Ahora
anticipamos un crecimiento del PIB en 2020 de -9.0% desde el -5.1%
anterior y argumentamos que los ajustes cuantitativos que implica una
recesión
tan severa por los choques asociados al COVID-19 probablemente resulten
en cambios cualitativos.
En
resumen, una fuerte contracción del PIB derivará en menores presiones
sobre los precios del INPC, incluso ante un peso más débil, lo que a su
vez debería conducir a mayores
recortes en la tasa de política.
En el frente fiscal, la situación ya se ha convertido en un problema de economía política.
Sostenemos
que, a la luz de la fuerte contracción del PIB, el gobierno no podrá
permanecer pasivo y, por lo tanto, se verá obligado a instrumentar un
apoyo fiscal adicional
por 1.5% del PIB. En ausencia de dicho apoyo, que suponemos se gastaría
“eficientemente”, la caída de la actividad económica sería mayúscula,
de -10.5%.
Los
ajustes son más moderados en lo que respecta a las variables de
inflación y tasa de interés, siendo la principal consecuencia
cualitativa la necesidad
de un cambio en el mensaje de Banxico. En
nuestra opinión, el balance de riesgos de inflación de Banxico no puede
permanecer indefinido ante las circunstancias actuales, y
los miembros de la Junta deben ofrecer una orientación más clara
respecto a la trayectoria esperada para la política monetaria.
En
particular, Banxico continúa dando una importante ponderación a las
presiones al alza sobre la inflación y a riesgos idiosincrásicos
sustantivos, aunque
consideramos que las fuerzas recesivas pronto inclinarán la balanza
hacia un mensaje más “paloma”.
Si
bien consideramos que la respuesta de la Junta al deterioro del
panorama macrofinanciero ha sido apropiada en general, nos preocupa que
hasta ahora haya dado pocas señales
mayores recortes de tasas, lo que contrasta significativamente con las
respuestas de los bancos centrales en otros países de América Latina,
por ejemplo.
Para
ser justos, los riesgos idiosincrásicos de hecho se mantienen elevados,
pero en nuestra opinión ello no justifica la postura de política
monetaria
tan restrictiva en una coyuntura como esta. La
tasa de política ex ante en términos reales se encuentra actualmente
entre las más altas del mundo. Las cifras de inflación actuales
y esperadas no parecen validar esta postura.
Ahora esperamos que la tasa de política alcance 4.50% en agosto de este año.
Esperamos
que Banxico reduzca la tasa en 50 pb en una reunión no programada que
podría tener lugar tan pronto como esta semana, seguida de otra
disminución de la tasa de 50
pb en su reunión regular en la semana del 14 de mayo. Nuestro
pronóstico tiene un contenido normativo más fuerte de lo habitual, lo
que sin embargo tiene que ver con que la comunicación reciente de parte
de Banxico ha sido limitada, y por ende percibimos una
brecha creciente entre la retórica hasta el momento y el ritmo con el
que las circunstancias están cambiando. Ciertamente, coincidimos con
Banxico en que la prudencia debe de reinar sobre todo en esta coyuntura;
no obstante, pensamos que la prudencia ahora
toma una forma diferente.
Esta nota es una traducción libre realizada por el analista del texto original publicado en Citivelocity con el nombre: “Mexico Economics View: 2020 GDP to contract by 9%: Unusual times require unusual policy reactions”.
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