Si
eres persona física, con posibilidad de presentar la declaración anual de
impuestos, esta información es para ti.
Antes
de iniciar, es importante que conozcas dos conceptos:
Una
persona física es una persona que tiene derechos y obligaciones en materia
tributaria.
Por
ejemplo, un trabajador asalariado, que tiene una relación patronal, debe pagar
el impuesto sobre la renta (ISR) de los ingresos que percibió durante el año.
En este caso, todos los patrones están obligados a retener este impuesto y
entregarlo al Servicio de Administración Tributaria (SAT) mensualmente. Para
los trabajadores que tienen ingresos menores a $400,000 pesos anuales ($33,333
al mes), el patrón podría calcular y reportar el impuesto anual a solicitud de
éstos; en caso contrario, cuando deseen presentar la declaración anual para
obtener un beneficio fiscal, tienen la opción de comunicarlo a sus patrones y
solicitarles el envío de la constancia de sueldos y salarios.
Un
beneficio fiscal es, en general, una reducción de los impuestos pagados a la
autoridad fiscal (SAT) particularmente por los ingresos percibidos o generados
durante un periodo de tiempo. En otras ocasiones, el beneficio fiscal reduce la
base de ingreso sobre la cual se calcula el ISR implicando con ello el pago de
un menor impuesto en el ejercicio que se aplica, por ejemplo cada quincena en
tu pago de nómina.
Es
importante que sepas que en México la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR) establece
ciertos beneficios fiscales para las personas físicas, denominados deducciones
personales. Éstos cubren conceptos de gasto corriente para proteger el ingreso
familiar así como de ahorro voluntario de largo plazo para fomentar la
seguridad financiera en el retiro.
Límite
del 15% del ingreso anual para gastos médicos, dentales, hospitalarios,
funerales, donativos e intereses reales por créditos hipotecarios, topado a 5
unidades de medida y actualización al año[1].
Límite
del 10% del ingreso anual para aportaciones complementarias de retiro
realizadas a la cuenta de AFORE, cuentas de planes personales de retiro o
aportaciones a planes de pensiones, topado a 5 unidades de medida y
actualización al año[2].
Estas
deducciones personales son un beneficio fiscal porque reducen la base de
ingreso gravado durante el ejercicio, propiciando que el impuesto sobre la
renta retenido y pagado en el periodo fiscal -o año calendario- sea menor.
El
ahorro voluntario tiene beneficios fiscales ¡aprovéchalos!
Las
aportaciones complementarias y voluntarias de largo plazo destinadas a lograr
un retiro cómodo gozan de los beneficios fiscales. Este tipo de ahorro se puede
realizar en la cuenta individual AFORE, en un plan personal de retiro ofrecido
por diversas instituciones financieras autorizadas o en un plan privado de
pensiones proveído por una empresa. Si el año pasado hiciste este tipo de
ahorros los puedes deducir.
Aquí
un ejemplo numérico: Una persona que gana $12,000 pesos al mes, es decir,
$144,000 pesos anuales, puede aprovechar al máximo estos beneficios ahorrando
voluntariamente 10% de su sueldo (esto es $1,200 pesos mensuales o $14,400
pesos al año). Significa que deducir estos ahorros generaría:
Un
beneficio fiscal igual a la devolución del impuesto sobre la renta pagado de 2%
del sueldo ($3,076/144,000), aproximadamente.
Este
2% equivaldría a poco más del 20% del porcentaje ahorrado durante el periodo
($3,076/$14,400).
Considerando
que ahorró de forma voluntaria un 10% de su sueldo y después de hacerlo
deducible recibió un 2% de beneficio fiscal, podríamos decir que el esfuerzo de
ahorro es únicamente del 8%; inclusive, se puede incrementar la capacidad de
ahorro de 10% a 12% el siguiente año si decidiese ahorrar nuevamente ese 2%.
Ver el cuadro de referencia.
Un
ahorro voluntario de largo plazo constante igual a 10% de tu sueldo, sumado al
6.5% obligatorio en la AFORE, podría generarte una pensión equivalente al
70%[3] de tu último sueldo. La clave es tener disciplina y pensar que esos
ahorros están ahí para #TuYoFuturo.
Consejos
para aprovechar los beneficios fiscales derivados del ahorro voluntario
1) Destina un porcentaje de tu sueldo para
#TuYoFuturo, en otras palabras ayúdale a cumplir sus sueños. Divídelo en cada
meta y ponles nombre, así será más sencillo visualizar qué quieres alcanzar y
te motivará a continuar.
· Por ejemplo, aparta 25% de tu sueldo
mensual y divídelo en 10% para el enganche del departamento, 5% para la
vacación del año y 10% para el retiro.
· Mentaliza que el ahorro para el retiro
es para el futuro, que gastarás en el largo plazo cuando llegues al momento de
la jubilación.
2) Decide dónde ahorrar cada uno de los
porcentajes asignados y domicílialos a tu cuenta de nómina o tarjeta de débito,
la mayoría de las instituciones financieras formales tienen esta opción.
· Por ejemplo, el ahorro voluntario en
tu cuenta de AFORE se puede domiciliar a tu cuenta de nómina o pedir a tu
patrón que te realice el descuento desde tu nómina.
· Recuerda buscar productos con
rendimientos reales por encima de la inflación. Las AFORE son una excelente
opción de ahorro para el retiro; actualmente mantienen rendimientos reales de
5.54% (nominales de 11.55%)[4].
3) Decide si tus aportaciones de ahorro
voluntario de largo plazo y complementarias de retiro a tu cuenta de AFORE u
otra institución financiera que ofrezca productos para el retiro serán
deducibles. Esta decisión se toma en conjunto con el paso anterior.
· Para aprovechar el beneficio fiscal al
máximo, te recomendamos mantener tus aportaciones hasta la edad de retiro. En
caso de que requieras este ahorro en un plazo menor es mejor no hacerlas
deducibles, pues de ser así deberás regresar al SAT el beneficio fiscal
previamente utilizado.
4) Solicita a tu patrón la constancia anual
de percepciones y retenciones al término del año, que te servirá para validar
la información precargada en la página del SAT durante la presentación de la
declaración anual de impuestos. De acuerdo con la LISR, se entrega a partir del
15 de febrero del año inmediato siguiente[5].
5) Solicita -a tu AFORE o institución
financiera- la constancia de las aportaciones de ahorro voluntario de largo
plazo y complementarias de retiro que harás deducibles.
· De igual manera, durante febrero y
marzo, aprovecha para solicitar a las instituciones financieras
correspondientes las constancias del ahorro voluntario que realizaste en el
año, como la constancia de intereses reales por tu crédito hipotecario y
organiza las facturas de los gastos por médicos, dentales, funerarios,
donativos, etc.
6) ¡Estás listo! Ingresa a la página del SAT,
revisa tu información y declara todo lo que harás deducible.
· Verifica previamente la vigencia de tu
FIEL.
· Declara y, al final, registra la
cuenta bancaria donde te depositarán el saldo a favor (“devolución” de
impuestos).
· El SAT te informará el plazo en el
cual recibirás el saldo a favor en tu cuenta bancaria.
7) ¡Recibiste la devolución de tus impuestos!
Ahórralo nuevamente para el retiro, esto incrementará sustancialmente tu
capacidad de ahorro.
Si
necesitas mayor información, contacta a un experto financiero para que te
oriente sobre cómo aprovechar al máximo las ventajas y beneficios de realizar
aportaciones de ahorro voluntario y complementario para el retiro, también te
puede asesorar sobre los mecanismos disponibles para que realices tus
aportaciones de la forma más sencilla y cómoda para ti.
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