Por:
Marcelo Molinari, director de ingeniería de sistemas para LATAM de Ruckus
En
la era de los edificios inteligentes, el edificio es la empresa. Para crear una
estrategia en el edificio inteligente hay que unificar el control, monitorear y
administrar las capacidades del lugar usando muchas aplicaciones relacionadas
con la energía – desde las luces, hasta termostatos y sensores CO2 –, para
ahorrar energía y obtener otros beneficios operativos en la compañía. Los edificios
inteligentes exigen una infraestructura robusta que sea confiable, económica y
adecuada a su rol de misión crítica.
Un
edificio inteligente es cualquier estructura que utiliza procesos automatizados
para controlar las operaciones del edificio, como la calefacción, la
ventilación, el aire acondicionado, la luz, la seguridad y otros sistemas. Un
edificio inteligente usa sensores y microchips para recolectar datos y
administrarlos de acuerdo con las funciones y servicios del negocio. Esta
infraestructura ayuda a los propietarios, operadores y gerentes del edificio a
mejorar la confiabilidad y el rendimiento de los bienes, lo cual reduce el uso
de energía, optimiza los inconvenientes de espacio y reduce el impacto
ambiental.
Proporcionar
la infraestructura interior necesaria para implementar sistemas completos de
red puede ser un argumento atractivo para arrendatarios y compradores. Muchos
edificios modernos incorporan redes Wi-Fi para su personal, arrendatarios y
visitantes. Al permitir que los dispositivos se conecten inalámbricamente a un
sistema de control centralizado las empresas pueden aprovechar fácilmente las
capacidades emergentes del Internet de las Cosas (IoT).
Tener
capacidad inalámbrica ayuda a las organizaciones a dirigir sus iniciativas IoT
permitiéndoles administrar todas las comunicaciones machine-to-machine (M2M) en
la red empresarial. Como resultado, la capacidad inalámbrica juega un papel
cada vez más relevante.
Tanto
la distancia del usuario a la antena Wi-Fi con frecuencias no licenciadas y los
obstáculos interiores, como la estructura de los edificios (por ejemplo:
cemento, ladrillos, etc.), pueden interferir con las señales de radio, todo
afecta el ancho de banda de las comunicaciones recibidas desde la antena Wi-Fi.
Las áreas de cobertura en interiores para antenas Wi-Fi direccionales son de 30
a 100 metros.
El
medio inalámbrico juega un papel clave en el desarrollo y la tecnología de
edificios inteligentes. Hacer un edificio inteligente comienza por enlazar
sistemas centrales tales como luces, medidores de energía, bombas de agua,
calefacción, alarmas contra incendios y plantas de refrigeración con sensores y
sistemas de control. En una etapa más avanzada hasta los ascensores y sistemas
de acceso pueden ser parte del sistema.
En
este ambiente es más apropiado instalar una red Wi-Fi centralizada usando
puntos de acceso de nivel empresarial
que no se instalan en cada unidad. Desplegar los puntos de acceso en corredores
es
conveniente
y algunas veces inevitable desde el punto de vista cableado. Sin embargo, el
corredor actuará como un lente enfocado para las señales de RF que puede
resultar en autointerferencia con puntos de acceso que pueden estar lejos de
cada uno. Consecuentemente es mejor colocar puntos de acceso en algunas
unidades en un patrón escalonado horizontal y verticalmente.
Los
requisitos de red de edificios inteligentes para responder a la cobertura,
capacidad y control de costo son:
1.-
Red alámbrica
Las
aplicaciones para edificios inteligentes corren transparentemente en la
infraestructura Ethernet existente aparte del tráfico de red adicional. Es
importante evitar redes propietarias, tecnologías inalámbricas que no sean
Wi-Fi y arquitecturas de sistema inusuales.
Los
obstáculos potenciales pueden ser instalaciones y despliegues complejos,
funcionalidad y soporte limitados, obsolescencia rápida y mayores gastos de
capital y operativos. Aprovechar la red actual es clave. La red definida por
software también jugará un rol cada vez más importante en redes organizacionales.
2.-
Red inalámbrica
Los
puntos de acceso estándar ya instalados para ofrecer servicios IP a los
usuarios finales pueden manejar las operaciones de edificios inteligentes sin
modificaciones. Sin embargo, es posible que se necesiten más puntos de acceso
para asegurar la cobertura en todo el sitio.
Los
puntos de acceso basados en Wave 2 tienen más capacidad así que el trabajo se
limitará a analizar los flujos de tráfico en el tiempo y ajustar la
configuración del sistema usando análisis.
3.-
Gestión y operaciones de red
Implementar
servicios de edificio inteligente presenta una oportunidad excelente para
reconsiderar las soluciones de operaciones de red. Esto no es porque los
edificios inteligentes necesariamente representan un aumento masivo de la carga
de trabajo para el personal de operaciones, sino porque siempre es una buena
idea para revisar la red cuando se agregan aplicaciones nuevas de misión
crítica.
Los
sistemas de administración pueden incluir: implementaciones basadas en la nube
para mayor conveniencia y productividad; control de acceso centralizado y
uniforme; estrategias basadas en políticas que minimizan los esfuerzos de
configuración; APIs para extender servicios; personalización; monitoreo y
refuerzo de políticas regulatorias.
Un
Wi-Fi robusto y confiable es la base de la infraestructura para todas las
tecnologías de conectividad actuando como el cimiento de la transformación
digital. A medida que la IoT avanza y trae consigo mayor implementación de
tecnologías inteligentes, la interconexión entre personas, sitios y cosas sigue
creciendo y se vuelve común.
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