1. LUGAR, FECHA Y ASISTENTES 1.1. Lugar: Reunión celebrada por enlaces virtuales. 1.2. Fecha de la sesión de la Junta de Gobierno: 08 de noviembre de 2023. 1.3. Asistentes: •Victoria Rodríguez Ceja, Gobernadora. •Galia Borja Gómez, Subgobernadora. •Irene Espinosa Cantellano, Subgobernadora. •Jonathan Ernest Heath Constable, Subgobernador. •Omar Mejía Castelazo, Subgobernador. •Rogelio Eduardo Ramírez de la O, Secretario de Hacienda y Crédito Público. •Gabriel Yorio González, Subsecretario de Hacienda y Crédito Público. •Eduardo Magallón Murguía, Secretario Suplente de la Junta de Gobierno. Se hace constar que en fechas anteriores a la celebración de esta sesión, se desarrollaron trabajos preliminares en los que se analizó el entorno económico y financiero, así como la evolución de la inflación, sus determinantes y perspectivas (ver anexo). 2. ANÁLISIS Y MOTIVACIÓN DE LOS VOTOS DE LOS MIEMBROS DE LA JUNTA DE GOBIERNO Entorno Externo La mayoría señaló que, en el tercer trimestre del año, la actividad económica mundial continuó expandiéndose. Algunos resaltaron que el ritmo de crecimiento fue mayor que el registrado en el segundo trimestre. Algunos puntualizaron que también fue mayor a lo esperado. La mayoría agregó que se ha observado heterogeneidad en el crecimiento económico entre países. Al respecto, destacó la resiliencia de la economía estadounidense. Algunos la asociaron con el apoyo del consumo privado. A su vez, comentaron que en la zona del euro la actividad se contrajo. Con respecto a China, algunos mencionaron que, en el mismo periodo, la actividad económica sorprendió al alza. No obstante, uno notó que, desde una perspectiva de mayor plazo, la economía china se ha desacelerado. Otro indicó que la inversión en esa economía sigue mostrando debilidad. Por otra parte, comentó que indicadores oportunos continúan sugiriendo una desaceleración de las manufacturas en las economías avanzadas y un debilitamiento en las emergentes. Añadió que en ambas los servicios muestran una tendencia a la baja, si bien aún se encuentran en terreno de expansión. Uno observó que en Estados Unidos el crecimiento de la actividad ha resultado más resiliente de lo previsto. Externó que las perspectivas para el crecimiento de la economía mundial por parte de organismos internacionales permanecieron sin cambio desde la última decisión de Banco de México, si bien para Estados Unidos se revisaron al alza para 2023 y 2024. Algunos consideraron que el balance de riesgos para la actividad mundial continúa sesgado a la baja. Uno enfatizó el riesgo asociado con los problemas del sector inmobiliario en China. Agregó que, en Estados Unidos, aún existe incertidumbre sobre el impacto del apretamiento de las condiciones financieras y crediticias, de un menor exceso de ahorro por parte de los hogares, y del efecto de los aumentos de tasas cuando empresas y hogares tengan que refinanciarse. Sobre los mercados laborales, algunos recalcaron que en diversos países permanecen apretados. Uno opino que persisten presiones salariales significativas. No obstante, otro aseveró que continúan observándose señales de un mejor balance entre la oferta y la demanda en dichos mercados. Detalló que, en Estados Unidos, la nómina no agrícola ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos meses, incluso registrando algunas sorpresas a la baja, y que la tasa de desempleo registró un ligero incremento. En este contexto, resaltó que las tasas de crecimiento de los salarios nominales en ese país se han moderado. La mayoría destacó que la inflación general siguió disminuyendo en la mayoría de las economías. No obstante, precisó que en un número amplio de estas aún permanece por arriba de los objetivos de los bancos centrales. Algunos subrayaron que en algunos casos la inflación general mostró cierto repunte. Uno lo atribuyó al comportamiento de los precios de los energéticos. Otro comentó que diversas presiones sobre los precios se han ido mitigando conforme los efectos de los choques derivados de la pandemia y del conflicto bélico en Ucrania se han venido disipando. Enfatizó que ello, junto con condiciones monetarias apretadas alrededor del mundo, ha contribuido al descenso de la inflación a nivel global. La mayoría resaltó que, en general, se prevé que la inflación converja a las metas de los bancos centrales hacia finales de 2024 o durante el 2025. Respecto del componente subyacente, señaló que sus reducciones han sido más graduales que las de la inflación general. Algunos apuntaron que, en su interior, las presiones sobre los precios de los servicios siguieron siendo significativas. La mayoría subrayó que el conflicto geopolítico en Medio Oriente podría tener repercusiones en el panorama inflacionario mundial. Sin embargo, notó que hasta el momento sus efectos han sido limitados. Uno puntualizó que los choques geopolíticos suelen asociarse con aumentos de precios de materias primas, especialmente de energéticos, y en ocasiones han derivado en contracciones económicas y fuertes periodos inflacionarios. Agregó que la transmisión de estos choques suele depender de tres factores: la magnitud y duración de los mismos; la posición cíclica de la economía global y los balances macroeconómicos que se tienen. Otro externó que, hasta ahora, las referencias internacionales del petróleo han mostrado caídas. Algunos argumentaron que hacia delante será relevante seguir monitoreando la evolución del conflicto y las potenciales implicaciones sobre la actividad, la inflación y los mercados financieros globales. La mayoría comentó que la mayor parte de los bancos centrales de las economías avanzadas mantuvo sin cambio sus tasas de referencia. Algunos añadieron que se prevé que estas autoridades estén por concluir su ciclo alcista. No obstante, uno consideró que han dejado abierta la posibilidad de aumentos adicionales. Algunos agregaron que los bancos centrales permanecen cautelosos y dependientes de los datos. La mayoría destacó que se anticipa que las autoridades monetarias de las principales economías avanzadas mantengan las tasas de referencia altas por un lapso extenso. Uno detalló que el Banco Central Europeo argumentó en su última decisión que ello contribuiría de manera sustancial a la convergencia de la inflación a su objetivo. Otro advirtió sobre el riesgo de una relajación anticipada por parte de las autoridades monetarias, lo cual, en su opinión, impediría alcanzar las metas en el horizonte previsto. La mayoría mencionó que en su reunión de noviembre la Reserva Federal mantuvo sin cambio el rango objetivo para la tasa de fondos federales. Uno agregó que representa la segunda pausa consecutiva y que el presidente de dicha Institución destacó que es probable que las condiciones financieras y crediticias más apretadas tengan un impacto sobre la actividad económica, el mercado laboral y la inflación. Sin embargo, puntualizó que el alcance de estos efectos continúa siendo incierto. Otro comentó que dicho funcionario recalcó la dependencia de los datos para las decisiones subsecuentes. Todos