El
grupo financiero destaca que las circunstancias extraordinarias del país
ameritan medidas extraordinarias.
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Alta
presión sobre el mercado de trabajo,
con una pérdida de empleos formales que podría alcanzar hasta 1.5 millones de
puestos de trabajo y un deterioro del mercado de trabajo con mayores niveles de
desempleo, ocupación informal y de trabajadores en condiciones críticas de
ocupación.
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Como
se había previsto, las presiones bajistas sobre la inflación están
dominando; Banxico debería acelerar el ritmo de bajadas de tasa.
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Las
tasas de interés de largo plazo continuarán disminuyendo, aunque la pendiente se mantendrá elevada por la
mayor prima de riesgo.
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La
diferenciación negativa del peso se reducirá parcialmente; se anticipan niveles menos depreciados del peso a
fin de año.
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La
institución estima que la deuda pública (en su concepto más amplio) se
incrementará a 54.2% del PIB en 2020
como resultado de la depreciación del peso, la considerable
disminución en los ingresos públicos y la caída nominal del PIB.
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Los
riesgos para la balanza de pagos en 2020 están muy acotados. La reducción esperada en los flujos de portafolio,
remesas y turismo será más que compensada por las reservas internacionales y la
línea de crédito flexible del FMI.
BBVA México dio a conocer su Informe “Situación México”,
correspondiente al segundo trimestre de 2020. En él se anota que ante el
contexto económico que enfrenta el país como consecuencia de la contingencia
sanitaria del COVID-19, es necesario que se implementen medidas extraordinarias
de orden fiscal y monetario que ayuden a mitigar el impacto económico que
tendrá tanto en las empresas como en las familias.
El análisis elaborado por el área de Estudios Económicos de la
institución financiera, destaca que considerando la evolución reciente del
consumo privado y el deterioro en el entorno para la inversión, se estima que
el crecimiento se ubicará en un rango de entre -6.0% y -12.0% en 2020
(estimación puntual -7.0%). La magnitud de la recesión será contingente a
cuatro factores. En primer lugar y de mayor importancia, a la duración de la
pandemia y por consiguiente de las medidas de aislamiento social y del cierre
de actividad económica que se lleve a cabo a nivel local y federal. Hasta el
momento, la fecha del eventual aplanamiento de la curva de contagios y de la
desaceleración en el número de nuevos casos es incierta. El efecto agregado
sobre la economía será mayor en la medida en que la duración de la pandemia se
prolongue y el número de casos continúe creciendo.
Segundo, a la eventual reapertura de la economía de Estados Unidos y la
dinámica de su recuperación, considerando la fuerte vinculación entre los
sectores manufactureros de ambos países. Tercero, a la implementación y/o
rapidez de políticas económicas contracíclicas fiscales, monetarias,
crediticias y de liquidez que apoyen a las empresas y los hogares ante la
pérdida masiva de empleos. Y cuarto, al grado y persistencia del eventual
levantamiento de las medidas de confinamiento, ya que la aparición de nuevas
olas de contagio en el futuro no puede descartarse a la fecha.
BBVA México precisa que el pronóstico puntual de -7.0% asume que las
medidas más estrictas de confinamiento en México se mantienen por un periodo de
alrededor de diez semanas, y que, aunque lentamente, se termina adoptando una
postura monetaria expansiva a partir de la segunda mitad del año, y la economía
de EE.UU. comienza un periodo de recuperación gradual a partir del tercer
trimestre. Retrasos en la reapertura de las economías, o posibles contratiempos
que provoquen nuevos cierres económicos, implicarían una mayor profundidad de
la recesión. La posible no adopción de una postura monetaria expansiva o una
velocidad más lenta en su adopción también tendría efectos negativos, lo que
explica la amplitud del rango de pronóstico en un contexto tan incierto.
Además, la profundidad de la recesión dependerá también de la magnitud
de las medidas adicionales de estímulo fiscal que implemente el gobierno
federal. La previsión anticipa que el impulso fiscal será insuficiente. Por
estas razones, el informe “Situación México” destaca que la estimación puntual
no está en la parte central del rango, es decir, considera que los riesgos más
probables sesgan la estimación a la baja y que hay poco espacio para un
escenario menos negativo (solo a -6.0%) porque se cree que la probabilidad de
un impulso fiscal adecuado es baja y la postura monetaria se mantiene
restrictiva.
