*Honran su
memoria a 18 años de su muerte
Nicolás Romero, Méx.- El Movimiento
Antorchista del noroeste mexiquense realizó una misa en honor a Crescencio
Sánchez Damián, mártir que perdió la vida en Chimalhuacán el 18 de agosto del
año 2000. En ese acontecimiento que marcó un hito en la democracia y la
historia de aquel municipio se desarrolló un ataque armado donde él junto con
nueve personas, perdieron la vida.
La misa se desarrolló en la explanada
del inmueble que albergará el centro de salud de Ejido Azotlán, lugar donde
Crescencio vivió desde 1982. Esta celebración eucarística congregó a más de doscientas
personas, entre familiares, amigos, conocidos; así como de integrantes y
dirigentes de Antorcha Noroeste, quienes, con solemnidad, honraron la memoria
de este ilustre hombre que siempre se caracterizó por ayudar a los demás.
Luego de finalizar la misa, se llevó a
cabo un ágape para posteriormente, dirigirse al panteón municipal de San
Rafael, localizado en la colonia Vicente Guerrero en Nicolás Romero, donde se
hizo un homenaje en el cual su hija, Reyna, ofrendó flores en la tumba de
Crescencio y como parte de este acto, estuvo presente un mariachi que entonó
canciones que en vida disfrutaba el mártir, como Caminos de Guanajuato o El
perro negro, entre otras melodías de la autoría de José Alfredo Jiménez,
paisano de Don Crescencio.
Alejandro Navarro García, integrante del
comité seccional de Antorcha noroeste y regidor electo de Nicolás Romero,
ofreció un mensaje a los presentes, en el cual destacó la labor la labor de don
Crescencio en el Movimiento Antorchista. “Es muy importante honrar al compañero
Crescencio y que su familia sepa que no nos olvidamos de ellos. Fue un líder en
su comunidad y fue un antorchista de hueso colorado; siempre estuvo presente en
lucha para el bienestar de la gente del municipio. Las balas de los que están
contra el progreso fueron las que le arrebataron la vida”.
Al grito unísono de los presentes que
coreaban “morir por Antorcha es vivir, morir por Antorcha no es morir o
Crescencio, amigo, en Antorcha sigues vivo”, la gente que acompañó a la
comitiva hasta el camposanto demostró su respeto a Crescencio, quién fue un
modelo a seguir para aquellos que lo conocieron y cuya labor en Antorcha en
favor del pueblo, de sus semejantes, continúa vigente, inmortalizándolo como un
ejemplo de lucha y perseverancia para el bien común, haciendo que su legado
continúe en cada antorchista del noroeste mexiquense.
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