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Larry Wilson, CEO de SafeStart,
presenta el artículo Cambio de Paradigmas # 4, (Habilidad VS Suertes/ Reflejos
y Lesiones graves y fatales).
Ciudad
de México, 20 de abril 2020.- Para evitar
accidentes en centros de trabajo y en cualquier momento de la vida, Larry
Wilson, CEO y Autor SafeStart, realizó una serie de artículos que evitan problemáticas que pongan en riesgo
nuestra vida.
Indicó que es probable que alguna vez,
su madre, con una voz estridente, mucho más de una vez le dijo: “No hagas eso,
es muy peligroso”, o “No deberías practicar ese deporte, es muy peligroso” o
entonces “No deberías saltar en paracaídas o bucear, o cualquiera de estas
cosas…” Y la razón por la que creen que “es demasiado peligroso”, generalmente
se basa en la cantidad de energía potencialmente peligrosa.
Por ejemplo: “¿Y si hay tiburones donde
vas a bucear?” versus “Y si te pones complaciente y te falta el aire…” Y si
ellos incluyen el error humano en su evaluación de riesgos, generalmente tiene
que ver con la falta de capacitación o experiencia.
Por ejemplo: “No conoces el camino lo
suficientemente bien como para hacer senderismo solo”. Por lo tanto, es
comprensible o al menos es muy fácil de entender por qué la mayoría de las
personas no se centra en el componente “error humano” o no lo consideran lo más
importante.
Hemos sido guiados en la dirección
equivocada – por un largo período de tempo – desde cuando éramos niños
pequeños.
Lo que es una lástima. Porque, como usted puede imaginar, quedarse
sin aire o alguna otra forma de error humano está involucrado en más del 95% de
las muertes por buceo (los tiburones ni siquiera alcanzan el 1%).
El error del conductor también supera el
95% de las causas primarias frente al clima, falla mecánica (frenos), etc. Entonces, con todas las estadísticas
disponibles, ¡usted podría pensar que el error humano se hubiera convertido en
un componente obligatorio en la evaluación de riesgos!.
Pero así de fuertes son algunas
creencias o paradigmas: pueden hacer que las personas ignoren las estadísticas
o, lo que es peor, que atenúen lo que realmente les sucedió.
Sin embargo, hay otros paradigmas,
creencias o perspectivas además de este concepto erróneo de “peligro” que son
igualmente inexactos.
Desde Heinrich, y más tarde Bird, hemos
considerado las pirámides de riesgos.
Conceptualmente, la idea de que habría
más cuasi accidentes que lesiones mínimas (primeros auxilios); más lesiones
mínimas que leves; más lesiones leves que graves y más lesiones graves que
fatalidades era totalmente plausible, tenía sentido y había estadísticas que lo
comprobaban.
Pero la siguiente parte, que la única
diferencia entre las lesiones mínimas y las leves, y leves versus graves era
solo la suerte, siempre que la cantidad total de energía peligrosa permaneciera
igual, no se cuestionaba mucho.
Pero esta línea de pensamiento ignora un
principio básico, la pieza principal del conocimiento sobre la seguridad que
poseemos, que sabemos seguramente: ¡nadie– ni usted, ni yo, ni nadie más – está
intentando lastimarse! Lo que significa que también nos esforzaremos mucho,
aunque sea solo un reflejo, para evitar que seamos golpeados, que nos caigamos
o golpeemos la cabeza, choquemos el coche, etc., etc.
En otras palabras, no estamos totalmente
indefensos.
Administramos cientos o miles de
peligros cada semana al ir y venir del trabajo, y lo que este artículo aborda
es que la diferencia entre lesiones mínimas y graves no es la suerte, y que de
hecho hay una causa asignable – incluso para la mayoría de las lesiones que
suelen ser llamadas de “casualidades”.
Entonces, para ayudar a llegar al fondo
de todo esto, volvamos a lo que nos sucedió: Nuestra pirámide de riesgos
personal.