señalaron que después de la última reunión de política monetaria del Banco de México los mercados financieros internacionales mostraron un incremento en su volatilidad. La mayoría destacó que el dólar estadounidense registró una apreciación generalizada, en un contexto de mayor aversión al riesgo. Agregó que las tasas de interés soberanas de largo plazo aumentaron significativamente a nivel global. Apuntó que a ello contribuyó la expectativa de que, en las principales economías avanzadas, las tasas de referencia se mantengan elevadas por más tiempo del anteriormente previsto. Algunos precisaron que también influyeron las preocupaciones sobre las necesidades de financiamiento de Estados Unidos. Uno detalló que las tasas de interés en ese país alcanzaron niveles no vistos desde 2006. Mencionó que se observaron incrementos en las curvas de rendimiento de varios países. Otro alertó que una mayor astringencia de las condiciones financieras globales pudiera impactar significativamente los costos de financiamiento, especialmente de los gobiernos con niveles elevados de deuda pública sin precedente, dejándolos sin margen de maniobra para enfrentar futuros choques. Subrayó que en las economías emergentes se siguen observando salidas de los activos de renta fija y salidas más moderas en el caso de renta variable. Sin embargo, la mayoría externó que los movimientos descritos en los mercados financieros tendieron a revertirse en los últimos días. Algunos comentaron que ello se dio tras la publicación de cifras que mostraron una moderación del dinamismo del mercado laboral estadounidense y después de la decisión de la Reserva Federal. Uno explicó que, en lo que va del año, los activos de las economías asiáticas se caracterizaron por comportamientos desfavorables, mientras que los activos de las regiones de Europa y Latinoamérica mantuvieron un desempeño positivo. Actividad Económica en México La mayoría destacó que, de acuerdo con el dato oportuno del PIB del tercer trimestre de 2023, la actividad económica mostró un dinamismo mayor al esperado. Algunos indicaron que la economía se expandió a una tasa de 0.9% respecto al trimestre anterior, lo que representó una aceleración en relación con los dos trimestres previos. La mayoría señaló que el ritmo de crecimiento sigue siendo robusto. Apuntó que la expansión económica ha estado apoyada por los tres sectores de actividad. Sin embargo, uno detalló que la actividad agregada, excluyendo el sector de construcción, se ha moderado. Por el lado de la producción, algunos opinaron que la producción industrial ha continuado expandiéndose. Ello lo atribuyeron principalmente al elevado dinamismo de la construcción. Destacaron especialmente la fortaleza de los componentes de obras públicas ferroviarias, así como, aunque en menor medida, de la construcción privada de edificios industriales, comerciales y de servicios asociadas con los proyectos de infraestructura al sur del país. Por su parte, algunos resaltaron que el rubro de manufacturas muestra un estancamiento. Uno agregó que se ha observado una ligera disminución en el uso de la capacidad instalada, excluyendo la industria automotriz. A su vez, algunos señalaron que los servicios continuaron mostrando una tendencia al alza, aunque con un comportamiento diferenciado entre sus sectores. Uno añadió que algunos de ellos muestran una moderación. Sobre la demanda interna, todos destacaron que la inversión ha mantenido tasas de crecimiento elevadas. Algunos resaltaron que la formación bruta de capital fijo está creciendo a un ritmo mayor que el conjunto de la actividad económica. La mayoría notó que el dinamismo de la inversión refleja principalmente la contribución de la construcción no residencial, aunque agregó que la inversión en maquinaria y equipo también ha incidido. Uno opinó que la expectativa generada por el fenómeno de la relocalización está impulsando a estos dos rubros. No obstante, otro subrayó que la inversión en maquinaria y equipo se ha desacelerado. La mayoría enfatizó el dinamismo del consumo. Algunos consideraron que el comportamiento favorable de este indicador obedece a la dinámica del rubro de bienes importados. Uno notó que los bienes y servicios nacionales muestran debilidad, la cual podría persistir en el caso de los servicios. Otro apuntó que el consumo se ha apoyado en la dinámica del mercado laboral, el aumento de remesas, algunas políticas públicas que han permitido fortalecer el consumo de los hogares y el elevado ritmo de crecimiento del crédito al consumo. Algunos coincidieron en que el gasto interno ha adquirido una mayor relevancia para el dinamismo de la actividad económica del país. Uno externó que se espera que el gasto interno continúe contribuyendo a la resiliencia de la actividad económica nacional. En cuanto al sector externo, la mayoría señaló que las exportaciones manufactureras muestran un comportamiento heterogéneo en su interior. Algunos distinguieron entre el importante dinamismo de las automotrices y la debilidad de las no automotrices. No obstante, uno precisó que estas últimas se encuentran en niveles relativamente elevados. Otro comentó que no puede descartarse que una desaceleración de la economía estadounidense, mayor que la esperada, modere la demanda externa. Uno reflexionó sobre la importancia de la demanda externa como impulso para la actividad económica desde una perspectiva de mediano plazo, sobre todo para la recuperación luego del choque del segundo trimestre de 2020. Explicó que, no obstante, conforme avanzó el proceso de reapertura y normalización de los patrones de gasto, el consumo privado ha ganado mayor importancia. La mayoría indicó que la estimación puntual de la brecha del producto es positiva. Algunos señalaron que esta no es estadísticamente distinta de cero. Uno precisó que se amplió en terreno positivo. Otro concordó en que los indicadores sugieren condiciones de estrechez. Uno opinó que de continuar la tendencia de resiliencia de la economía, la posición cíclica de esta tendrá condiciones más estrechas. Sin embargo, otro destacó que se prevé que estas condiciones de estrechez se vayan desvaneciendo, aunque será importante permanecer atentos de las implicaciones sobre el proceso de formación de precios de la economía. En el mismo sentido, uno argumentó que el indicador de brecha del consumo se ha venido haciendo menos positivo, mientras que el del mercado laboral ha dejado de aumentar, aunque este último sigue en niveles elevados. La mayoría apuntó que el mercado laboral sigue presentando fortaleza. Subrayó que las tasas de desocupación se mantienen en niveles históricamente bajos. Uno recalcó que la brecha de desempleo se encuentra claramente en terreno negativo. Otro expuso que la tasa de participación laboral es elevada. Algunos señalaron que los puestos de trabajo afiliados al IMSS siguieron incrementándose. Uno precisó que, sin embargo, han venido aumentando más lentamente, lo cual podría estar reflejando en parte la atonía de las manufacturas. Otro consideró que el