martes, 14 de septiembre de 2021

La recuperación del crédito bancario en julio aún no generó tasas de crecimiento anuales positivas

 

Flash Bancario - Crédito
14 de septiembre de 2021

Banca
Gerónimo Ugarte Bedwell / Mariana A. Torán Flores / Iván Martínez Urquijo
14 septiembre 2021

En julio de 2021, el saldo nominal de la cartera de crédito vigente otorgado por la banca comercial al sector privado no financiero (SPNF) cayó 4.0% anual (-9.3% en términos reales). Por tercer mes consecutivo, la contracción de la tasa de crecimiento anual del saldo de la cartera vigente se ha reducido, lo cual reafirma que el total del crédito bancario se encuentra en camino a una recuperación, aunque la magnitud de la misma difiere entre carteras. Las variaciones nominales por agregados de crédito que componen el SPNF fueron: consumo, -0.4%; vivienda, 9.1% y empresas -9.7%. En consecuencia, las aportaciones a la contracción de 4.0% puntos porcentuales (pp) del crédito bancario al SPNF fueron (en orden descendente): vivienda, 1.8 pp; consumo, -0.1 pp; y empresas, -5.8 pp.

En el caso de la cartera de consumo, continúa el repunte en términos nominales de algunos segmentos, así como la disminución en la magnitud de las contracciones en el resto, a excepción del crédito automotriz. Al filtrar el impulso nominal que representa la inflación, se observa que las carteras de consumo y empresas continúan contrayéndose, aunque en menor medida que en los últimos meses. Aun cuando el crecimiento observado en los indicadores de actividad económica apunta a una reactivación, los niveles de actividad aún están muy por debajo de los registrados antes de la crisis sanitaria. La velocidad de aproximación a dichos niveles determinará en buena parte el ritmo de expansión de la demanda por financiamiento y, por ende, el desempeño de los saldos de crédito.

Para el crédito a empresas, el efecto prevaleciente es una contracción de menor magnitud que en meses anteriores. No obstante, el crédito a algunas actividades productivas presentó en julio una mayor caída, como es el caso del sector minero o a la industria de equipo de transporte. Cabe destacar que la mejoría en los indicadores de actividad sectorial y de confianza empresarial no ha sido suficiente para generar crecimiento real en el financiamiento de algunas actividades productivas. El impacto con rezago de la actividad económica sobre el crédito, así como la expectativa de reactivación económica en lo que resta del año, podría reflejarse en tasas de crecimiento positivas en el mediano plazo.

La cartera de vivienda muestra mayor dinamismo que en el mes inmediato anterior (MIA) y reafirma su posición como la única cartera que mantiene tasas de crecimiento positivas en términos nominales y reales. La senda de recuperación del empleo ha mostrado variaciones anuales cada vez mayores desde abril de 2021, lo cual apunta a un mediano plazo de crecimiento sostenido en esta cartera. Cabe señalar que el efecto rezagado de la pérdida de empleos durante 2019 y 2020 constituye un freno para el crecimiento de esta cartera actualmente, aunque los datos muestran que el punto con el menor dinamismo ya tuvo lugar en el primer semestre del año.

Demanda por financiamiento empresarial aún no se ha recuperado

El efecto contable por el crecimiento de los saldos en 2020 aún contribuye a la magnitud de las contracciones interanuales de los saldos vigentes. No obstante, el financiamiento bancario parece contraerse en mayor proporción que la correspondiente a dicho efecto contable, indicando que la demanda por financiamiento bancario aún enfrenta obstáculos en su camino a la recuperación. En varios sectores, la tercera ola de contagios pudo retrasar proyectos de inversión ante un panorama incierto en cuanto a la recuperación de la actividad. Aunado a ello, la acumulación de depósitos durante la pandemia por motivos precautorios, así como en el retraso prudencial de proyectos de inversión, podría explicar la inercia en la recuperación del financiamiento de la banca múltiple a las empresas.

Los saldos vigentes de la cartera de crédito a empresas mantuvieron una caída, con una variación anual nominal de -9.7% (-14.7% real) en el séptimo mes del año, una contracción menor en 2.5 puntos porcentuales en comparación con la registrada el MIA. En efecto, el desempeño en julio se puede traducir en dejar atrás las caídas de doble dígito en términos nominales, lo cual no ha sido el caso desde marzo de 2021. Respecto a las variaciones mensuales, en julio se observó una tasa nominal de 0.46%, mayor al 0.14% del MIA, reflejo de una mayor inflación, ya que la variación real mensual refleja una caída de -0.1% (de menor magnitud que el -0.4% registrado el mes previo).  El índice de morosidad (IMOR) de la cartera a empresas en julio de 2021 fue 2.1%, similar al observado el MIA y mayor al 1.7% observado en julio de 2020.