Todos hemos sufrido de 5 a 10 mil
cortes, moretones, golpes y rasguños, pero la mayoría de nosotros solo ha
sufrido de 5 a 10 considerados graves, o si estuviéramos en el trabajo, lo
llamaríamos lesiones “reportables”.
En 1000:1 de los casos, deberíamos estar
buscando una causa asignable versus una posibilidad aleatoria o pura suerte.
Pero eso no es lo que sucedió.
Al contrario, parece que el sentido
común iba en dirección opuesta, dando a la suerte aún más crédito, al llamar
algunos de ellos de “casualidades”.
La mayoría de las personas llama a los
dos tipos de casualidades “extremadamente improbables”.
El primer tipo es solo un suceso muy
improbable – similar a la caída de un meteorito en la cabeza.
El otro es un resultado muy poco común
proveniente de un suceso muy común – como alguien que pierde su equilibrio,
cayendo hacia atrás, golpeándose la cabeza y no volviendo a levantarse jamás.
Si usted piensa en la antigua matriz de
riesgos, eso estaría en la esquina inferior izquierda, que irónicamente, suele
ser de color verde.
Cuando observamos todos los incidentes
graves y donde ocurrieron la mayoría de ellos, se encuentra en el centro de la
matriz, hay algunos patrones interesantes o similitudes en términos de factores
contribuyentes.
En primer lugar, debemos tener en cuenta
que más del 95% de ellos están en el “Área Personal”.
Los ojos no en la tarea y la mente no en
la tarea, por si solo causan problemas, pero no hablamos realmente sobre lo que
sucede si ambos errores ocurren al mismo tiempo.
Entonces, para ayudar a ilustrar la
importancia de cada uno y luego cuando ambos suceden a la vez. piense
nuevamente en la pirámide de riesgos personales o en lo que realmente le
sucedió. ¿Se le ocurre alguna vez (sin incluir los deportes) en la que se ha
lastimado mientras pensaba en lo que estaba haciendo, y en el riesgo de lo que
estaba haciendo en el instante exacto en que se lastimó?
Lo más probable es que, aunque se rompa
la cabeza averiguándolo, será difícil pensar en por lo menos un ejemplo. – si
estuviera en el Área Personal. Y esto es una realidad para casi todo el mundo.
Es cierto incluso para un gran
porcentaje de las lesiones deportivas.
Por lo tanto, cuando se trata de
lastimarse o no lastimarse, independientemente de lo que esté haciendo (a menos
que no se esté moviendo), prestar atención o no prestar atención será el factor
decisivo más importante.
Por supuesto, siempre puede haber
problemas con la capacitación o la habilidad, pero ya que la mente no en la
tarea está involucrada en más del 95% de todas las lesiones – ya sean graves,
leves o mínimas – este, más que cualquier otra cosa, ha sido el factor decisivo
en nuestras vidas hasta ahora.
OJOS NO EN LA TAREA Bien, entonces la
mente en la tarea o no en la tarea es fundamental. Pero ¿qué tan importante es
el segundo error crítico: los ojos no en la tarea?
Para ello, debe pensar en todas las
lesiones graves que ha sufrido (donde el evento inesperado se produjo en el
Área Personal).
Cuando se lastimó gravemente, ¿estaba
mirando lo que estaba haciendo?, ¿Podía ver adónde iba?, ¿Y observó lo que
podría venir hacia usted (línea de fuego), o algo que podría hacerle perder el
equilibrio, la tracción o el agarre? En otras palabras, ¿tenía los ojos puestos
en la tarea – o no?
Para la mayoría de las personas, la
mayor parte de sus lesiones graves sucedieron cuando cometieron ambos errores
críticos a la vez.
No estaban pensando en lo que estaban
haciendo y al menos por un momento, tampoco miraban. Y cuando usted no está
mirando y no está pensando – desafortunadamente no tendrá el beneficio de sus
reflejos.
Y, sin embargo, los reflejos pueden ser
fácilmente la diferencia entre un incidente y una fatalidad.
