Jueves
23 de enero, 2020. México, CDMX. En Reinserta hacemos un llamado a las
autoridades federales y estatales para atender las problemáticas de las
niñas y niños mexicanos, con respecto a que en diversos medios de
información han circulado imágenes en donde se aprecia a menores de edad
con armas de fuego y palos, marchando como una tropa de un grupo de
autodefensas en el estado de Guerrero. Se asegura que esta situación
deviene de un enfrentamiento suscitado entre grupos criminales y
pobladores de Chilapa en esa entidad.
Resulta
absolutamente reprobable el posicionamiento del Gobierno de Guerrero en
el que condena lo ocurrido, cuando sistemáticamente ha sido omiso en
garantizar las condiciones mínimas de bienestar para dichas comunidades y
en tutelar la integridad de las niñas y niños pertenecientes a ellas.
Para atender las problemáticas desde las causas que las originan,
urgimos a las instituciones a procurar condiciones habitables en las
comunidades y a salvaguardar mediante acciones positivas los derechos
humanos de la niñez en México. Insistimos en la importancia de la
reconstrucción del tejido social, la pacificación y la prevención
integral, ante la criminalización.
En
un país como México, en el que cada día escala más la violencia y la
incidencia delictiva y en el que no hay una estrategia clara para
revertir la situación, se hace un urgente llamado a atender las causas
de raíz. De conformidad con nuestro estudio: "Factores de Riesgo y
Victimización en Adolescentes que Cometieron Delitos de Alto Impacto
Social en México":( http://bit.ly/Estudio-de-Factores-de-Riesgo )
Solo el 26% de las personas adolescentes concluyó su educación básica previo a la reclusión.
En
más del 60% el ingreso familiar mensual era menor a los $7,000.00 pesos
y 1 de cada 4 personas adolescentes refiere haber padecido hambre.
Por otra parte dos de cada tres personas adolescentes tuvieron acceso a un arma de fuego en su comunidad y;
Siete de cada 10 tuvieron contacto con un grupo delictivo de la zona en la que habitan.
Las
consecuencias para nuestras niñas y niños que se desarrollan en
entornos violentos suelen ser funestas y los marcan de por vida, pues
las consecuencias de vivir sucesos traumáticos (conflictos armados,
abandono, marginación, negligencia en el cuidado, abuso sexual) son
comparados con el estrés postraumático de los soldados a regresar de la
guerra, según diversos estudios. Además, el crecer en entornos violentos
coloca al cerebro de las niñas y niños en un estado de hiperalerta, que
afecta negativamente facultades del cerebro como la de la
autorregulación y el aprendizaje. Si a esto agregamos la pobreza, la
falta de acceso a oportunidades y el abandono institucional, el futuro
se presenta desolador.
Los
niños en edad de desarrollo deben de estar explorando, jugando y
aprendiendo, no en un estado de alerta, defensa y sobrevivencia pues los
efectos que tienen en su salud mental siguen fomentando los ciclos de
violencia en nuestro país. Como sociedad, como familia y como gobierno
tenemos una gran deuda y no dejamos de fallar a nuestra niñez.
Por
desgracia, no es la primera vez que ocurren este tipo de sucesos. En
2019 un video y fotografías de la misma naturaleza que los difundidos el
día de hoy mostraron un hecho similar. Se apreció a un niño leyendo un
comunicado, afirmando que "por cada policía comunitario muerto, ellos
matarían a 10 sicarios".
En
Reinserta con el apoyo de USAID reiteramos nuestro compromiso
institucional en este 2020 para que, a través de nuestros distintos
proyectos y áreas de experiencia; trabajemos de la mano de las
autoridades federales y estatales, para alejar a nuestras niñas, niños y
adolescentes de las dinámimas violentas y delictivas.
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