mayor empleo observado en la zona libre de la frontera norte pudiera estar asociado con el proceso de relocalización. La mayoría opinó que el crecimiento anual de los salarios continúa siendo elevado. Algunos subrayaron que el salario de los trabajadores asegurados en el IMSS sigue exhibiendo variaciones anuales de dos dígitos. No obstante, algunos externaron que ese indicador salarial ha comenzado a estabilizarse. Uno comentó que su tasa de crecimiento tuvo un ligero repunte en septiembre. Otro añadió que, si se observa la evolución de los salarios en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), estos parecen responder con cierto rezago a la dinámica de la inflación, por lo que aún se pudiera estar observando un proceso de ajuste en los salarios como consecuencia de los niveles elevados de inflación observados previamente. Expresó que para preservar la estabilidad de precios es menester mantenerse vigilantes a que la dinámica laboral no extienda dichas presiones por mayor tiempo. Uno agregó que la media móvil de 12 meses de la revisión de salarios contractuales para empresas privadas se incrementó hasta un nivel de 9.3%. Inflación en México Todos coincidieron en que la reducción de la inflación en México ha sido significativa. La mayoría destacó que la inflación general mantiene una tendencia descendente. Señaló que, ante el avance del proceso de desinflación, en octubre de 2023 la inflación general se ubicó en 4.26%. Uno apuntó que esta cifra es la más baja desde febrero de 2021. Otro notó que el índice general ha caído 444 puntos base desde su máximo de 8.70% registrado en agosto de 2022. Agregó que diversas medidas de la tendencia de la inflación mantienen trayectorias a la baja y que ha disminuido el porcentaje de genéricos en la canasta del INPC con variaciones mensuales desestacionalizadas anualizadas mayores a 10%, al pasar de alrededor de 40% en 2022 a cerca de 10% en los datos más recientes. Uno concordó en que diversas métricas dan cuenta de la consolidación de una trayectoria de convergencia clara y sostenida hacia la meta. Complementó que las variaciones de la inflación general han estado más cerca de los promedios históricos y más en línea con lo observado antes de la pandemia. Algunos aseveraron que al avance en el proceso de desinflación ha contribuido la postura monetaria adoptada. Uno agregó la disipación de los choques derivados de la pandemia y del conflicto en Ucrania. Resaltó que el proceso desinflacionario ha avanzado en medio de un entorno externo complejo y de resiliencia de la actividad económica nacional. Algunos consideraron que se ha dado una mejoría en el comportamiento de diversos determinantes de la inflación. Uno ejemplificó lo anterior con la estabilización de los salarios nominales, la desaceleración del consumo, y la mejoría en las expectativas de inflación a distintos plazos. Añadió que los niveles más bajos de inflación conducirán a una menor frecuencia de revisiones de precios. No obstante, otro notó que, si bien la inflación general ha continuado disminuyendo, su descenso se ha ralentizado. Uno subrayó la contribución significativa que en el último año tuvo el componente no subyacente a la disminución de la inflación general, así como el papel también importante de los efectos base. La mayoría resaltó que la reducción de la inflación general en octubre estuvo apoyada, principalmente, por la evolución favorable del componente subyacente. Indicó que este siguió descendiendo, ubicándose en 5.50% en dicho mes. Uno puntualizó que su contribución ha sido cada vez más importante y que en los últimos meses ha explicado casi la totalidad del descenso en la inflación general. La mayoría destacó la reducción de 301 puntos base que ha exhibido el componente subyacente desde su nivel máximo alcanzado en noviembre de 2022. Uno detalló que, si bien ha descendido de manera más gradual que la general, la magnitud de su disminución es solo comparable con la desinflación que se observó entre 2009 y 2015. Otro agregó que, al igual que para el caso de la inflación general, diferentes indicadores de tendencia de la subyacente también muestran una mejoría, como la media truncada que mantiene una trayectoria descendente y la proporción de la canasta con variaciones extremas que ha disminuido de manera muy marcada respecto al año pasado. No obstante, uno advirtió que la variación mensual anualizada de este componente parece haber retomado una tendencia al alza. La mayoría resaltó el comportamiento diferenciado en el interior del componente subyacente. Describió que la inflación de mercancías sigue disminuyendo, mientras que la de servicios aún no muestra un claro punto de inflexión a la baja. Respecto de la primera, uno detalló que en octubre se situó en 5.64%, manteniendo una clara tendencia descendente desde noviembre de 2022, cuando alcanzó un máximo de 11.28%. Señaló que durante los 16 meses que comprenden entre julio de 2021 y noviembre de 2022, la inflación de mercancías aumentó aproximadamente 550 puntos base, mientras que en la fase de desinflación se ha revertido dicho incremento en poco menos de un año, reflejando una reducción relativamente rápida. Algunos atribuyeron este buen comportamiento a la normalización del funcionamiento de las cadenas de suministro, a los menores precios de diversas materias primas y a la apreciación cambiaria. Precisaron que esta ha contribuido a liberar presiones sobre los precios de los bienes importados. En cuanto a la inflación de servicios, la mayoría notó que ha exhibido un repunte en sus últimas lecturas. Algunos mencionaron que las variaciones anuales de los precios de los servicios de educación, vivienda y turísticos han aumentado. Agregaron que el resto de los servicios presentan una alta resistencia a disminuir desde niveles elevados. La mayoría manifestó que aún se observan presiones importantes sobre la inflación de servicios. Enfatizó que los aumentos de costos aún no se han traspasado por completo a los precios de los servicios. Algunos sostuvieron que ello obedece a la lenta recuperación de su demanda. Uno opinó que, en general, la diferencia entre el comportamiento de las mercancías y los servicios obedece a la naturaleza de los choques no simultáneos y su proceso de desvanecimiento desincronizado. Agregó que las presiones sobre los precios de los servicios también reflejan, en parte, que en su producción tienen una mayor carga de costos laborales que las mercancías. Apuntó que dichas presiones empezaron a manifestarse desde el segundo semestre de 2022 y cobraron mayor fuerza en 2023. Otro argumentó que los precios de los servicios siguen reflejando el impacto de los choques derivados de la pandemia y del conflicto en Ucrania, por lo que su evolución no necesariamente está explicada por presiones internas. La mayoría destacó que la inflación no subyacente permaneció en niveles atípicamente bajos al ubicarse en 0.56% en octubre. Uno recordó que este componente había pasado de 10.65% en agosto de 2022 a -0.67% en julio de 2023. No obstante, notó