jueves, 23 de abril de 2020

Cuidado a pacientes sin interrupciones


*Un regulador de voltaje en los centros de salud es esencial para garantizar la seguridad del paciente.
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Las clínicas y hospitales mantienen una alta dependencia de los servicios de energía con el fin de asegurar la continuidad de los sistemas de soporte vital que requieren un sinnúmero de pacientes; no obstante, una gestión energética eficiente permite la reducción de costos y el aseguramiento de la continuidad de los servicios médicos, de la que dependen registros, almacenes y aparatología de primera necesidad.
La inversión en infraestructura de sistemas de respaldo que entren en acción para proteger a los equipos médicos de las regulaciones del voltaje y los cortes de energía, evitará riesgos significativos para la salud y la seguridad de los pacientes.
Aunado a ello, la emergencia sanitaria provocada por el avance del COVID-19 ha colocado a las instituciones médicas y a su personal en la primera línea de defensa contra el virus, lo que precisará no solo del aseguramiento en la continuidad de los servicios eléctricos en sus instalaciones, sino también, de un plan de contingencia de energía de respaldo.
La Reconversión Hospitalaria anunciada por el Subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, especifica la adaptación de 184 unidades médicas a nivel nacional para la liberación de 23 mil 177 camas que se pondrán a disposición del personal médico con el fin de bridar atención a los pacientes que contraigan el virus.
Esta reconversión permite extender las capacidades del sector salud; no obstante, conlleva un aumento considerable del consumo eléctrico para los hospitales, que anteriormente promediaban un consumo de 3,000 watts por cama. En ese sentido, Alejandro Sánchez, director general de CyberPower Systems México, mencionó que, “si bien los avances científicos y tecnológicos han mejorado la atención que reciben los pacientes, también han incrementado la dependencia de la energía eléctrica”.
Los niveles de protección de energía que requieren los hospitales han aumentado conforme los avances tecnológicos han mejorado las capacidades de atención y respuesta a las enfermedades. “Las instituciones médicas han evolucionado tanto durante las últimas décadas que uno de los principales desafíos que hoy enfrentan recae en disponer de una fuente de energía de alta calidad, respaldada por sistemas de emergencia confiables que garanticen el flujo ininterrumpido de electricidad a toda la instalación, particularmente durante épocas de crisis”, concluyó Alejandro.
El poder ininterrumpido de los servicios es un elemento crucial de la atención al paciente, la implementación de equipos protectores contra sobretensiones conforma la primera línea de defensa de las instituciones médicas, aunado a ello, los UPS de grado hospitalario comprenden el siguiente nivel de respuesta, asegurando la alimentación eléctrica aún después de un apagón, además de regular las variaciones del voltaje, protegiendo la vida de las personas y los equipos conectados a ellas.
Es de suma importancia contar con plan de contingencia de protección de energía que permita brindar una continuidad de los servicios; mediante el uso de una batería de respaldo se asegura la protección contra fluctuaciones en el voltaje y el ruido eléctrico.
Las crisis sanitarias ocurridas a lo largo de la historia han mostrado la importancia de la conformación de un frente común de diversos sectores que conjugue conocimientos y avances tecnológicos para combatir y detener el avance de las enfermedades.

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