En particular, para analizar la tendencia del financiamiento a los sectores con mayor participación de cartera – el comercio y las manufacturas –, indicadores de desempeño como los ingresos en las actividades comerciales y la inversión fija bruta, vinculada con la expectativa de desempeño manufacturero, permiten esclarecer las dinámicas de actividad y crédito de dichos sectores. En junio de 2021 (última información disponible), los indicadores de ingresos por suministro de bienes y servicios mostraron tasas anuales de crecimiento de doble dígito (21.0% en el caso de comercio al por menor, 17.7% para el comercio al por menor y 19.4% en el caso de servicios), aunque bastante menores a las registradas en el MIA. Del mismo modo, el indicador de inversión fija bruta registró un crecimiento anual de 16.9% en términos anuales. En ambos indicadores, se refleja aún el efecto contable de las fuertes contracciones observadas durante el mismo período en 2020.No obstante, en variaciones mensuales, la inversión fija bruta cayó 1.8%, tras registrar crecimientos de 0.72% en junio y 0.5% en mayo.

La heterogeneidad en los ritmos de recuperación entre sectores es patente en el desempeño de la cartera de empresas durante los últimos meses, la cual ha estado influida tanto por las diferencias en las sendas de recuperación, como por las diferencias relativas en el acceso al financiamiento (particularmente, durante la crisis sanitaria). En términos generales, la magnitud de la contracción fue menor en julio, tanto en términos nominales como reales, respecto a los meses anteriores. No obstante, destacan sectores como la industria automotriz y la minería cuya demanda por financiamiento parece no haber alcanzado aún su mayor caída.

En el sector comercio (16.3% de la cartera vigente empresarial), la tendencia de indicadores como el crecimiento anual real de las ventas, así como los ingresos de las actividades comerciales – mayoristas y minoristas – desde el mes de marzo, apuntan a una mejoría en la actividad crediticia que podría consolidarse en una mayor demanda por financiamiento en el mediano plazo. No obstante, la cartera vigente al sector comercio aún presentó en julio una contracción anual nominal de 11.6% (-16.4% real); aunque cabe señalar que la magnitud de la caída en los saldos vigentes al sector ha sido consistentemente menor desde el mes de mayo.

Similarmente, la cartera de crédito vigente a las manufacturas (21.7% del total) presentó una contracción de 14.8% nominal en términos anuales (-19.5% real) en el mes de julio, caída de menor magnitud al -17.6% nominal anual (-22.2% real) en el MIA. El esperado impulso de la demanda externa aún no se ha traducido en una mayor demanda de financiamiento por parte del sector. Dentro de los subsectores manufactureros, la heterogeneidad en el desempeño crediticio ha sido evidente, con el subsector de equipo de transporte siendo el único que registró una caída de mayor magnitud a la del MIA.

En julio de 2021, el sector construcción (17.7% del crédito a empresas) presentó una caída anual nominal en los saldos vigentes de 5.2% (-10.4% real), mientras que en julio de 2020 el crecimiento fue de 9.0% (5.2% real). En términos mensuales, los saldos reales vigentes del sector construcción registraron nuevamente una contracción, con lo cual suman ya 15 meses consecutivos en terreno negativo. Dicha inercia en la actividad crediticia del sector podría responder a que la actividad sectorial aún se encuentra en niveles por debajo a los observados antes de la crisis sanitaria, con base en el Índice Global de Actividad Económica (IGAE).

Respecto a la minería (1.1% del total), la variación anual de los saldos nominales vigentes fue de -28.4% (-32.4% real) en julio de 2021, una caída de mayor magnitud que el -25.4% (-29.5% real) en el MIA. Por su parte, el sector de generación de electricidad, agua y gas presentó una contracción de -12.2% (-17.0% real) en julio de 2021, acumulando 28 meses de caídas nominales (34 en términos reales).

Las únicas actividades que presentan un crecimiento nominal son las agropecuarias (4.1% de la cartera empresaria), aunque con una variación anual de los saldos nominales vigentes de apenas 0.1% (-5.4% real) en julio de 2021.

En el caso del crédito a los servicios (50.9% del crédito vigente a empresas), la cartera al sector de hoteles y restaurantes redujo significativamente la magnitud de su contracción, con los saldos nominales cayendo 5.3% (-10.5% real) a tasa anual en julio de 2021, y con un efecto base reflejado en dicha variación, ya que, en julio de 2020, el crecimiento fue de 28.9% (24.4% real). En variaciones mensuales, los saldos nominales vigentes del sector presentaron una contracción de -0.2% (-0.8% real) en julio de 2021, quizá en parte explicado por la postergación de operaciones y proyectos de inversión frente a una menor actividad sectorial esperada a causa de la tercera ola de contagios a nivel nacional.

La mejoría en los indicadores de consumo privado aún no ha sido suficiente para detonar un mayor crecimiento de la cartera de consumo

El saldo nominal del crédito vigente de la banca comercial al consumo en julio de 2021 presentó una variación anual de -0.4% (-3.1% en el MIA y -5.6% en julio de 2020), la menor caída observada desde que la cartera comenzó a contraerse en mayo de 2020. Las carteras de crédito para bienes de consumo duradero y crédito de nómina registraron crecimiento nominal, aunque en términos reales ambas continúan en terreno negativo. Los créditos personales y de tarjeta de crédito continúan registrando variaciones anuales negativas, aunque con una significativa reducción en su magnitud.