que el repunte ha sido menor a lo previsto. La mayoría comentó que las expectativas de inflación de mayor plazo se mantuvieron relativamente estables en niveles por encima de la meta. Algunos puntualizaron que permanecieron por arriba de su promedio histórico. Uno destacó que, si bien su mediana ha mostrado pocos cambios, otras medidas como el intervalo intercuartílico y el sesgo apuntan a una mejoría en su distribución. Algunos observaron que las expectativas de corto plazo han presentado un descenso gradual. Uno precisó que se mantienen en niveles superiores al 4%. Otro apuntó que tanto su tendencia como su dispersión han mostrado resistencia a disminuir de manera sistemática. No obstante, uno mencionó que en octubre la mediana de las expectativas a 12 meses siguió disminuyendo con respecto a su nivel de marzo. Otro advirtió que el incremento previsto en la inflación general anual para noviembre y diciembre, podría incidir en las expectativas de inflación de corto plazo. Respecto de las expectativas extraídas de instrumentos de mercado, uno indicó que la compensación por inflación y riesgo inflacionario se incrementó debido principalmente a un aumento en la prima por riesgo inflacionario a distintos plazos. La mayoría mencionó que se continúa previendo que las inflaciones general y subyacente muestren una trayectoria descendente. Agregó que los pronósticos del Instituto Central siguen anticipando que la inflación converja a la meta en el segundo trimestre de 2025. Algunos señalaron que estos pronósticos permanecieron prácticamente sin cambio respecto a los de la reunión pasada. Uno notó que el comportamiento descendente previsto para la inflación durante 2024 considera las acciones de política monetaria implementadas, así como la perspectiva de que las diversas presiones sobre la inflación continúen disipándose. Otro comentó que espera que la mitigación de los choques asociados con la pandemia y el conflicto en Ucrania se refleje en una reducción más notoria de la inflación de servicios. La mayoría hizo notar que se anticipan incrementos temporales en la inflación general durante noviembre y diciembre. Algunos explicaron que se prevé que la inflación no subyacente exhiba aumentos adicionales en los próximos meses. Uno indicó que, si bien se anticipa que la inflación muestre cierto repunte en algunos periodos, se espera que mantenga una trayectoria descendente. Todos manifestaron que, a pesar del avance en la desinflación, el panorama continúa implicando retos. Al respecto coincidieron en que el balance de riesgos respecto de la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se mantiene sesgado al alza. Uno consideró que dicho balance ha incrementado su sesgo al alza debido a una actividad económica resiliente, un mercado laboral apretado, persistencia de la inflación subyacente, expectativas de inflación que no se revierten y una política fiscal procíclica. Otro opinó que el balance de riesgos ha mejorado con respecto a lo observado en marzo. Ello lo atribuyó, en parte, a la mayor relevancia del riesgo de una desaceleración en el exterior que modere la demanda externa. Agregó que la revisión de los pronósticos en la reunión de septiembre implicó la materialización del riesgo sobre la persistencia del componente subyacente. Uno argumentó que, continuar catalogando al balance de riesgos como sesgado al alza no significa que se considere que el entorno siga siendo igual de adverso que el año pasado. Señaló que en aquel entonces el sesgo al alza significaba la posibilidad de que la inflación aumentara a un ritmo aún mayor del que se estaba observando, mientras que en la fase de desinflación significa que la inflación pudiera disminuir de manera más gradual que lo previsto en el horizonte de pronóstico. Entre los riesgos al alza, la mayoría resaltó la persistencia del componente subyacente en niveles elevados. No obstante, uno opinó que este riesgo podría haberse atenuado como resultado de los menores niveles que ahora presenta la inflación. Manifestó que, según la evidencia empírica, mientras más elevados son los niveles de inflación mayor es la probabilidad de que la inflación alta se arraigue en la economía. Por consiguiente, argumentó que la reducción que ya ha mostrado el componente subyacente podría haber moderado dicho riesgo. La mayoría mencionó como riesgo episodios de depreciación cambiaria ante eventos de volatilidad financiera internacional. Uno advirtió que lo anterior podría mermar la contribución positiva que el tipo de cambio ha tenido sobre los costos de los insumos. Algunos remarcaron que las estructuras de mercado que no han permitido una mayor competencia en ciertos productos podrían contribuir a una reducción más lenta de la inflación. También como riesgo al alza para la inflación, la mayoría subrayó la posibilidad de que la economía muestre una resiliencia mayor a la esperada y que el mercado laboral continúe apretado. Uno añadió que, dado que la posición cíclica de la economía sugiere condiciones de estrechez, será necesario permanecer atentos a sus implicaciones para el proceso de formación de precios. Al respecto, otro alertó que es probable que se observen presiones de demanda mayores a las esperadas sobre todo considerando que la brecha se sitúa en terreno positivo. Uno consideró que el dinamismo de la demanda agregada y del mercado laboral apunta a mayores presiones sobre los precios y sugiere que el proceso de desinflación pudiera desacelerarse. Opinó que ello, junto con la disipación del efecto base y el incremento esperado del componente no subyacente aumentan la posibilidad de que la inflación persista por arriba del intervalo de variabilidad más tiempo del previsto. Algunos identificaron como riesgo la política fiscal procíclica. Uno destacó que a pesar de que para 2023 se espera un déficit menor al aprobado, para 2024 se contempla un déficit de balance público de 4.9% del PIB. Externó que, lo anterior, aunado con los cambios en la estructura del gasto público, imprime retos significativos para la consolidación fiscal prevista para 2025. Adicionalmente, argumentó que la falta de un plan para asegurar la viabilidad de Pemex en el mediano y largo plazos, más allá de los apoyos que se le han otorgado para darle liquidez, representa un riesgo para la sostenibilidad de las finanzas públicas y la calificación crediticia. La mayoría mencionó la posibilidad de presiones de costos mayores a las previstas. Uno consideró que debido al traspaso aún incompleto de costos y a que el ajuste de los precios relativos entre los servicios y las mercancías todavía no ha concluido, la inflación de servicios podría seguir presionada en los siguientes meses. Externó que los costos pueden aumentar más de lo contemplado, debido al apretamiento referido del mercado laboral y a factores idiosincrásicos, como la inseguridad, los incrementos previstos al salario mínimo y los efectos del huracán Otis. Sobre esto último, enfatizó que debe darse un mayor peso a factores climatológicos en el balance de riesgos para la