La Secretaría de Hacienda y Crédito Público presentó el día de ayer ante el Congreso de la Unión el documento de Pre-criterios de Política Económica 2021, de acuerdo a los tiempos establecidos por la ley. Estos incluyen las expectativas económicas al cierre de 2020 y para 2021. Los ajustes a las estimaciones de 2020 fueron importantes, con expectativas de una contracción de la economía, menores tasas de interés, precios bajos del petróleo y ampliación del déficit fiscal. Los nuevos números sustituyen estimaciones antes consideradas ‘optimistas’ y se ajustan a una realidad que presentará retos importantes para las finanzas públicas. Para 2021, la SHCP proyecta una mejoría generalizada de las condiciones económicas.
Los ajustes a las
estimaciones macroeconómicas para 2020 responden al doble choque
negativo en la economía y las finanzas públicas provocado por la
pandemia (COVID-19) y el colapso de los precios del petróleo. El
Gobierno Federal mantiene su compromiso de disciplina fiscal ante
esta eventualidad, aunque reconoce también la necesidad de responder
fiscalmente para mitigar los efectos económicos de la pandemia.
La velocidad en el
cambio del entorno económico global y local por la pandemia
obligaron a la SHCP a hacer cambios relevantes a sus estimaciones de
2020, bajo las que se elaboró el Presupuesto de este año. La
elevada incertidumbre, las medidas sanitarias de contención del
virus, la caída generalizada en la demanda global, la volatilidad en
mercados financieros, la disrupción de cadenas productivas y la
menor demanda de materias primas afectan sustancialmente el escenario
planteado para 2020. Por ello, anticipando un impacto negativo en la
economía global y local, y en las finanzas públicas del país, la
SHCP decidió ajustar a la baja sus estimados de crecimiento a
-3.9%/0.1% para 2020 (vs 1.5%/2.5% prev.).
Este menor
crecimiento tendrá un impacto directo en la recaudación y en la
posición fiscal del país. Sin embargo, el Gobierno cuenta con
distintos amortiguadores que ayudarán a hacer el impacto menos
grave. En el frente de la salud, se cuenta con fondos de reserva cuyo
objetivo particular es hacer frente a enfermedades y epidemias,
mientras que en el frente de la recaudación aún se cuenta con
recursos en el Fondo de Estabilización Presupuestaria por158.4 mil
millones de pesos. Adicionalmente, se cuenta con 185.5 mil millones
de dólares en reservas internacionales, una línea de crédito por
61.4 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional
(FMI) y líneas de intercambio de divisas con la Reserva Federal y el
Departamento del Tesoro estadounidenses por 60 y 9 mil millones de
dólares respectivamente. Todos estos elementos podrían ayudar a
hacer frente a problemas de liquidez y en la balanza de pagos; aunque
de momento Hacienda no asegura que recurrirá da alguno de ellos.
Además, cuenta con coberturas para los precios del petróleo en
2020.
Con esto en mente,
el Gobierno abandona su expectativa de lograr un superávit primario
en 2020 de 0.7% del PIB y proyecta ahora un déficit de -0.4%, con un
balance público negativo por -3.3% del PIB y requerimientos
financieros por hasta 4.4% del PIB. El aumento en el déficit fiscal
y en los requerimientos de financiamiento empujarán a una aplicación
de la deuda total del sector público hacia 50% del PIB en los
próximo años, aunque la SHCP aclaró que la mayor parte del
financiamiento busca hacerlo no con nuevas emisiones de deuda sino a
través de activos financieros del Sector Público.
Destaca que el
Gobierno refrenda su compromiso de respaldar a PEMEX como activo
estratégico del país. De hecho, evalúa medidas adicionales de
apoyo a la empresa para este mismo año, además de que PEMEX mismo
buscará la manera de mejorar sus ingresos. Esto mantendrá presiones
sobre el margen fiscal del país, dado que las nuevas estimaciones
recortan perspectivas sobre producción petrolera a 1.85 mbd en
promedio durante el año (vs 1.95 mbd prev.) y una plataforma de
exportación de crudo por 1.07 mdb.
El Gobierno plantea
una estrategia balanceada que combine estímulos a la economía,
respaldo a PEMEX y disciplina fiscal, algo muy complicado de alcanzar
en un entorno económico complejo con riesgos de una recesión global
profunda. La SHCP reconoce que las finanzas públicas no deben
agravar la situación macroeconómica, por lo que sus esfuerzos se
concentrarán en generar ahorros presupuestales y eficiencia en la
recaudación. Pero consideramos que el margen de ahorro es muy
limitado y las estrategias de mayor eficiencia en la recaudación
(implementadas desde 2019) hasta el momento no han mostrado
resultados que aseguren una posición fiscal más robusta en el corto
plazo. A ello se suma que para 2021 habrá menor disposición de
recursos en los fondos de estabilización y que el Gobierno no ha
presentado propuestas para un aumento de impuestos o una reforma
fiscal.
Si bien para 2021 se
espera una recuperación económica (1.5%/3.5% de crecimiento
esperado), la posición fiscal y financiera del país seguirá
presionada, con requerimientos financieros aún en 4% del PIB, un
déficit de 3.5% del PIB y un déficit primario mayor de 0.6% del
PIB. Será importante que las medidas de estímulo para contrarrestar
la recesión este año estén bien fundamentadas y dirigidas
(particularmente a evitar mayor desempleo, respaldando a pequeñas y
medianas empresas), coordinadas con la política monetaria y que
generen confianza dentro del sector privado. De no ser así, el
impacto económico del COVID-19 podría ser más profundo, la
recuperación podría ser menor a la esperada y la constante
necesidad de capitalización de PEMEX podría deteriorar aún más
las finanzas públicas, con riesgos crecientes de pérdida de grado
de inversión y menor acceso a capitales para el financiamiento de
las operaciones del gobierno.
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