Los precios internacionales del petróleo han vivido un año de gran volatilidad. En lo que va de 2020 el WTI y el Brent han perdido cerca de -77.45% y -72.38%. Pero esta semana la situación alcanzó niveles extremos, especialmente en la cotización de contratos de futuros en el WTI. A principios de esta semana, los precios de estos contratos con vencimiento el 21 de abril, cayeron a terreno negativo; algo nunca antes visto en la historia. La razón: especuladores e inversionistas buscaron deshacerse a toda costa de estos contratos antes de su vencimiento y provocaron un colapso de los precios en el WTI, al punto que durante el lunes los contratos de petróleo llegaron a cotizar en cerca de -$40 dólares por barril, tras haber iniciado sesiones cerca de los $18 dólares por barril.
Este colapso del
precio de contratos de futuros no significa que el petróleo haya
perdido su valor. Si bien se estima que la demanda ha caído en cerca
de 30% durante los últimos dos meses, a medida que economías
alrededor del mundo declaran cuarentenas para evitar la propagación
de la pandemia por COVID-19, aún existe demanda por el energético
en la economía y los precios spot siguen siendo positivos (aunque no
son operables en mercados financieros). Lo que sucedió fue que los
contratos perdieron su valor y, quienes los habían comprado (ya
fueran especuladores o inversionistas), no estaban dispuestos a
recibir los barriles de petróleo estipulados en esos contratos.
El contrato de
futuros para mayo 2020 del WTI contemplaba la entrega en físico de
hasta mil barriles de crudo en Cushing, Oklahoma, el centro de
almacenamiento y distribución más importante de EE.UU. Al momento
en que el contrato vence, se debe hacer el intercambio de los
barriles por el pago de dólares establecido en el contrato. Esto
hace distintos a los contratos de WTI con respecto al contrato de
junio 2020 en el Brent, por ejemplo, donde los futuros no son
entregables y se liquidan por diferencia de precios. A principios de
semana, quienes sostenían contratos del WTI para el mes de mayo, con
vencimiento el 21 de abril, tenían tres opciones: recibir los
barriles, vender el contrato para que alguien más lo recibiera o
hacer un ‘rollover’ al contrato de junio.
Muchos optaron por
no recibir los barriles. La fuerte caída de la demanda y la
decreciente capacidad de almacenamiento elevan sustancialmente los
costos de sostener barriles de crudo en este momento. Las refinerías
ya no están comprando crudo dada la fuerte caída de la demanda por
gasolina (el principal producto derivado que se comercializa, aunque
no el único) y sus inventarios siguen en aumento: la semana pasada
los inventarios de gasolina en EE.UU. Se incrementaron en 1.017
millones de barriles y hasta 4.91 millones en la primera semana del
mes. En cuanto a crudo, tan sólo en Cushing, Oklahoma, se estimaque
existe una capacidad de almacenamiento de 75 millones de barriles,
pero en febrero las instalaciones ya almacenaban 55 millones. Los
espacios de almacenamiento son escasos y, por ello, los costos de su
utilización son mayores, lo que resta atractivo de sostener barriles
en el corto plazo. En este entorno, los poseedores de contratos de
futuros de crudo de WTI sólo tenían dos opciones: vender contratos
o hacer el rollover a contratos de junio. El rollover es
esencialmente lo mismo que vender contratos; primero se deben vender
los contratos de mayo para abrir la misma posición en contratos de
junio. Por lo que el movimiento obligado de vender contratos de mayo
llevó al colapso de los precios de referencia vigentes para el WTI a
principios de semana.
El vencimiento de
los contratos de mayo fue el día de ayer. Quienes retuvieron su
contrato al vencimiento, deberán recoger sus barriles en físico en
Cushing, Oklahoma, y asumir los costos de su almacenamiento y
comercialización. Quienes se deshicieron de ellos en precios
negativos, tuvieron que pagar a los compradores para llevarse los
barriles, y asumir los costos de almacenamiento y comercialización.
Esto implica pérdidas grandes para los inversionistas involucrados
en posiciones largas de petróleo para el mes de mayo. Pero lo que
sucedió fue un desorden en la operación de los mercados de futuros
en EE.UU., no una pérdida total del valor del petróleo.
En días posteriores
fue posible ver movimientos fuertes a la baja en precios de contratos
para junio e incluso en precios de mezclas distintas al WTI, como el
Brent. El panorama de corto plazo sobre los precios del petróleo es
poco alentador, en la medida que se mantengan las economías cerradas
alrededor del mundo. La Agencia Internacional de Energía estima que
las instalaciones de almacenamiento de crudo se llenarán hacia
mediados de año si no hay pronta reactivación de la actividad
económica; algo que podría poner todavía más presión en los
precios. Pero en un escenario en el que el virus logre controlarse
hacia el 2T20, los precios del petróleo deberían recuperarse
relativamente rápido (más dados los recortes de producción
acordados por la OPEP+ de hasta 10% de la producción y los fuertes
estímulos monetarios y fiscales a nivel global). Por supuesto, no es
descartable ver un episodio de volatilidad similar cuando los
contratos de WTI para el mes de junio se acerquen a su vencimiento,
alrededor del día 20 del mes de mayo; especialmente si la situación
de almacenamiento y demanda de crudo permanecen limitadas. Los
precios de estos contratos han visto presiones a la baja en sesiones
recientes en los mercados bajo esta posibilidad y, si llegamos a las
fechas de vencimiento todavía con problemas de demanda, podríamos
ver repetirse una situación similar en los mercados financieros.
No obstante, es
imprescindible recalcar que este es un fenómeno meramente financiero
y que el petróleo sigue siendo una energía esencial para la
operación de la economía. Cerca del 60% de las necesidades
energéticas a nivel global (combustibles, electricidad, etc) se
cubren con petróleo y por ello mantiene un valor intrínseco
superior a lo que sugieren las cotizaciones en $0 o precios negativos
de los contratos de futuros en los mercados financieros. El problema
es que las expectativas de corto plazo para el petróleo no son
halagüeñas y, mientras no inicie la recuperación económica, el
exceso de producción y la necesidad de almacenamiento tenderán a
mantener precios bajos. La volatilidad podría mantenerse en el corto
plazo, pero en el mediano y largo plazo los precios del petróleo
tenderán a recuperarse; especialmente si se cumple el supuesto de
una reactivación de la economía global hacia la segunda mitad del
año.
Hacia adelante, será
importante no ver episodios similares en el mercado cuando los
contratos de Brent de junio lleguen a su vencimiento el próximo día
30 de este mes (la próxima semana). Las probabilidades de que suceda
son bajas, dado que esos contratos no son entregables en físico sino
liquidables por diferencia de precios. Pero si llega a suceder,
enviaría una señal poco positiva sobre el desequilibrio existente
en el mercado del energético. El día de hoy, hemos tenido una
recuperación importante de los precios internacionales, mientras que
los contratos de futuros hacia julio y agosto muestran precios
superiores a los $20 dpb, lo que sugiere que hacia adelante no se
espera un valor 0 del energético, algo coherente con los
fundamentales de una economía global fuertemente dependiente del
crudo.
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