inflación. Algunos destacaron el riesgo de presiones sobre los precios de los energéticos debido al escalamiento de conflictos geopolíticos. En cuanto a los riesgos a la baja, algunos subrayaron la posibilidad de una desaceleración de la economía global mayor a la anticipada, así como un menor traspaso de algunas presiones de costos. Entorno Macrofinanciero Todos indicaron que, en línea con el comportamiento de los mercados internacionales, los mercados financieros nacionales presentaron un aumento en la volatilidad. Destacaron que después de la reunión pasada, el peso mexicano se depreció. La mayoría comentó que las condiciones de operación del mercado cambiario mostraron cierto deterioro. Uno añadió que por algunas semanas el peso disminuyó parte de su atractivo a pesar de mantener un diferencial de tasas elevado, dado el incremento en su volatilidad, por encima de la reacción de otras monedas. No obstante, otro apuntó que, al considerar lo acontecido a lo largo de 2023, el peso mexicano siguió destacando entre sus pares por su comportamiento resiliente. La mayoría expresó que recientemente, con la disminución de la aversión al riesgo en los mercados internacionales, el peso revirtió parte de la depreciación que había registrado. La mayoría notó que, desde la reunión anterior, las tasas de interés de valores gubernamentales aumentaron en todos sus plazos. Puntualizó que, en línea con el comportamiento de los mercados financieros internacionales, dichos ajustes tendieron a revertirse en los últimos días. Algunos destacaron que las tasas soberanas en México exhibieron una alta correlación y sensibilidad ante la evolución de los bonos del Tesoro de Estados Unidos. Uno señaló que el mercado accionario presentó un desempeño negativo afectado por el sector industrial. Otro afirmó que las primas de riesgo soberano disminuyeron, mostrando un comportamiento distinto al de otras economías emergentes. Uno mencionó que se debe monitorear el apretamiento de las condiciones financieras y sus posibles efectos en los mercados financieros locales. Algunos argumentaron que las expectativas implícitas para la trayectoria de la tasa de política monetaria en los swaps de TIIE presentaron un ajuste al alza y cierta volatilidad, descontando con mayor probabilidad que el primer recorte de tasas se observe entre la decisión de marzo y mayo, y que las disminuciones posteriores sean graduales. En lo referente al financiamiento en la economía, algunos notaron que el total continuó creciendo. Uno destacó que incrementó su ritmo de crecimiento en términos reales a 2.8%. Algunos señalaron que la expansión se atribuye al componente interno. Uno puntualizó que el externo registró una reducción. Algunos resaltaron el incremento del crédito al consumo y el dirigido a las empresas. Uno indicó que, de acuerdo con información del tercer trimestre, se han observado incrementos de la demanda por crédito, aunque en ciertos casos se han estrechado las condiciones generales o los estándares de aprobación. Opinó que el dinamismo del crédito refleja el desempeño favorable de la economía y la fortaleza del mercado laboral. Otro apuntó que, con cifras a octubre, el índice de condiciones financieras en México muestra un ligero apretamiento y se mantiene en zona restrictiva, aunque en niveles relativamente bajos. Comentó que las tasas de morosidad se sitúan en niveles bajos y estables, si bien recientemente se ha observado un aumento marginal en las correspondientes al consumo. Política Monetaria La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques inflacionarios y de sus determinantes, así como la evolución de las expectativas de mediano y largo plazos y el proceso de formación de precios. Reconoció que el proceso desinflacionario ha avanzado en el país. No obstante, opinó que el panorama sigue implicando retos. Con base en lo anterior y tomando en cuenta la postura monetaria ya alcanzada y la persistencia de los choques que se enfrentan, la Junta de Gobierno, con la presencia de todos sus miembros, decidió por unanimidad mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%. Con esta decisión, la postura de política monetaria se mantiene en la trayectoria requerida para lograr la convergencia de la inflación a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico. La Junta de Gobierno vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas. Considera que, para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3%, será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual por cierto tiempo. Ello tomando en cuenta que, si bien el panorama todavía se percibe complicado, se ha avanzado en el proceso desinflacionario. El banco central reafirma su compromiso con su mandato prioritario y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por consolidar un entorno de inflación baja y estable. Un miembro argumentó que, si bien actualmente el panorama inflacionario es menos adverso que el confrontado en 2022, permanece complicado y con riesgos al alza, por lo que debe seguirse conduciendo la política monetaria con un enfoque de cautela. Consideró que la tasa de referencia debe permanecer en su nivel actual. Ello tomando en cuenta la revisión de pronósticos de la decisión de septiembre, las presiones sobre los precios, principalmente de los servicios, y los niveles de las inflaciones general y subyacente que todavía prevalecen. No obstante, aseveró que dichos niveles reflejan no solo el tramo que aún falta por recorrer, sino también el avance significativo en la desinflación. Al respecto, resaltó la disminución que las inflaciones general y subyacente han exhibido desde el tercer y cuarto trimestres de 2022 respectivamente, y que hacia delante se anticipa que la desinflación continúe. En este contexto, argumentó que en las reuniones del primer trimestre de 2024 se podría comenzar a evaluar la posibilidad de ajustar a la baja la tasa de referencia. Precisó que dicha opción estaría sobre la mesa y que las decisiones que se tomen estarán sujetas a la información disponible. Agregó que habrá que actuar con cautela ante los retos que aún prevalecen, por lo que cuando las condiciones macroeconómicas permitan ajustes a la baja, estos serían graduales. Añadió que, dependiendo del desenvolvimiento del panorama inflacionario, no necesariamente se tendría un ciclo de disminuciones continuas. Al respecto, apuntó que las decisiones deberán ser tales que la postura monetaria se mantenga sólida. En particular, especificó que la postura restrictiva deberá continuar coadyuvando a la reducción de la inflación para lograr la convergencia de la inflación a la meta. Reiteró que la prioridad para la política monetaria debe seguir siendo que la inflación descienda y que se consolide un ambiente de inflación baja y estable. Externó que ello es en congruencia con el mandato prioritario de estabilidad de precios y en beneficio de la población mexicana. Otro miembro comentó que, a pesar de que se ha avanzado de manera significativa en el proceso desinflacionario, aún prevalece un entorno de elevada