de los consumidores (consumidores
de ingreso medio, femeninos e intergeneracionales)
El reporte explica que la gente tiene ahora
mayor conocimiento sobre sus necesidades, preferencias y lealtad. La tecnología
digital, el aumento en la posesión de smartphones (6 mil 100 millones lo
utilizarán para 2020) y el aumento de personas que están “en línea” determinan
actualmente la forma en la que obtienen, compran y pagan por sus bienes y
servicios.
Al referirse a lo que sienten y piensan los
consumidores, la investigación revela que la importancia que ponen en el
balance entre el trabajo y el ocio es crucial, así como la confiabilidad de la
marca o producto. Por ejemplo, en México, los consumidores valoran el trabajo y
ocio por igual, lo cual coincide con los altos niveles de satisfacción laboral
que se presentan el país.
Los consumidores mexicanos presentan entre
sus características la confianza en los líderes de negocios (nacionales y
multinacionales) y el deseo por probar nuevos productos y servicios, lo que
sugiere un mercado emergente dinámico con consumidores comprometidos que también
tienen expectativas relativamente altas.
Por otro lado, a pesar de que las empresas se
han interesado de manera particular por la generación Millennial, los Baby
Boomers y la Generación X son quienes poseen un poder adquisitivo considerable
en los mercados desarrollados y emergentes. Mientras que la mujer desempeña un
papel cada vez más importante en las decisiones relacionadas con el consumo por
su mayor participación dentro de la fuerza laboral –se estima que sus ganancias
aumenten a $18 mil millones de dólares para 2018 (de $12 mil millones de
dólares en 2010).
El reporte completo el Futuro de la Demanda
del Consumidor puede consultarse en https://globalconnections.hsbc.com/grid/uploads/consumer_demand.pdf
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