Cada
día se generan miles de datos en el sector de la salud, un hecho que implica
que el volumen de información a disposición de los profesionales sanitarios sea
cada vez mayor.
Pero,
¿cómo gestionar toda esa información? No se trata solo de almacenarla de manera
segura, sino también de cómo obtener el máximo rendimiento para lograr una
atención integral al paciente
optimizando al mismo tiempo el flujo de trabajo sanitario.
Los
profesionales de la salud no solo comparten información habitualmente en su
centro sanitario, sino que interactúan entre ellos intercambiándola a través de
múltiples dispositivos. El acceso a toda esta cantidad de datos de manera
estructurada, centralizada e integrada, respetando siempre la privacidad del
paciente, es el reto al que se enfrentan los sistemas de salud hoy en día.
Información
conectada y la imagen médica
Como
señala Jeroen Tas, CEO de Philips Healthcare Soluciones y Servicios Informáticos,
la cantidad de datos que manejan las organizaciones relacionadas con la salud
está creciendo a una velocidad exponencial, pero aún no somos conscientes de su
potencial para mejorar el cuidado del paciente. Para él, unir la imagen médica
a la información procedente de otras fuentes permite obtener unos perfiles de
los pacientes mucho más completos.
El
acceso por parte de los radiólogos a toda la información relevante de cada
paciente de manera fácil e intuitiva, les permite tomar las decisiones de
tratamiento más adecuadas para el paciente así como personalizar su
seguimiento.
Optimizar
el tiempo de trabajo de los profesionales de la radiología es uno de los
desafíos a los que se enfrenta la tecnología aplicada a la imagen médica. La
implementación de aplicaciones en red para acceder a toda la información desde
cualquier punto del centro hospitalario, proporcionará a profesionales y
pacientes mayor agilidad y flexibilidad en el día a día.
Tener
sistemas capaces de rastrear y comparar imágenes del cerebro del paciente, por
ejemplo, a lo largo del tiempo, significa optimizar los procesos, permitiendo
determinar la evolución del paciente de manera precisa.
Además,
si se optimiza la interoperabilidad entre distintas áreas del trabajo diario,
adaptando interfaces a las preferencias de los radiólogos, tanto el profesional
sanitario como el paciente resultan beneficiados. El profesional podrá acceder
al conocimiento potencial contextual con un análisis avanzado de datos vía la
aplicación de inteligencia adaptativa y el paciente empezará a percibir una
mejora de la atención íntegra basada en sus características y necesidades
reales.
Información
conectada para mejorar la experiencia del paciente
No
podemos olvidar que en la atención a un paciente intervienen profesionales
pertenecientes a distintas áreas clínicas de un mismo centro hospitalario. Por
eso, es necesario que los miembros de los diferentes equipos de salud
implicados puedan acceder no solo a las imágenes médicas, sino a todos los
datos relativos al paciente.
Unificar
y estructurar la inmensa cantidad de información procedente de múltiples
fuentes a través de la tecnología es uno de los retos más relevantes a los que
se enfrentan en la actualidad los sistemas de salud. Y el uso de plataformas
inteligentes en la nube, donde todos estos datos se almacenen y compartan de
forma segura, es la solución para optimizar el flujo de trabajo sanitario y
para mejorar la atención al paciente.
En
este sentido, ya se han desarrollado plataformas abiertas y basadas en la nube
que facilitan el trabajo y posibilitan la interoperabilidad entre dispositivos,
médicos y datos. Estas herramientas
permiten la recogida y análisis posterior de datos, facilitando la toma de
decisiones clínicas y permitiendo que los pacientes tengan un papel más activo
en el cuidado de su salud.
Si
la información se almacena y comparte de manera óptima, se podrán realizar
diagnósticos más certeros, evitar pruebas innecesarias, dar tratamientos más
personalizados y realizar seguimientos más cercanos.
Contar
con sistemas que faciliten el acceso a información estructurada, completa y
conectada sobre las necesidades de las personas, permitirá a los profesionales
empezar a pasar menos tiempo delante del ordenador y más tiempo con el
verdadero protagonista de un sistema eficiente: el paciente.
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