El domingo pasado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP+) llegó a un acuerdo de cooperación con países miembros del G20 para recortar la producción de crudo en 9.7 millones de barriles diarios por un periodo de dos meses (a partir del 1 de mayo de 2020 hasta el 30 de junio de 2020) y 7.7 millones de barriles diarios por los 6 meses siguientes (1 jul. 20202 – 31 dic. 2020). El acuerdo contempla continuar incluso por 16 meses posteriores al final de 2020, con un recorte de 5.8 millones de barriles entre enero de 2021 y abril de 2022. Con ello, se logra un acuerdo que permanecerá vigente por dos años y que podría extenderse aún por más tiempo en una reunión calendarizada para diciembre de 2021.
Se trata del mayor
recorte de producción petrolera en la historia, cuatro veces mayor
al registrado en 2008. La medida responde a la fuerte caída en la
demanda de crudo por las medidas de mitigación del COVID-19, que se
espera reduzca en cerca de 30-35 millones de barriles diarios la
demanda por el energético (tan sólo en abril, la OPEP espera una
caída de 20 mbd). El acuerdo busca un compromisopara estabilizar
los mercados de energía y detener la caída de los precios
internacionales de petróleo que han retrocedido más de 60% desde
comienzos de año. Los detalles del acuerdo aún no han sido
revelados por fuentes oficiales, pero se reporta que Rusia aportará
2 millones de barriles diarios a los recortes, mientras que Arabia
Saudita lo hará con 4 millones de barriles diarios. Estados Unidos,
Canadá y Brasil contribuirán con los 3.7 millones restantes; aunque
la OPEP sigue esperando mayores detalles del G20, pues se presume que
estos países no participarán activamente recortando producción,
sino que permitirán un declive natural de su producción dada la
recesión global. De acuerdo alSecretario de Energía estadounidense,
Dan Brouillette, se proyecta que la producción estadounidense caerá
en 2 millones de barriles diarios (o más) para finales de año, y
que ello será suficiente para contribuir a los recortes.
Aún sin los
detalles finales definidos, se afirma que México recortará 100 mil
barriles diarios en producción, después de rechazar una propuesta
inicial de 400 mil barriles. Dada la necesidad de cumplir metas de
producción establecidas por el Gobierno Federal para los próximos
años, México negoció un acuerdo con Estados Unidos para que fuera
la industria estadounidense la que absorbiera 3⁄4 partes de los
recortes de México. La administración estadounidense ha afirmado
que el país latinoamericano compensará (“reembolsará”) por el
apoyo a Estados Unidos en una fecha posterior, aunque no se saben los
detalles al respecto.
Pareciera que la
decisión de Trump en ese sentido se deriva por cuestiones políticas,
ya que Texas es de los estados republicanos con mayor peso y no
quisiera deteriorarla perspectiva del mismo, con precios del petróleo
en el piso. Los recortes para México representan una reducción de
5.7% de la plataforma de producción del país, comparado con el
cierre de 2019 (1.7 millones de barriles diarios), o 5.1% de la
producción esperada por la Secretaría de Hacienda en 2020 (1.95
millones de barriles diarios). Hay que recordar que, de acuerdo con
la SHCP el gobierno tiene coberturas de petróleo por el 100% a un
precio de $49dólares por barril, por lo que para este año y en una
visión de corto plazo, poco le ayuda a México el que aumenten los
precios del petróleo porque sus ingresos están garantizados.
Además, hay que recordar que la balanza petrolera es deficitaria
para el país: se importa más petróleo o derivados de petróleo de
lo que se exporta, por lo que le conviene poco un incremento en el
precio, al menos para Hacienda, aunque no se cuentan con coberturas
en Pemex. Recordemos que la estrategia de energía del Gobierno es
revivir a PEMEX y mantenerlo como una fuente importante de ingresos.
¿Son suficientes
los recortes de la OPEP+?
El recorte anunciado
el domingo representa 10% de la producción global. Se estima que la
demanda de crudo caerá cerca de 30 millones de barriles diarios en
los próximos meses, lo que mantendrá el exceso de oferta en el
mercado. En el corto plazo, los recortes no resuelven el problema y
por ello los mercados se mantienen escépticos respecto al acuerdo.
No obstante, evitan el inmediato colapso de los precios del
petróleo. También habrá que recordar que el desplome en los
precios del petróleo se originó ante la falta de acuerdos entre
Arabia Saudita y Rusia, y que ambos países decidieron aumentar de
manera significativa su producción en el último mes. Si en los
siguientes meses una vez levantado el distanciamiento social, se
reactiva la economía global y gradualmente vuelve la demanda de
crudo, los precios podrían volver a niveles de $40-45dpb (WTI) y
fluctuar cerca de esos nieles hacia finales de año. Aun así, es
importante señalar que este escenario supone que la actividad
económica global inicia una veloz recuperación a partir del 3T20 y
hacia el 4T20.
En el plan acordado
por la OPEP y sus aliados, parece tomarse como base ese escenario de
recuperación en la segunda mitad del año, pues contemplan
reducciones graduales a los recortes. Las subsiguientes reuniones de
la OPEP y los acuerdos que se alcancen (o se rompan) serán
determinantes para los precios internacionales del petróleo y, en
segunda instancia, para los ingresos petroleros en México.
Consideramos que el acuerdo actual deberá ayudar a mantener los
precios por arriba de $20dpb (WTI), pero aún domina la incertidumbre
hacia adelante. La próxima reunión del organismo y el resto de
países exportadores se dará el 11 de junio de 2020, para revisar el
cumplimiento de recortes y los avances en la estabilización del
mercado de crudo.
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