Mg Natalia Tieso, gerente de desarrollo regional para América Latina del Bachillerato Internacional (IB).
El enfoque basado en la
indagación se puede aplicar en todos los niveles educativos para mejorar
la calidad educativa en nuestro país y en todo el mundo. Es importante
que los docentes
le proporcionemos a los alumnos propuestas pedagógicas que resulten
interesantes y motivadoras para que ellos puedan realizar actividades
relevantes y
significativas, basadas en temas transdisciplinarios en contextos globales y locales.
La indagación también tiene un gran
impacto en la construcción y el diseño de los espacios áulicos ya que la
disposición de los pupitres, los mobiliarios de las clases y el fácil
acceso a los materiales
permite que los alumnos puedan desarrollar su proceso de aprendizaje de
manera autónoma. Cuando se implementa la indagación en espacios
creativos, los alumnos realizan actividades de manera individual, grupal
y/o de a pares con mayor facilidad y se fomenta
la diferenciación de las actividades de acuerdo con las capacidades
personales y estilos de aprendizaje. Comprendemos que este enfoque
constituye un proceso continuo que incluye la reflexión, promueve el
desarrollo de nuevas habilidades y permite una comprensión
conceptual más profunda y valiosa.
A
lo largo de toda su escolaridad, deseamos brindarle al alumno variados
desafíos de aprendizaje para que logre distintos niveles de indagación,
desde un planteo más guiado y acompañado por los docentes y también por
sus compañeros hasta llegar a un grado de mayor autonomía y gestión.
Además del desarrollo de las habilidades de investigación y de
pensamiento crítico, necesitamos priorizar el aprendizaje
social y emocional de los alumnos para que logren su potencial no solo
académico, sino también puedan desarrollar su mente ética y su
personalidad desde una mirada holística. De esta manera, los alumnos
construyen su propio conocimiento basado en conceptos
y habilidades que pueden trasladar a distintos contextos y disciplinas.
Hoy
en día se trabaja mucho desde la construcción del conocimiento del
alumno, con el razonamiento y no con la memorización. En historia, por
ejemplo,
no debería ser tan relevante memorizar las fechas, sino que el alumno
pueda explicar las causas e implicancias de los hechos, y relacionarnos
con otros acontecimientos anteriores y posteriores, locales y globales.
En química tampoco sería necesario recordar
la tabla de elementos, pero sí poder aplicarla para resolver los
problemas reales que se planteen.
Lo
que se busca con la indagación como pedagogía para la enseñanza es
fomentar un pensamiento crítico. Creemos que, en el desarrollo de una
monografía,
el alumno no solo aprende a elaborar un trabajo de investigación, sino
que también aprende a manejar su tiempo de manera eficaz, a comunicarse
efectivamente al realizar una entrevista, a citar las referencias
bibliográficas de acuerdo a normas pre-establecidas
y a evaluar la validez de fuentes cuando realiza el buceo bibliográfico
en Internet, por ejemplo.
Asimismo,
las nuevas tecnologías también posibilitan el desarrollo de la
indagación desde una mirada disciplinar y transdisciplinar. A su vez,
los
nuevos dispositivos, las nuevas aplicaciones, las nuevas herramientas
digitales interpelan a los docentes porque es necesario actualizar y
mejorar la forma de enseñar. Lo esencial sigue siendo la formación y
constante capacitación docente porque ¿cómo construye
el profesor una clase en la que cada alumno tiene su computadora? ¿O
una experiencia de laboratorio con los mismos instrumentos que se usan
en el mundo real? Hoy existen simuladores que acercan el mundo laboral y
sus prácticas profesionales a las aulas de
nivel primario y secundario. La enseñanza está en función de que el
alumno pueda, con los nuevos dispositivos, construir conocimiento
siempre.
Actualmente
el docente ya no es solo facilitador o mediador entre el conocimiento y
el alumno, ahora también el educador tiene la gran misión de
transmitir el entusiasmo por aprender y motivar al alumno para
aprender. El gran desafío es provocar que el alumno aprenda a aprender.
El docente ya no es quien da las respuestas sino quien hace que el
alumno encuentre las respuestas. El instructor es un facilitador
de caminos para investigar y no es un facilitador de respuestas. Por
ejemplo, en la monografía mencionada se selecciona un tema que le
interesa personalmente al alumno y el tutor/docente sólo lo acompaña y
lo guía. Así se asegura la motivación porque el proyecto
no pertenece al docente, sino que es un producto del alumno. El
educador cumple un rol de entrenador deportivo: tanto el alumno y como
el docente tienen un objetivo en común; se acompañan en el proceso,
entrenando juntos según sus habilidades – el instructor
deberá aprender sobre el tema que el alumno le interesa y el alumno
deberá aprender sobre la elaboración del trabajo académico. Ambos se
apoyan mutuamente y trabajan colaborativamente para llegar a la misma
meta.
La
tarea de acompañar al alumno en su proceso de indagación implica un
gran desafío para el docente ya que se contactará de nuevo con por qué
eligió
su profesión. La pasión docente se renueva con la motivación del alumno
y es así como mediante la indagación, tanto alumnos como docentes se
ven beneficiados en el camino de la educación.
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