Ciudad de México, 20 de abril de 2020.- La Bolsa Mexicana de Valores festeja este abril los 30 años de su edificio, que sería la nueva sede del Mercado de Valores desde 1990. El emblemático inmueble ya es un ícono de Paseo de la Reforma, avenida que refleja la vanguardia y modernidad de la Ciudad de México.
La construcción del
Centro Bursátil, se remonta a 1987, con Alfredo Harp Helú como
Presidente de la Bolsa de la Bolsa Mexicana de Valores, treinta años
después de haber tenido sede en la calle de Uruguay, número 68, en
el Centro Histórico.
El edificio de la
Bolsa Mexicana de Valores es único por el skyline que aporta al
centro de la capital, formando parte de la arquitectura moderna,
donde se privilegia el muro cortina de cristal, que incorpora una
técnica de un tipo de semiesfera. La fachada del edificio, ubicado
en el circuito de la famosa “Glorieta de la Palma”, se
caracteriza principalmente por sus dos tipos de cristales: negro y
azul claro.
En la edificación
del innovador proyecto se utilizaron más de 7,000 cristales para la
fachada exterior, que se distribuyeron tanto en la Torre como en la
cúpula del hoy Piso de Remates.
Esto fue el sello
principal de la obra del arquitecto Juan José Díaz Infante, quien
tenía un especial interés en desarrollar estructuras inteligentes y
resistentes a los movimientos telúricos, especialmente teniendo la
experiencia del terremoto de la Ciudad de México en 1985.
Por lo anterior, y
por su interés en el desarrollo y diseño de construcciones
resistentes, eficientes e innovadoras, el arquitecto Díaz Infante
trabajó en conjunto con el Ingeniero Leonardo Zeevaert, quien fuera
especialista en cimentaciones sísmicas, y fuera el artífice de la
Torre Latinoamericana.
En la nueva sede
comenzaron las operaciones el 15 de abril de 1990 y fue inaugurada
cuatro días después. Hoy en día es considerado un ícono de la
Ciudad de México por su diseño vanguardista, además de ser
Patrimonio Histórico de la Ciudad de México.
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