Análisis Económico
Arnulfo
Rodríguez / Carlos Serrano
14 abril 2020
La OPEP
y países aliados han alcanzado un acuerdo histórico para recortar la producción
mundial petrolera en 9.7 millones de barriles diarios (aproximadamente 10% de
la producción global). Si bien a México se le había pedido que hiciera un recorte
de 23% (equivalente a 400 mil barriles diarios) como el que se aplicó a los
otros países, la propuesta mexicana de un recorte de 100 mil barriles diarios
terminó siendo aceptada debido principalmente al compromiso del presidente Donald
Trump de apoyar a México con recortes adicionales por 250 mil barriles diarios.
Dado
que el recorte a la producción petrolera global no será suficiente para
equilibrar la balanza entre oferta y demanda global de petróleo por
estimaciones que apuntan a una caída en esta última de por lo menos 25 millones
de barriles diarios (la demanda diaria era de 100 millones de barriles diarios
antes del brote del Covid-19), prevemos que continuarán por más tiempo los
bajos precios del petróleo. Por lo anterior, consideramos que Pemex debería de
aprovechar este recorte a la producción para reducir el gasto de inversión en
exploración y producción en 2020. Ello le permitiría incrementar su liquidez,
contar con más margen para cumplir con el balance financiero aprobado por el
Congreso y evitar incrementar su deuda financiera.
El
desplome de las últimas semanas en los precios del petróleo ha sido
significativo para el sector público. Prevemos que los ingresos petroleros
(cuando incluimos la estimación de ganancias derivadas de las coberturas
petroleras de 2020) serán 20% menores al monto aprobado por el Congreso para
este año. Con el recorte de 100 mil barriles diarios, anticipamos que la
producción promedio será de 1.71 millones de barriles diarios en 2020.
Asumiendo que alrededor de dos terceras partes de la producción petrolera
cuenta con la cobertura de 49 dólares por barril, un precio de 24 dólares por
barril para el resto y un derecho por utilidad compartida (DUC) de 54%, las
ganancias (ingresos netos de costos de extracción y DUC) petroleras serían de
alrededor de 2,620 millones de dólares.
Sin
la restricción de la OPEP y países aliados, las ganancias comparables hubieran
sido de 2,104 millones de dólares. Para este cálculo se asumió la meta de
producción promedio de 1.85 millones de barriles diarios publicada en
Pre-Criterios Generales de Política Económica de 2021 y un costo de
descubrimiento y desarrollo de 20 dólares por barril. Esta estimación de
menores ganancias por mayor producción petrolera favorece el argumento de
recortar el gasto de inversión de 2020 en el desarrollo de los 22 nuevos campos
en los que Pemex está concentrando sus esfuerzos para apuntalar la producción
petrolera. También se debería de reducir la producción en todos aquellos campos
que no sean rentables al precio actual de la mezcla mexicana de petróleo crudo
de exportación.
En
relación al tema de refinación en Pemex, el gobierno anunció que se destinarán
400 mil barriles adicionales de petróleo para ese propósito en este año. Si
bien la intención es reducir el malbaratamiento del petróleo de exportación, el
impacto sobre las finanzas de Pemex sería el mismo debido a que el petróleo
para uso interno se sigue cotizando al precio internacional. Dado que el
porcentaje promedio de capacidad utilizada en el Sistema Nacional de Refinación
se encuentra en alrededor de 30% derivado de los bajos niveles de mantenimiento
y reconfiguración de plantas, es muy probable que las pérdidas por refinación
aumenten con una mayor cantidad de productos refinados.
Dada
la incertidumbre sobre la profundidad y duración de la inminente recesión
económica, incrementar la producción de gasolinas y diésel no parece ser una
política sensata ya que no solamente desplazaría la importación de combustibles
más eficientemente producidos, sino que además se correría el riesgo de que
ocurriera un significativo aumento en los niveles de inventarios de productos
refinados (con los costos adicionales de almacenamiento que ello implicaría).
Valoración
El
gobierno federal y Pemex podrían aprovechar el recorte por 100 mil barriles
diarios que harán a la producción petrolera a partir de mayo para incrementar
la liquidez en la empresa petrolera mediante una reducción al gasto de inversión
en exploración y producción de este año. Lo anterior aunado a la reducción por
65 mil millones de pesos en la carga fiscal de Pemex muy probablemente evitaría
el aumento en las emisiones de deuda corporativa o la necesidad del uso de
líneas de crédito bancario ante potenciales problemas de liquidez.
Considerando
el significativo aumento en los rendimientos de los bonos de Pemex, no sería
deseable que la empresa petrolera hiciera emisiones de deuda. Actualmente, el
rendimiento del bono en dólares a 10 años de Pemex se ubica en 10.2% mientras
que el del soberano está en 3.8%, un diferencial de 6.4%. En estas condiciones,
Pemex no debería de hacer ninguna emisión. Si fuera necesario, el gobierno
federal debería de hacer las emisiones de deuda y/o las inyecciones de capital a
la empresa productiva del Estado.
Mientras
no se resuelvan los problemas estructurales de obsolescencia de plantas, bajo
mantenimiento e ineficiencias laborales, un mayor procesamiento de barriles de
petróleo para ser refinados por Pemex no parece ser una solución económicamente
viable a la sustitución de importaciones de gasolinas y diésel. Por el
contrario, tal decisión ocasionará mayores pérdidas. Finalmente, la
significativa contracción económica prevista para 2020 sugiere que los recursos
públicos se utilicen de la manera más eficiente para evitar presiones
adicionales sobre las finanzas públicas. Consecuentemente, sugerimos detener la
construcción de la refinería de Dos Bocas. En la coyuntura actual de emergencia
sanitaria, seguramente sería más eficiente y deseable reasignar al sector salud
los recursos que resultaran de reducir las actividades de exploración,
producción y refinación petrolera.
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