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El sector formal de vivienda aporta el 7% del PIB debido a la gran cantidad de empleos que genera
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Actualmente, cada derechohabiente decide libremente cómo utilizar su crédito de vivenda; sin intermediarios
En
la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) no se
comparte la visión que tiene el Gobierno Federal con respecto a los
créditos de autooconstrucción por lo que lo exhortamos a no
desacreditar al sector sin fundamentos.
En
el Sector Empresarial observamos que, buscando una vez más la
polarización entre los trabajadores formales e informales de este
país, sin fundamentación lógica, y de forma vaga, el titular del
Poder Ejecutivo Federal habló de supuestos intermediarios en la
compra de viviendas.
Los
arquitectos, ingenieros, constructores, y todos los que se dedican a
dicha actividad económica -que genera el 7 por ciento del Producto
Interno Bruto (PIB) nacional-, no son intermediarios, ya que entregan
un producto terminado al ciudadano que lo adquiere.
La
compra de un bien inmueble a través del INFONAVIT, es una decisión
particular de cada uno de los derechohabientes que desean adquirir o
construir la vivienda que cumpla con sus necesidades y las de su
familia; y no utiliza intermediarios en este proceso.
Pero
más allá de eso, el crédito a la autoconstrucción, en los
términos que comentó el presidente López Obrador en conferencia de
prensa el pasado 20 de abril, generaría problemáticas que en la
actualidad vemos en las zonas donde se ha optado por ese mecanismo y
que a continuación se enlistan:
1.
Más del 60 por ciento de las viviendas en las ciudades mexicanas se
han edificado mediante la autoconstrucción, lo que ha determinado
severas distorsiones de la fisonomía urbana del país.
2.
Vivienda de baja calidad, falta de servicios, así como falta de
condiciones de higiene y habitabilidad de los asentamientos humanos,
además de altos costos para el Gobierno, ya que a largo plazo, el
Estado tiene que intervenir para corregir estos problemas.
3.
No existe un ahorro de quien autoconstruye. Los materiales de
construcción que se usan para una vivienda, se compran a precios de
tlapalería, que son mucho más altos que los precios de mayoreo que
obtiene un desarrollador o un arquitecto, que planifica correctamente
la edificación.
4.
La autoconstrucción suele recurrir a los “maestros” albañiles
como directores de obra y desconoce la importancia y la valía de los
profesionistas (ingenieros y arquitectos) en la materia, lo cual
deriva en altos riesgos de habitabilidad, entre otros aspectos, como
la falta de consideración adecuada de la mecánica de suelos, la
resistencia de los materiales y el diseño de la infraestructura
hidráulica y eléctrica de la casa construida. Generando con esto la
falta de un perito responsable de la construcción, en caso de fallas
en la misma.
5.
Los terrenos para la autoconstrucción suelen ser más baratos,
porque el propietario original (la mayoría de las veces el
ejidatario) lotifica “a raya de cal”, sin considerar las mínimas
necesidades de planeación urbana del asentamiento humano a que dará
lugar el uso habitacional de la tierra. No planifica calles, zonas
verdes, áreas de servicios, etcétera.
6.
Los lotes carecen de toda planeación urbana y en los costos de la
edificación de las casas no se considera la urbanización.
7.
La generación de empleo es prácticamente nula comparada con el
desarrollo ordenado.
8.
Las autoridades municipales y estatales carecen de todo control, toda
vez que no cuentan con licencias de construcción y mucho menos de
ingenierías de diseño urbano.
9.
Las empresas desarrolladoras de vivienda (como cualquier otra
empresa) no sólo obtienen ganancias, también y sobre todo ofrecen
un servicio que es el de edificar modelos deseables de vivienda. Si
en algunos casos no cumplen con los estándares de calidad
requeridos, existen los mecanismos para obligar a las empresas a
corregir distorsiones.
10.
Los problemas generados por la falta de profesionalismo y de
urbanización de la autoconstrucción son prácticamente
incorregibles.
En
la actualidad, toda la vivienda nueva con financiamiento de INFONAVIT
tiene una póliza de seguro de calidad estructural y de instalaciones
por un periodo de hasta diez años, a partir de que el
derechohabiente adquiere su vivienda.
Por
otro lado, el INFONAVIT tiene un doble mandato. Uno es el de otorgar
créditos hipotecarios. Pero el otro -creemos igual o más
importante- es el de dar rendimientos por arriba de la inflación al
saldo de la subcuenta de vivienda de los trabajadores, que en caso de
no utilizar su crédito, o de utilizarlo y terminar de pagarlo antes
de su jubilación, dicho saldo le genera ahorros para el retiro.
Ante
ello, en la COPARMEX creemos que un modelo de autoconstrucción si
puede ser viable, siempre y cuando se generen las condiciones y
reglas de operación que garanticen un desarrollo urbano ordenado,
con garantía de que la construcción está correctamente ejecutada.
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