(29 de agosto, 2018)
La
igualdad es fundamento del desarrollo y tiene un papel instrumental
como impulsora del desarrollo sostenible, contribuyendo a la innovación,
al aumento de la productividad y a la sostenibilidad ambiental. Así lo
reafirmó hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante una
conferencia realizada en México.
Bárcena
ofreció una presentación magistral en Ciudad de México, sede de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para entregar las
principales
conclusiones del documento institucional de la CEPAL La
Ineficiencia de la Desigualdad, que fuera dado a conocer originalmente en el
trigésimo séptimo período de sesiones
de la Comisión, realizado en mayo pasado en La Habana, Cuba.
“Por
más de una década la CEPAL ha posicionado a la igualdad en el centro
del desarrollo como un principio ético irreductible, centrado en un
enfoque de
derechos. Es también una condición necesaria para avanzar hacia un
modelo de desarrollo orientado hacia el cierre de brechas estructurales y
en la convergencia tecnológica, que permita lograr mayores niveles de
productividad con sostenibilidad económica y
ambiental, de cara a las futuras generaciones. Se trata de crecer para
igualar, e igualar para crecer”, señaló la alta funcionaria de las
Naciones Unidas.
Dieron
la bienvenida a la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL el rector de la
UNAM, Enrique L. Graue; el Director de la Facultad de Economía de la
Universidad,
Eduardo Vega López; el Profesor de la misma facultad y futuro
Subsecretario de Egresos en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP) del gobierno del Presidente electo Andrés Manuel López Obrador,
Gerardo Esquivel; y el Secretario General de la UNAM,
Leonardo Lomelí Vanegas.
El
Rector Graue hizo notar la importancia de este documento de la CEPAL
“ya que nos ayuda a reflexionar sobre esta brutal y lacerante realidad
latinoamericana
de la desigualdad, que es un monstruo que se alimenta a sí mismo y
tiende a perpetuarse”. Agregó que, “a fin de cuentas, si no la
combatimos, la desigualdad nos va a destruir, por su propia
ineficiencia. No es posible continuar así con esta desigualdad, que
tanto lastima nuestro futuro”, remarcó.
En
tanto, Gerardo Esquivel indicó que el documento de la CEPAL es muy
relevante ya que habla sobre los costos de la desigualdad, “tema que se
minimizó
durante mucho tiempo” y que gracias a los estudios de la CEPAL “se ha
vuelto a poner en la mesa de discusión en México y en América Latina”,
declaró. Agregó que ahora que estamos ad portas de una nueva
administración, libros como este son muy importantes porque
ayudan a establecer guías y patrones de política económica.
“Precisamente, el presupuesto que se está preparando para 2019 tiene
contemplado un número de recursos muy significativos para apoyar el
combate a la desigualdad”, dijo.
En
su presentación, Alicia Bárcena destacó que la desigualdad no solo es
injusta sino que es ineficiente e insostenible, porque genera y sustenta
instituciones
que no promueven la productividad ni la innovación al premiar o
castigar la pertenencia de clase, etnia o género, y porque crea una
cultura del privilegio que refuerza estas desigualdades, las incorpora
en las relaciones sociales como algo aceptable y natural,
y las reproduce en el tiempo.
“La
igualdad no es solo un resultado del sistema económico, sino también
una variable explicativa de su eficiencia en el largo plazo. Igualdad,
productividad
y democracia son bienes complementarios estratégicos, y no sustitutos,
más aún en un mundo con fuertes tensiones económicas, políticas y
ambientales como el actual”, dijo.
Bárcena
explicó que la desigualdad es ineficiente porque pone barreras a la
educación que se transmiten entre generaciones, al acceso a la salud que
reducen
la productividad y la esperanza de vida, fomenta la discriminación por
etnia, raza, género o clase, y promueve la evasión y elusión fiscal.
“Por
eso nosotros proponemos una nueva generación de políticas fiscales con
instituciones renovadas que abran espacios para actuar en el campo
social y
asegurar que nadie se quede atrás, tal como lo indica la Agenda 2030
para el Desarrollo Sostenible” -aprobada por las Naciones Unidas en
2015-, indicó.
Sobre
esta Agenda 2030, Alicia Bárcena remarcó que se trata de una agenda
civilizatoria, una respuesta global para enfrentar los embates que está
sufriendo
hoy el multilateralismo, especialmente en el ámbito comercial, en el
aumento de los conflictos, la violencia y las amenazas a la paz. “La
Agenda 2030 es un eje orientador de la política internacional, nos da
pautas. Entrega una gobernanza para crear bienes
públicos globales basada en la cooperación multilateral, necesaria para
corregir asimetrías e imponer menos restricciones a las decisiones
nacionales. Además requiere una nueva ecuación entre Estado, mercado y
sociedad”, señaló.
De
acuerdo con el documento de la CEPAL, si bien América Latina y el
Caribe no es la región más pobre del mundo, sigue siendo la más
desigual. Más de 187
millones de personas seguían viviendo en la pobreza y 62 millones en la
pobreza extrema en 2017. Además, existe una falta de acceso a una
educación de calidad, con una proporción muy significativa de la
población mayor de 18 años que todavía no alcanza un
nivel educativo equivalente al primer ciclo de secundaria completo, una
alta tasa de embarazo adolescente -que llega al 20% de mujeres de
grupos indígenas-, importantes costos económicos en varios países
relacionados a la doble carga de la malnutrición, una
fuerte discriminación étnico-racial, especialmente entre las mujeres
afrodescendientes e indígenas, y una evasión fiscal que llegó al 6,7%
del PIB en 2015.
Existen
también desigualdades territoriales y medioambientales, entre ellas la
fuerte dependencia de las exportaciones de recursos naturales
(especialmente
en América del Sur), rezagos en la inversión en infraestructura,
brechas en acceso a saneamiento y electricidad, costos en salud debidos a
la contaminación ambiental, segregación espacial que se manifiesta, por
ejemplo, en los altos tiempos de transporte en
las metrópolis latinoamericanas, alzas en los costos económicos por
causa del cambio climático y eventos meteorológicos extremos, y brechas
en la infraestructura para la revolución tecnológica (acceso a
internet).
“Por
todo ello, debemos orientar la inversión, la política industrial y
tecnológica, hacia el cambio estructural y un gran impulso ambiental que
nos permita
una mayor especialización productiva, la construcción de capacidades
endógenas, absorbiendo innovación y creando tecnologías, y empleo de
calidad y capacidades locales que incorporen la revolución tecnológica y
conocimiento ecológico”, enfatizó Alicia Bárcena.
“No
basta la suma de acciones nacionales para lograr la provisión de bienes
públicos globales. Se necesita gobernanza, integración y acción
colectiva”,
finalizó.
Más información:
- Documento completo de la CEPAL: La Ineficiencia de la Desigualdad.
- Presentación de la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, en la UNAM.
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