Por otra parte, el estudio establece que el deterioro gradual en la
confianza derivado de disputas de contratos y consultas han aumentado las dudas
sobre el proceso de toma de decisiones del gobierno. Esta mayor incertidumbre
provocará problemas de inconsistencia dinámica con efectos negativos sobre la
inversión en todos los sectores, y será determinante de la magnitud del daño
sobre la confianza, y la poca o mayor fuerza de la eventual recuperación. Sería
recomendable entrar en una dinámica de restauración de la confianza para que la
fuerza de la eventual recuperación de la actividad económica sea mayor. Ello
llevaría a revisar al alza el rebote en el ritmo de crecimiento en 2021 y hacia
delante. De momento, BBVA México no considera que sea el escenario central. Por
tanto, la recuperación que anticipa para 2021 es menos fuerte de la que habría
previsto de no haberse dañado el contexto para la inversión privada.
El
efecto negativo de los choques de oferta y demanda derivados por el COVID-19
comienzan a ser evidentes, en este sentido, en marzo el empleo formal reportado
por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) presentó una pérdida de más
de 130 mil puestos de trabajo con respecto al mes anterior. Por otro lado,
indicadores de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) en marzo
reflejan un deterioro en las condiciones laborales en su comparación anual, en
específico, un crecimiento las tasas de subocupación (2.2pp) y de condiciones
críticas de ocupación[1] (3.7pp)
alcanzando niveles de 9.1% y 23.2% del total de la Población Económicamente
Activa (PEA) respectivamente.
Partiendo
de este escenario y dadas las características de la recesión económica que se
está experimentado, el informe “Situación México” prevé que el impacto sobre el
empleo se dará de manera más acelerada. Dado el pronóstico puntual de caída del
PIB de (-)7% se estima una pérdida de 893 mil a 1.1 millones de puestos de
trabajo al cierre de diciembre, nivel que podría llegar a 1.5 millones en la
medida que la caída del PIB se acerque al límite inferior del rango de
pronóstico de (-)12%. Se estima que la tasa de desempleo se ubicará en un rango
de 4.6% a 6.0%, esto implicaría sumar de 750 mil a 1.5 millones de desocupados
adicionales.
En lo que se refiere a la
evolución reciente de la inflación ha estado en línea con lo que se preveía
tanto en términos cualitativos, con las presiones bajistas sobre los precios
dominando, como cuantitativos, con la inflación general descendiendo
rápidamente y la subyacente retomando una tendencia bajista. Durante marzo y la
primera quincena de abril, la inflación mostró una fuerte tendencia a la baja
como se anticipó y contrario a la reacción inicial de las expectativas del
consenso de analistas e implícitas en instrumentos de mercado. Después de
ubicarse en 3.70% en febrero, BBVA México anticipó que la inflación general se
ubicaría en abril en 2.2%, es decir, 1.5 puntos porcentuales (pp) menos, y en
un punto cercano al límite inferior del rango de variabilidad en torno al
objetivo de 3.0%. En términos cualitativos, todos los subíndices se han
comportado como se anticipó, con la caída de precios de energéticos más que
compensando el mayor ritmo de aumento de los alimentos frescos, y la tendencia
bajista del subíndice de servicios más que balanceando el mayor ritmo de
aumento de las mercancías (por alimentos procesados) dentro del componente
subyacente. Por lo que la institución financiera anticipa en el estudio que la
inflación general se mantendrá por debajo de 2.5% en promedio durante 2T-3T,
antes de aumentar moderadamente para cerrar por debajo de 3.0% en diciembre,
con la subyacente desacelerándose a 3.0%. El sesgo de las previsiones es la
baja. La inflación no es una fuente de preocupación.
El informe detalla que hay
mucho espacio para que el Banco de México siga bajando y acelere el ritmo de
bajadas de la tasa monetaria. Por un lado, la tasa real sorprendentemente sigue
siendo muy alta y se mantiene en terreno restrictivo. Si bien la tasa real ex
post (ie, con la inflación observada) de enero a marzo descendió de 4.0% a
3.3%, es previsible que en abril habrá regresado a niveles cercanos a 4.0% (a
3.8% si se considera la tasa monetaria de 6.0% y la inflación prevista por la
institución financiera de 2.2%). Por otro, el diferencial con la tasa de fondos
federales se mantiene en 5.75pp ie, aún no se ha reducido. Se justifica un ritmo
más agresivo de bajadas y una postura expansiva de la política monetaria; las
expectativas del mercado han convergido gradualmente hacia la expectativa de
largo recorrido en el ciclo de bajadas. BBVA México anticipa una postura
expansiva a partir del segundo semestre de 2020, con la tasa monetaria llegando
a 3.0% a fin de año. Una menor menor tasa de política monetaria potenciaría las
acertadas medidas de liquidez anunciadas por Banxico.
