domingo, 26 de septiembre de 2021

¿Qué enseñarles sobre finanzas personales cuando están en su vida universitaria?

 


 
  • Establecer metas. Definirlas de forma muy concreta y determinar los pasos para lograrlas. Decidir cuánto se va a ahorrar y con qué frecuencia para lograr cada una de ellas.
  • Presupuestar siempre. Construir el hábito de planear gastos de manera anticipada y apegarse a ese plan es la base de unas finanzas sanas a cualquier edad.
  • Ahorrar antes de gastar. Ya sea el dinero que recibe en casa o el que se gana por actividades productivas, aprender a separar primero el ahorro y luego usar el restante para gastar.
  • Cómo funciona el crédito. Tan pronto se es mayor de edad y se tiene una cuenta de débito o de nómina, empezarán las ofertas de tarjetas de crédito. Saber manejarlas, diferenciar el pago total del pago mínimo, cómo usar el crédito de manera responsable y cómo no sobre endeudarse son cosas que hay que aprender antes de contratar una tarjeta, o al menos, al momento de hacerlo.
  • Invertir. Ahorrar para el largo plazo e invertir ese dinero en instrumentos que pongan el dinero a trabajar. Saber que invertir es la única forma de lograr que los ahorros no pierdan valor con el paso del tiempo es fundamental para la construcción de un patrimonio.
  • Ahorrar para el retiro. Aprender a ahorrar e invertir para el retiro desde el día de hoy, sin importar la edad que se tenga. Mientras más joven se empiece, se requerirán montos más pequeños y se asegurará el bienestar en la tercera edad.
  • Proteger los datos. Cuidar de uno mismo y de su patrimonio es fundamental, comprender qué datos hay que proteger y cómo hacerlo, es un ingrediente importante de unas finanzas sanas.

 

¿Cómo enseñarles?

 

Lo primero que hay que considerar es que no se aprende lo que no se hace, por lo que, si quieres que aprenda a administrar dinero, necesita tener dinero que administrar. En caso de que todavía no tenga un trabajo remunerado, definan en conjunto una cantidad fija y periódica que esté dentro de las posibilidades de la familia. De ahí se debe administrar para usar tanto en gastos necesarios como comidas, transportes y material escolar, como para diversión y entretenimiento.

 

Una vez que se ha establecido una cantidad, lo siguiente es enseñarle a hacer un presupuesto para esa cantidad y ese periodo y ayudarle a apegarse al plan. Es importante que lo primero que se anote en el presupuesto sea el ahorro y en ese mismo orden de importancia se separe cuando se recibe el dinero. Aprovechen la tecnología, hay muchas opciones para presupuestar de manera digital.

 

Poco a poco y en la medida de las posibilidades de la familia, introduce instrumentos bancarios como una cuenta de débito para administrar el dinero. Una vez que muestre responsabilidad y madurez, tal vez una tarjeta de crédito adicional, una inversión en CETES (que se puede abrir con $100), una cuenta de AFORE, etc. Se trata de irse familiarizando con los instrumentos financieros para hacerse un experto en manejarlos. Aquí también la tecnología puede ayudar, hay muchos instrumentos que pueden contratarse en línea.

 

Apoya este proceso poniendo el ejemplo, tracen metas financieras familiares, hagan juntos el presupuesto de la casa, ahorren en conjunto, etc. Una casa donde se habla de dinero sin tabúes es el lugar ideal para desarrollar hábitos financieros sanos.

 

Por último, sé paciente. Habrá errores y gastos impulsivos, piensa que a todos nos ha pasado alguna vez. Ayuda a retomar el camino con el aprendizaje obtenido por la mala experiencia.

 

¿Por qué enseñarles?

 

  • Construye buenos hábitos financieros. Desarrollar hábitos no es fácil en la vida adulta, pero si desde jóvenes (o mejor aún desde niños) se desarrollan casi sin notarlo. Estos buenos hábitos los acompañarán toda la vida.
  • Ayuda a lograr metas. Aprender a plantearse metas financieras, trazar los pasos para conseguirlas y ejecutar el plan es un aprendizaje que se puede aplicar para otro tipo de metas personales, físicas y profesionales.
  • Aprendizaje para la vida. Las finanzas y las decisiones financieras son parte del día a día de todos los adultos toda la vida. Es mejor tener las bases para facilitar esta tarea y evitar los dolores de cabeza que implican las malas decisiones financieras en la vida adulta. Piensa todas las veces que, en algún tropezón tuyo, pensaste “¿Por qué esto no me lo enseñaron en la escuela?”.
  • Si no les enseñas tú, ¿quién se los va a enseñar? Mándalos a la vida adulta lo más preparados posible para enfrentarla y disfrutarla.

 

Si tú también eres principiante en el tema, pueden empezar a aprender juntos. Es más fácil que un aprendizaje se reafirme si se lleva a la práctica, es por eso que es importante que empiecen hoy y tengan tiempo de practicar, equivocarse, ajustar y mejorar.

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