miércoles, 6 de agosto de 2025

Más del 90% de los mexicanos usa su celular para redes sociales

 

El país alcanzó los 98.6 millones de usuarios de smartphones en 2024, es decir, al 81.7% de la población.

 

El teléfono celular se ha convertido en una herramienta imprescindible en la vida cotidiana de millones de personas alrededor del mundo. Su evolución, de simples aparatos para hacer llamadas a dispositivos multifuncionales capaces de concentrar nuestras comunicaciones, información, finanzas y entretenimiento, ha sido clave en la transformación digital de las sociedades. Este fenómeno ha sido especialmente evidente en países como México, donde el uso del celular ha crecido de manera sostenida durante la última década, impulsado por la expansión del internet, el abaratamiento de la tecnología y el cambio en los hábitos de consumo y comunicación.

 

En este sentido, según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) del Inegi, para 2024 se contabilizaron 98.6 millones de usuarios de celular en el país, lo que representa el 81.7% de la población. En 2015, esa cifra era de 76.4 millones. Esta tendencia ascendente va de la mano con el crecimiento en el acceso a internet, que en el mismo periodo pasó de 12 millones de viviendas conectadas a más de 28 millones, es decir, el 73.6% de los hogares del país.

 

En la actualidad, el celular no solo se utiliza para comunicarse, sino también para acceder a redes sociales, consumir contenidos, comprar en línea y realizar operaciones bancarias y de inversión. En concreto, en 2024, casi la totalidad de los internautas en México -un 93 %- recurrió a su móvil para comunicarse, y un 90.4 % lo utiliza cotidianamente para navegar en redes sociales.

 

Estos datos confirman que los smartphones dominan el mercado, representando el 96.6 % de los dispositivos móviles activos, mientras que los teléfonos básicos apenas alcanzan el 3.2 %. Además, el acceso a estas funciones se distribuye de manera muy pareja entre géneros, ya que el 91 % de las mujeres y el 90.2 % de los hombres emplean su celular para enviar y recibir mensajes instantáneos.

 

A pesar de este avance generalizado, las diferencias entre zonas urbanas y rurales siguen marcando una brecha importante. Por un lado, en las ciudades el 86.9% de los habitantes tiene acceso a internet, pero en áreas rurales el porcentaje baja al 68.5%. Estas desigualdades también afectan el tipo de actividades realizadas en línea, pues en zonas urbanas, el 80.1% consume contenidos audiovisuales y el 39.2% hace compras por internet; en contraste, en áreas rurales estos números se reducen al 68% y 19.1%, respectivamente.

 

Otro de los usos que más ha crecido en los últimos años es el relacionado con las finanzas personales. La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) de 2024 reveló que el manejo del efectivo ha comenzado a disminuir en favor de los pagos electrónicos. Y es que hoy más mexicanos aprovechan sus celulares para hacer transferencias o pagar productos y servicios. De hecho, el 76.5% de la población ya cuenta con algún producto financiero, como una cuenta de ahorro, tarjeta de crédito, seguro o Afore, un crecimiento de 8.1% respecto a 2015.

 

En esa línea, entre 2021 y 2024, el uso de aplicaciones móviles para realizar operaciones bancarias pasó del 54.3% al 69.1%, mientras que el uso de cajeros automáticos y sucursales cayó en 16.8 y 5 puntos porcentuales, respectivamente. Sin embargo, aún hay desafíos por resolver, como la desigualdad de género: solo el 72.8% de las mujeres accede a un producto financiero, frente al 80.9% de los hombres.

 

En medio de este escenario, los fabricantes de teléfonos han redoblado esfuerzos para lanzar modelos que combinen potencia y precio justo, adaptándose a las crecientes exigencias de los usuarios digitales. Así, en el primer semestre de 2025, el iPhone 16e se coronó como el preferido en México al acaparar el 19 % de las ventas, de acuerdo con Counterpoint Research. Este dispositivo, situado en la gama de entrada de Apple, destaca por su chip A18 Bionic, sensor principal de 48 MP y 8 GB de memoria RAM, con un precio inicial de 14.999 pesos.

 

Muy cerca le siguió Samsung con su Galaxy S25, responsable del 18 % del mercado. La versión estándar, impulsada por un procesador Snapdragon 8 Elite y equipada con una cámara de 50 MP, parte de los 16.499 pesos. De este modo, la histórica pugna entre Apple y Samsung perdura, con cada uno apostando a la innovación tecnológica y a ofertas de diferentes rangos de precio.