incertidumbre y de riesgos. Manifestó que aún no es posible declarar el triunfo en la batalla contra la inflación y no se debe bajar la guardia. En este contexto, consideró que la tasa de referencia debe mantenerse en su nivel actual. Señaló que, hacia delante, diversos factores pueden obstaculizar la trayectoria prevista para la inflación y tornar más compleja la conducción de la política monetaria. Destacó un crecimiento mayor al previsto; la política fiscal procíclica; y la posibilidad de presiones fiscales derivadas de las necesidades de apoyo a la población afectada por el Huracán Otis; todo ello con una estimación puntual de la brecha del producto positiva y con una perspectiva de mayor estrechamiento. En el ámbito externo, resaltó la prolongación de la estrategia de mayores tasas por más tiempo de la Reserva Federal, que puede detonar nuevos episodios de depreciación. También mencionó la posibilidad de la prolongación o escalamiento de conflictos geopolíticos que pudieran afectar los precios de materias primas y la estabilidad de los mercados financieros. Reiteró que ante el aumento en el sesgo al alza del balance de riesgos para la inflación es necesario preservar el nivel de restricción monetaria alcanzado. Apuntó que la comunicación de esta decisión debe mantener el tono de cautela, enfatizar la elevada incertidumbre y destacar que el sesgo al alza en el balance de riesgos se ha incrementado. Indicó que, si bien existe la posibilidad de ajustar la postura monetaria en el primer trimestre del próximo año, ello está sujeto a supuestos relacionados con el panorama inflacionario, el cual puede cambiar rápidamente bajo este entorno adverso, ante los riesgos señalados. Estimó que por ello en esta decisión no es prudente ni necesario adelantar una señal que podría cambiar pronto, sobre todo cuando el mercado ya ha internalizado la posibilidad de un primer recorte a la tasa objetivo entre marzo y mayo del próximo año. Mencionó que debe mantenerse una postura abierta, dependiente de los datos y volver a evaluar dicha comunicación en la siguiente decisión. Un miembro consideró que, si bien la tasa de referencia debe mantenerse en su nivel actual, en las decisiones del primer trimestre de 2024, podría empezar a discutirse la posibilidad de un ajuste fino en la tasa de referencia. Comentó que, esto, dependiendo de que la información disponible apunte a que los riesgos señalizados no se materialicen y que la inflación se ajuste a la trayectoria pronosticada. Enfatizó que debe reconocerse el avance en la desinflación. Notó que, debido a la reducción en las expectativas de inflación a 12 meses, la tasa real ex-ante aumentó casi 80 puntos base desde marzo. Sostuvo que en los próximos meses esta debe mantenerse en un rango entre 7 y 7.5% para garantizar la convergencia de la inflación a la meta; por lo que el ajuste fino mencionado sería, en su opinión, para evitar que la tasa real ex-ante se sitúe fuera de ese rango. Indicó que debe hacerse un mayor y mejor uso de la guía futura, en línea con las recomendaciones de organismos internacionales. Opinó que el lapso en el que la tasa permanecerá fija ya no debe categorizarse como un periodo “prolongado”, sino que explícitamente debe señalarse que se mantendrá sin cambios al menos hasta fin de año. Externó que debe dejarse claro que las decisiones del año entrante estarán sujetas a la evolución de los datos, con el fin de que la expectativa sobre el primer recorte no se anticipe ni se postergue de manera infundada. Observó que los analistas estiman un primer ajuste en la tasa para marzo de 2024, mientras que según los instrumentos de mercado ello ocurriría entre marzo y mayo. Apuntó que debe vigilarse que estas expectativas no diverjan significativamente como reflejo de una mayor incertidumbre sobre el próximo movimiento de la tasa. Recomendó comunicar que, pese a que la normalización de la postura monetaria parece lejana, no se descartan ajustes ocasionales y graduales durante los primeros trimestres del próximo año. Señaló que, frente a las presiones internas, al conducir la política monetaria la postura absoluta debe ser el objetivo principal. Sobre la postura relativa, aseveró que el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos es suficiente para enfrentar la volatilidad financiera, aunque alertó que esta ha comenzado a impactar al tipo de cambio, lo que podría mermar su contribución positiva sobre los costos de los insumos. Agregó que la descoordinación entre las políticas fiscal y monetaria podría rezagar la transmisión de la política monetaria y dificultar su normalización. Argumentó que, en su opinión, la transmisión de la política monetaria en México es menos efectiva que en otros países, por la baja profundidad e inclusión financiera, la poca penetración crediticia, la alta informalidad y la falta de competencia en el sistema financiero. Apuntó que esta misma falta de competencia en otros sectores ha permitido a aquellas empresas con poder de mercado continuar incrementando sus precios a pesar de la disipación de los choques de oferta que motivaron dichos aumentos. Afirmó que esto ha hecho que la disminución de la inflación sea más lenta. Otro miembro opinó que, con la información disponible, la tasa de referencia se debe mantener en su nivel actual todavía por cierto tiempo y que la postura monetaria restrictiva probablemente deba preservarse a lo largo del horizonte de pronóstico con la finalidad de mitigar riesgos, afianzar la tendencia a la baja de la inflación y seguir propiciando el descenso de sus expectativas. Al respecto, destacó que el proceso desinflacionario ha avanzado, particularmente en los últimos doce meses, a una velocidad no vista desde que se fijó la meta de 3%, apoyada, en parte, por la postura monetaria restrictiva. Agregó que la dinámica de precios ha comenzado a acercarse a su comportamiento histórico y que el descenso de la inflación no es solo atribuible a factores de corto plazo, por lo que, en general, los determinantes observados de la inflación han sido más consistentes con lo que Banco de México ha anticipado. No obstante, detalló que las expectativas de inflación han presentado un descenso gradual, lo cual podría deberse a que en México la formación de las mismas parecería ser un proceso más retrospectivo que prospectivo. Precisó que esto es más notorio en el comportamiento de las expectativas del sector empresarial. Apuntó que en economías donde la formación de expectativas es de naturaleza más retrospectiva, el endurecimiento de la política monetaria presenta efectos sobre la inflación menores respecto de aquellas economías donde existe un ambiente más prospectivo. Consideró que los canales de transmisión de la política monetaria siguen operando en la dirección correcta, aunque con una incidencia heterogénea sobre la actividad económica y la inflación, por lo que requieren de cierto tiempo para seguir contribuyendo al proceso desinflacionario. Recordó, además, que el balance de riesgos para la inflación sigue sesgado al alza. Mencionó