Entonces, cuando piensa sobre eso, ¿con
qué frecuencia sus reflejos evitaron un incidente o una lesión accidental?,
¿Cuántas veces tuvo que frenar repentinamente o girar el volante para evitar
chocar con otro coche, camión o peatón?, ¿Cuántas veces ha recuperado su
equilibrio sin caerse?, ¿Cientos, miles? Una cosa es cierta: Son muchas, hasta
para empezar a contar.
Afortunadamente, la mayoría de nosotros
podemos contar todas las lesiones graves. Entonces, cuando piensa en los puntos
de sutura, huesos rotos, traumatismos cerebrales, quemaduras graves, etc.,
¿tuvo el beneficio de sus reflejos?.
Porque si no lo ha visto o no lo ha
notado venir hacia usted, entonces probablemente no tuvo la oportunidad de
frenar, girar el volante, bajar la cabeza, apoyar la mano para frenar su caída,
etc.
Entonces, en lugar de un golpe de
refilón, es un golpe directo y puntos de sutura o un traumatismo cerebral.
En lugar de ser otra caída vergonzosa,
es una fractura en la cadera y en vez de ser un golpe suave, es una cabeza en
colisión, o en lugar de ser un paso rápido hacia un lado, alguien es
atropellado cuando el operador está dando marcha atrás con una pieza de algún
equipo móvil.
Por lo tanto, ambos errores críticos:
los ojos no en la tarea y la mente no en la tarea están involucrados en un porcentaje
muy alto de todas las lesiones graves, ya sean en el trabajo, en el hogar, en
la comunidad o en la carretera.
Lo que tiene sentido, ya que jamás
estamos tratando de lastimarnos en ningún lado. Entonces, si pudiéramos mejorar
las habilidades y los hábitos de las personas con los ojos en la tarea, eso
aumentaría la probabilidad de que reaccionaran por reflejo, y eso, en la
mayoría de los casos, sería lo suficiente para prevenir una lesión grave.
Puede que en un primer momento no impida
que el incidente ocurra, pero los reflejos hacen un gran trabajo para evitar
que sea más grave. Eso también significa que casi todos los accidentes graves
de este tipo pueden evitarse si logramos que las personas mejoren sus hábitos
con los ojos en la tarea.
Por ejemplo: buscar cosas que podrían
hacerle perder su equilibrio, su tracción o su agarre, buscar una potencial
línea de fuego antes de moverse, mirando hacia arriba antes de ponerse de pie
para evitar golpearse la cabeza, y mover sus ojos antes de mover su cuerpo,
pies, manos o vehículo, etc.
Y aunque los buenos hábitos puedan
compensar la complacencia que aleja la mente de la tarea, ellos no la evitan.
Eso es imposible – si usted sabe cómo
hacer algo bien (más sobre eso más adelante). Sin embargo, hay otras técnicas
de reducción de errores críticos que le ayudarán a concentrar su mente
nuevamente en la tarea, si se distrae o si empieza a conducir/ trabajar en el
piloto automático.
Y si se agrega suficiente prisa,
frustración o cansancio a la ecuación, estos estados pueden suplantar los
buenos hábitos (un conductor que tiene prisa no mira por encima de su hombro
antes de cambiar de carril) lo que significa que necesitaremos más que solo
mejores hábitos de seguridad para manejar todos los cuatro estados.
En total, hay cuatro técnicas de
reducción de errores críticos que las personas necesitan saber y utilizar para
prevenirlos.
Pero por ahora, el principal cambio de
paradigma es que la mente no en la tarea es un factor contribuyente en más del
95% de todas las lesiones, y que, para un porcentaje muy alto de las lesiones
graves, los ojos no en la tarea también son un factor contribuyente, por lo que
no tuvimos el beneficio de nuestros reflejos, y por eso la lesión fue tan
severa, o aparentemente desafortunada – lo que se conoce como casualidad.
Sobre SafeStart
Es un
programa avanzado de concientización sobre seguridad y desempeño, implementado
con éxito en más de 3.000 empresas, en más de 60 países, con más de 3 millones
de personas capacitadas.
Para más información: www.safestartlatam.com

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