En el séptimo mes del año, el crédito otorgado a través de tarjetas (36.2% del total del crédito al consumo) registró una variación anual nominal de -1.6% (-7.0% real), reduciendo la magnitud de su contracción por quinto mes consecutivo. En particular, la variación mensual de esta cartera registró un crecimiento nominal de 0.21%, aunque una contracción real de 0.4% (al eliminar el efecto inflacionario). La utilización de recursos acumulados para financiar el gasto corriente por parte de los hogares podría explicar parcialmente la caída en los saldos, revirtiendo el efecto que el período vacacional genera en el desempeño de este segmento.

En el caso del saldo vigente de los créditos de nómina, se registró una variación anual nominal de 2.7% (-2.9% real), mayor a la registrada el MIA (1.6%), en tanto que el saldo vigente de los créditos personales redujo su caída nominal de -16.5% en junio a -8.3% en julio de 2021 (-13.3% real). La mejoría en los indicadores de empleo formal, que registraron en julio una variación anual de 4.1%, podrían explicar esta relativa mejoría en el desempeño de dichas carteras.

En cuanto al crédito para la adquisición de bienes de consumo duradero (ABCD), su cartera vigente registró una variación nominal anual de 2.2% (-3.4 real), el cuarto crecimiento positivo en términos nominales en el transcurso del año. En términos reales, la disminución de los saldos en esta cartera fue de mayor magnitud que en el MIA, cuando cayó 2.9%. La reducción en el saldo de la cartera automotriz ha sido la principal causa de dicha caída. En particular, el crédito automotriz continuó contrayéndose, con una caída anual nominal en julio de -2.0% (-7.4% real), mientras que el crédito para la adquisición de bienes muebles creció a una tasa nominal anual de 41.2% en el mismo mes. Los indicadores de empleo han mejorado, pero el índice complementario de confianza del consumidor asociado a la intención de comprar un automóvil ha presentado contracciones mensuales desde el mes de mayo, lo que podría indicar cierta cautela por parte de los hogares para adquirir financiamiento a un plazo más largo de bienes que pueden no ser de primera necesidad, como es el caso del crédito automotriz. Asimismo, una contracción de la oferta por la interrupción de la cadena productiva del sector (quizás debido a la escasez de microchips) contribuye a la contracción de la demanda por financiamiento automotriz.

En cuanto a morosidad, la cartera de consumo exhibió un IMOR de 3.6% en julio de 2021 (3.9% en el MIA y 4.0% en julio de 2020). La morosidad más alta sigue registrándose en la cartera de créditos personales (5.8%), seguida por la cartera de crédito para la adquisición de bienes muebles (5.5%). Al igual que en el MIA, esta última cartera fue la única que no presentó una reducción en su morosidad respecto al mes anterior.

A pesar de un mejor desempeño de los indicadores de empleo, la cautela en el gasto por parte de los hogares, así como la utilización de recursos acumulados en forma de depósitos a la vista, observado a partir del inicio de la pandemia, no han permitido observar crecimiento en la cartera de consumo. El regreso a clases, aunado a la reactivación de actividades de ocio podría impulsar el dinamismo de los créditos al consumo en un entorno de mejoría en las condiciones sanitarias.

La cartera hipotecaria mantuvo su dinamismo

En julio de 2021, el crecimiento nominal anual del saldo de la cartera de crédito vigente otorgado por la banca comercial a la vivienda fue de 9.1%, ligeramente mayor al del MIA (8.9%). El dinamismo de esta cartera ha logrado mantenerse, registrando una tasa de crecimiento real de 3.1%, ligeramente mayor a la registrada el MIA (2.9%) pero por debajo de la observada en julio de 2020 (5.2%). A tasa mensual, el buen desempeño de la cartera también se ha sostenido, presentando crecimiento en términos nominales y reales en los últimos cuatro meses.  Adicionalmente, la morosidad se mantiene acotada, aunque la cartera vencida de este segmento se ha incrementado, con un IMOR de 3.4% en julio de 2021, ligeramente menor al 3.5% observado el MIA, pero aún por encima del observado en julio de 2020 (3.1%)

El ritmo de crecimiento se ha moderado a lo largo de 2021, al pasar de un crecimiento real de 5.3% en diciembre de 2020 a uno de 3.1% en julio de 2021. La pérdida de empleos formales desde 2019 impacta con rezago a esta cartera y puede constituir la principal explicación de dicha desaceleración, especialmente en el segmento de vivienda media y residencial, que registró 4.6% de crecimiento nominal anual en julio, contra un 6.9% en diciembre de 2020. El crecimiento sostenido de esta cartera se explica en parte por un entorno de tasas de interés históricamente bajas, que se han mantenido por debajo de niveles de doble dígito desde mayo de 2020.

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