Las tasas de largo plazo han
bajado moderadamente, anticipando mayores recortes de tasas por parte de
Banxico, como se esperaba, pero aún tienen espacio para seguir bajando. Los
diferenciales con las tasas estadounidenses son muy altos ahora. Se espera que
la tasa del M10 continúe su tendencia a la baja y alcance niveles de alrededor
del 6.0% para fin de año.
La diferenciación negativa del peso durante el actual episodio de
riesgo ha sido muy notoria (en torno a 20pp); hasta ahora no muestra ningún
signo de revertirse. Una vez que disminuya la aversión global al riesgo, el
estudio anticipa que parcialmente se revertirán los niveles actuales de
“sobrerreacción” del tipo de cambio. En la medida que dicha aversión disminuya,
el repunte del tipo de cambio se desvanecerá gradual y parcialmente. El Informe
“Situación México” prevé una apreciación del peso a niveles de 20.80 y 20.20
pesos/USD para diciembre de 2020 y 2021, respectivamente.
El Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público
(SHRFSP), el concepto de deuda pública más amplio, se incrementará de 44.7% del
PIB en 2019 a 54.2% del PIB en 2020 (inclusive sin un impulso fiscal
significativo). Este considerable incremento de 9.5 puntos porcentuales de PIB
se explica principalmente por las siguientes razones: i) la depreciación del
peso; ii) la considerable disminución en los ingresos públicos; y iii) la caída
nominal del PIB.
De
acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), la depreciación
del peso con respecto al USD será de aproximadamente 20% para el cierre de
2020. Ello se verá reflejado en un incremento en la valuación en pesos de la
deuda pública denominada en moneda extranjera, la cual representa alrededor de
34% de la deuda pública total. Por su parte, la recesión económica global y
nacional asociada con los efectos de la pandemia del COVID-19 causará una
fuerte disminución en los ingresos públicos del país. La SHCP ha reconocido
este impacto adverso sobre los RFSP para 2020, los cuales ha estimado que serán
4.4% del PIB en lugar de 2.6% del PIB que fue aprobado por el Congreso.
Finalmente, el estudio “Situación México” señala que el pronóstico de una
contracción del PIB real de 7.0% implica (usando un deflactor del PIB de 3.5%)
que el PIB nominal se reducirá en 3.5%.
Si
bien se han observado significativas salidas de flujos de inversión de
portafolio en lo que va del año y que además se prevé una caída abrupta en la
captación de divisas por remesas y turismo, el grupo financiero no anticipa
riesgos significativos para la balanza de pagos en 2020. Lo anterior debido a
los relativos grandes montos representados por las reservas internacionales del
país y a la posibilidad de acceder a la línea de crédito flexible del Fondo
Monetario Internacional (FMI). Estos recursos actualmente totalizan alrededor
de 248 mil millones de USD mientras que la reducción esperada en los flujos de
portafolio, remesas y turismo es de aproximadamente 28 mil millones de USD.
Asimismo, BBVA México prevé que la cuenta corriente registre un déficit de 0.5%
del PIB en 2020.
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Acerca de BBVA México
BBVA México es una
institución líder en México en términos de cartera y captación. Su modelo de
negocio, basado en el cliente como el centro de negocio y apalancado en la continua
innovación, así como en la mejor tecnología, le permite ofrecer servicios
bancarios a 21.6 millones de clientes. Para ofrecer un mejor servicio al
cliente, cuenta con la infraestructura bancaria más amplia del sistema,
integrada por 1,864 sucursales, 13,066 cajeros automáticos y 476,417 terminales
punto de venta totales (a febrero de 2020). La continua inversión en canales
alternos a la sucursal ha permitido dar acceso rápido, fácil y seguro a los
servicios financieros a través de la banca digital a 10.7 millones de clientes.
Adicionalmente, a través de los corresponsales bancarios se ha logrado
incrementar el horario y los puntos de venta en 35,322 tiendas y comercios
asociados. La Responsabilidad Social Corporativa es una constante en el negocio
bancario y por medio de la Fundación BBVA en México se fomenta la educación, la
cultura y el cuidado del medio ambiente.
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