Texcoco,
Méx.- Al analizar la relación entre la productividad y el salario de los
trabajadores, el economista y líder social texcocano, Brasil Acosta, alerta que
esta relación es inversa y afecta al trabajador, pues mientras el salario
disminuye, la productividad aumenta, lo cual promueve la competencia laboral y
la depreciación de la calidad de vida del obrero o asalariado.
El
también catedrático de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), explicó que “la
economía moderna señala que el salario y la productividad van de la mano, de
ahí sacan el principio de que a mayor productividad mayores salarios; sin
embargo, lo que en la realidad sucede es lo contrario, es decir, que la
productividad laboral ha crecido, mas no así el salario, tal como lo presenta
Luis Felipe Munguía, profesor investigador de El Colegio de México”.
De
acuerdo con Brasil Acosta, en una nota que publicó el diario Milenio: “Munguía
demostró que de 2009 a 2014, en toda la industria manufacturera la
productividad laboral creció 14.9 por ciento, mientras que las remuneraciones
cayeron 2.1 por ciento”.
Otro
ejemplo de esta relación inversa es la expuesta por Carlos Marx, en su obra
“Trabajo Asalariado y Capital”, escrita en Bruselas, Bélgica, en el año de 1847
en forma de conferencias, donde se exponen tres elementos que hacen que la
productividad del trabajo crezca: “mediante una mayor división del trabajo;
empleando y perfeccionando nuevas máquinas; explotando de un modo más
provechoso y más extenso las fuerzas naturales.
“Este
mecanismo da como resultado una disminución del salario. Si antes el obrero
realizaba todo el proceso de producción y posteriormente se le facilita el trabajo
o se le simplifica su labor, ello tiende a bajar el salario”, explica.
La
sustitución del obrero por la maquinaria afecta igualmente al trabajador,
señala el economista “los obreros despedidos por el uso de la maquinaria, dice
Marx, compiten entre sí, pues la fuerza de la necesidad les obliga a conseguir
trabajo y están dispuestos a conseguir uno peor pagado con tal de tener
trabajo, trabajo que los obliga a dar más de sí y a elevar la productividad sin
que se eleve con ello el salario, pues la maquinaria desplaza obreros que
conforman el “ejército industrial de reserva, que en términos de la oferta y la
demanda, incrementan la oferta de brazos y disminuye su precio que es el
salario”.
Por
último, indicó que “Este proceso que dio
como resultado el aumento de la productividad, contribuyó a la disminución de
los salarios. Para que verdaderamente los salarios mejoren, es necesario que
las empresas sacrifiquen parte de sus ganancias y eso sólo se podrá lograr
cuando en México gobierne un Estado popular respaldado por las grandes mayorías
educadas y organizadas”.
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