que, al tomar en cuenta todo lo anterior, debe encontrarse un equilibrio entre los avances en la desinflación y los riesgos existentes en el horizonte de pronóstico. Comentó que, dado el incremento de la tasa real ex-ante y las condiciones monetarias más apretadas, que se reflejan en el tipo de cambio real y en instrumentos de mercado, podría evaluarse más adelante si el proceso desinflacionario observado y anticipado sería compatible con niveles inferiores de la tasa nominal. Sostuvo que, ante el ambiente de incertidumbre en la toma de decisiones, el enfoque de política monetaria debe seguir siendo prudente, cauteloso y gradual, en línea con los retos que se siguen enfrentando para lograr la convergencia de la inflación y en consistencia con procurar un comportamiento ordenado de los mercados, del sistema financiero y de la economía en su conjunto. Un miembro consideró que la postura monetaria es lo suficientemente sólida y que, junto con la mitigación de los choques inflacionarios, propició mejoras en el panorama. Destacando el camino recorrido, apuntó que la tasa real ex-ante se ubica en un nivel claramente restrictivo de alrededor de 373 puntos base por encima del rango neutral. Asimismo, enfatizó que, desde marzo, cuando la tasa alcanzó su nivel actual, las inflaciones general y subyacente han acumulado ambas caídas de 259 puntos base. Opinó que la mejora del panorama inflacionario se ha observado en sus determinantes; así, la más baja inflación conducirá a una menor frecuencia de revisiones en precios, los salarios se han estabilizado y el consumo se ha desacelerado, mientras que las expectativas de inflación continúan mostrando mejorías. Además, externó que su balance de riesgos, sin soslayar que se mantiene sesgado al alza, ha mejorado con respecto a marzo ante la última revisión del pronóstico y algunos riesgos a la baja que han cobrado relevancia, como una desaceleración de la economía global. No obstante, argumentó que prevalecen retos, como la persistencia del componente subyacente, debido, en parte, al comportamiento de los servicios, que siguen resintiendo los choques de la pandemia y del conflicto en Ucrania. Afirmó que la política monetaria ha sido congruente con una coyuntura caracterizada por resiliencia de la actividad y una inflación derivada, en parte, de choques sobre los cuales la política monetaria no tiene efecto. Apuntó que, en este entorno complejo, la política monetaria ha evitado un desanclaje de las expectativas y la contaminación del proceso de formación de precios. Sostuvo que, considerando las mejorías en el panorama inflacionario y que los canales de transmisión están operando y continuarán incidiendo sobre la inflación en los próximos trimestres, se abre la posibilidad de discutir recortes en la tasa. Opinó que el reto es ajustar la postura para que sea congruente con una inflación que, aunque está aún por arriba de la meta, ya se encuentra en una trayectoria descendente. Expuso que, considerando los avances esperados en el panorama inflacionario, el primer recorte podría ocurrir a inicios del primer trimestre de 2024. Comentó que, en un contexto en el que el proceso desinflacionario podría no ser lineal, la solidez de la postura monetaria seguirá operando aun cuando se implementen ajustes a la tasa. Añadió que, ante la incertidumbre prevaleciente, los ajustes serían graduales y no necesariamente continuos. Estimó pertinente comunicar que la tasa permanecerá en su nivel actual por un tiempo y que hacia delante debe continuarse con una postura restrictiva que garantice la convergencia de la inflación a la meta. 3. DECISIÓN DE POLÍTICA MONETARIA La Junta de Gobierno evaluó la magnitud y diversidad de los choques inflacionarios y de sus determinantes, así como la evolución de las expectativas de mediano y largo plazos y el proceso de formación de precios. Reconoció que el proceso desinflacionario ha avanzado en el país. No obstante, opinó que el panorama sigue implicando retos. Con base en lo anterior y tomando en cuenta la postura monetaria ya alcanzada y la persistencia de los choques que se enfrentan, la Junta de Gobierno, con la presencia de todos sus miembros, decidió por unanimidad mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%. Con esta decisión, la postura de política monetaria se mantiene en la trayectoria requerida para lograr la convergencia de la inflación a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico. La Junta de Gobierno vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas. Considera que, para lograr la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3%, será necesario mantener la tasa de referencia en su nivel actual por cierto tiempo. Ello tomando en cuenta que, si bien el panorama todavía se percibe complicado, se ha avanzado en el proceso desinflacionario. El banco central reafirma su compromiso con su mandato prioritario y la necesidad de perseverar en sus esfuerzos por consolidar un entorno de inflación baja y estable. 4. VOTACIÓN Victoria Rodríguez Ceja, Galia Borja Gómez, Irene Espinosa Cantellano, Jonathan Ernest Heath Constable y Omar Mejía Castelazo votaron a favor de mantener el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día en 11.25%. 5. OPINIONES/VOTOS DISIDENTES Opinión disidente sobre el comunicado. Irene Espinosa Cantellano. Si bien la inflación ha continuado disminuyendo, la convergencia a la meta en el segundo trimestre de 2025 se ha vuelto más desafiante. Durante el semestre en curso el proceso desinflacionario se ha ralentizado. La inflación subyacente ha caído principalmente por la disminución de la de mercancías puesto que la de servicios muestra resistencia a disminuir y recientemente ha aumentado. En mi opinión, el sesgo al alza en el balance riesgos para la inflación se ha incrementado, con una actividad económica más resiliente, una posición cíclica de la economía en terreno positivo, un mercado laboral apretado, persistencia de la inflación subyacente, inflación no subyacente con tendencia al alza, expectativas de inflación por encima de nuestra meta que no se revierten y una política fiscal procíclica para 2024. Hacia delante, el compromiso de lograr la consolidación fiscal a partir de 2025 representa un enorme desafío adicional. Ante dicho entorno, considero que debemos mantener la prudencia y cautela en nuestra comunicación y evitar adelantarnos en modificar la guía prospectiva ante el elevado nivel de incertidumbre sobre la trayectoria descendente de la inflación. ANEXO La información presentada en este Anexo fue elaborada para esta sesión por las Direcciones Generales de Investigación Económica y de Operaciones de Banca Central, ambas del Banco de México, y no necesariamente refleja las consideraciones de los miembros de la Junta de Gobierno respecto de su decisión de política monetaria. A.1. Condiciones externas A.1.1. Actividad económica mundial Durante el tercer trimestre de 2023, la actividad económica mundial se habría expandido a un ritmo mayor al observado en el trimestre previo, manteniéndose una marcada heterogeneidad en el desempeño económico entre países. Estados Unidos y China mostraron un mayor dinamismo respecto del segundo trimestre. En cambio, la economía de la zona del euro siguió exhibiendo debilidad. Los índices de gerentes de compras indican una desaceleración de los servicios, principalmente en las economías avanzadas, así como una continua debilidad en la actividad manufacturera en el nivel global (Gráfica 1). Entre los riesgos globales destacan la prolongación de las presiones inflacionarias, el agravamiento de las tensiones geopolíticas, condiciones financieras más apretadas y, en menor medida, los retos para la estabilidad financiera. En Estados Unidos, en el tercer trimestre del año la actividad económica se expandió por arriba de lo esperado al inicio del periodo. El Producto Interno Bruto (PIB) creció a una tasa trimestral ajustada por estacionalidad de 1.2%, después de haber aumentado 0.5% en el segundo trimestre (Gráfica 2). 