 

Incluso, el deseo de contar con estos dispositivos de gama alta ha llevado a muchos consumidores a recurrir a esquemas de financiamiento o incluso a adquirir créditos personales, especialmente entre los más jóvenes, con tal de acceder a un celular que les permita estar al día con las exigencias tecnológicas actuales.

 

Pero este auge en la compra de teléfonos también ha traído consigo riesgos. La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) alertó sobre el incremento de estafas relacionadas con la compra de dispositivos en línea, especialmente en tiendas digitales no certificadas. Muchos de estos productos pertenecen al mercado gris, es decir, teléfonos importados que no cumplen con las especificaciones técnicas ni legales requeridas en México.

 

Cabe señalar que el mercado gris representó el 3% de los teléfonos vendidos en el país entre 2022 y 2023. Aunque pueden ser originales, estos equipos no están homologados ni cuentan con garantías válidas según la Ley Federal de Protección al Consumidor. Algunas marcas como ZTE, Motorola y Samsung incluso han bloqueado estos teléfonos para que no puedan utilizarse en redes mexicanas. A raíz de esta situación, el IFT y Profeco intervinieron para evitar afectaciones al consumidor y se pidió a las empresas suspender dichos bloqueos.

 

Para evitar contratiempos, las autoridades recomiendan verificar que los productos tengan etiquetas como “Versión extranjera” o que estén acompañados de la Norma Oficial Mexicana NOM-024-SCFI-2013, lo que garantiza que cumplen con los estándares nacionales. También se sugiere revisar que el proveedor ofrezca una garantía mayor a 90 días y confirmar que el celular esté homologado mediante el número IMEI, que puede consultarse marcando *#06#.

 

 

 

Preocupación en los niños

 

El uso de celulares entre los niños no ha sido la excepción y, al igual que en adultos, ha crecido de forma acelerada en los últimos años, generando tanto oportunidades educativas como preocupaciones sobre su bienestar. De acuerdo a datos publicados por la Revista del Consumidor de la Profeco, el número de menores en edad escolar -entre 6 y 12 años- que instala juegos en dispositivos móviles ha aumentado considerablemente. Por ejemplo, en 2017 solo el 8% de los niños lo hacía, pero para 2023 la cifra se elevó al 40.17%, lo que equivale a unos 6.1 millones de menores utilizando estos aparatos para jugar. De ellos, el 56.4% son niños y el 43.6% son niñas.

 

Este aumento ha abierto un debate sobre los riesgos que implica el uso excesivo de celulares durante la infancia. No se trata solo del tiempo que pasan frente a la pantalla, sino del tipo de contenidos que consumen y las dinámicas que estos juegos fomentan. Muchos de los títulos disponibles utilizan mecanismos que promueven el consumo mediante recompensas inmediatas, obstáculos artificiales que motivan a realizar compras, y en algunos casos, permiten la interacción con desconocidos a través de perfiles falsos. Todo esto puede derivar en conductas de riesgo como el acoso digital o la pérdida del control sobre la privacidad personal.

 

Asimismo, la exposición prolongada a las pantallas puede afectar la salud física y emocional. La Profeco advierte que los menores pueden presentar bajo rendimiento académico, alteraciones en el sueño, ansiedad y falta de concentración, además del impacto ambiental que representa el consumo masivo de dispositivos electrónicos. Ante este panorama, es fundamental que padres, madres y tutores establezcan límites y acompañen el uso de la tecnología.

 

Para reducir los riesgos, se recomienda establecer horarios definidos para el uso del celular, fomentar plataformas educativas, utilizar controles parentales, evitar el uso de pantallas antes de dormir y enseñarles a no compartir información personal. También es importante promover actividades fuera del entorno digital, como el ejercicio, la lectura o los juegos tradicionales.

 

Finalmente, se destaca que, con supervisión y orientación, el celular puede ser una herramienta positiva. Existen aplicaciones aprobadas por docentes, clasificaciones de edad y plataformas diseñadas para ofrecer contenido adecuado. El reto no es eliminar la tecnología, sino aprender a usarla con responsabilidad desde edades tempranas.


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