1 La expansión estuvo impulsada, principalmente, por las contribuciones del consumo privado, la acumulación de inventarios y el gasto de gobierno. Se estima que la huelga en la industria automotriz no haya generado afectaciones significativas en este trimestre. En septiembre, la producción industrial en Estados Unidos mantuvo cierta atonía al aumentar 0.3% a tasa mensual ajustada por estacionalidad, luego de haberse mantenido estancada en agosto. El crecimiento respondió al avance en los rubros de manufacturas y minería, mismo que fue parcialmente contrarrestado por un retroceso en la generación de electricidad y gas. La actividad manufacturera aumentó 0.4% como resultado de un incremento en la producción de bienes duraderos. Los índices de gerentes de compras sugieren que hacia delante la actividad en los servicios será moderada y que la producción del sector manufacturero mantendrá cierta atonía. En Estados Unidos la nómina no agrícola continuó expandiéndose, si bien a un ritmo más moderado. La generación de nuevas plazas pasó de 233 mil en promedio mensual durante el tercer trimestre a 150 mil en octubre. El número de nuevas vacantes se mantuvo en niveles elevados. Los salarios registraron un menor crecimiento, al pasar de 5.9% en promedio mensual durante el segundo trimestre a 5.4% en el tercero. Las solicitudes iniciales del seguro de desempleo permanecieron en niveles bajos. La tasa de desempleo aumentó ligeramente al pasar de 3.8% en el mes de septiembre a 3.9% en octubre. En la zona del euro, la actividad económica se contrajo 0.1% a tasa trimestral ajustada por estacionalidad en el tercer trimestre de 2023, luego de haberse mantenido débil en los dos trimestres previos. 2 Ello fue resultado de una menor demanda externa y de condiciones financieras internas apretadas que habrían mitigado la inversión residencial y de negocios. Adicionalmente, el sector manufacturero se mantuvo débil y el sector de servicios perdió dinamismo. En septiembre, la tasa de desempleo mostró un ligero aumento respecto del mes previo, ubicándose en 6.5%. Se espera que las principales economías emergentes hayan registrado una expansión en el tercer trimestre de 2023. Sin embargo, en Europa y Asia Emergente, así como en América Latina, se prevén diferencias en el ritmo de crecimiento entre países. En el caso de China, se observó un mayor crecimiento en el tercer trimestre respecto del segundo, como resultado de un repunte en las ventas al menudeo, a pesar de un estancamiento de la producción industrial y de una reducción en la inversión fija. Durante este periodo, se implementó un paquete de estímulos diseñado para impulsar el crecimiento de la economía china Los precios internacionales de las materias primas registraron un comportamiento mixto desde la última decisión de política monetaria en México. Los precios de referencia del petróleo crudo mostraron una disminución entre finales de septiembre y la segunda mitad de octubre debido a un aumento en las exportaciones rusas y al incremento de la producción en Nigeria e Irán. Posteriormente, se observaron ciertas presiones al alza a mediados de octubre ante las tensiones políticas generadas por el conflicto en Medio Oriente, que podrían involucrar a productores importantes de petróleo en esa región. Estas presiones disminuyeron a finales de octubre por la mitigación del efecto del conflicto sobre los precios de estos bienes y por el incremento de la producción de algunos miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Estados Unidos. Por su parte, los precios de referencia del gas natural exhibieron incrementos en la primera mitad de octubre debido a una menor producción y a una mayor demanda ante temperaturas más bajas en Estados Unidos, así como a daños en un gasoducto en el mar Báltico, a huelgas de trabajadores del sector del gas en Australia y a las tensiones en Medio Oriente. Los precios de los granos mostraron un ligero incremento en el mes de octubre por sequías en Sudamérica, así como por el bloqueo y los ataques a puertos ucranianos por parte de Rusia. Finalmente, los precios de los metales industriales presentaron, en general, un comportamiento a la baja en octubre debido a la debilidad de la inversión en el sector inmobiliario chino y por las expectativas de que Estados Unidos mantendrá las tasas de interés altas por un mayor tiempo. No obstante, las cotizaciones de los metales repuntaron a inicios de noviembre ante las noticias del estímulo fiscal en China. A.1.2. Política monetaria y mercados financieros internacionales En un amplio número de las principales economías avanzadas y emergentes la inflación general anual continuó disminuyendo, si bien en algunos casos se registraron repuntes en sus lecturas más recientes. Así, esta se mantiene en niveles elevados y por encima de los objetivos de los bancos centrales en la mayoría de los países. La inflación del componente subyacente siguió mostrando reducciones. En algunas economías avanzadas se observaron presiones en los precios de energéticos, lo que resultó en aumentos de la inflación general (Gráfica 3). En algunos de estos países dichas presiones han comenzado a desvanecerse. En la mayoría de las economías avanzadas, la inflación subyacente disminuyó en su última lectura. No obstante, el retroceso de este componente ha sido gradual, como reflejo, en buena medida, de cierta persistencia en las presiones sobre los precios de los servicios. En Estados Unidos, la inflación general anual medida por el deflactor del gasto en consumo se mantuvo prácticamente sin cambios, al pasar de 3.45% en agosto a 3.44% en septiembre. Así, permanece aún en niveles superiores al objetivo de 2%. Se observó una menor deflación anual de los precios de los energéticos y una disminución de la inflación de los alimentos y del componente subyacente. La variación anual de este último pasó de 3.8 a 3.7% en el mismo periodo. La inflación general de Estados Unidos medida por el índice de precios al consumidor se incrementó marginalmente en términos anuales, de 3.67% en agosto a 3.70% en septiembre. La inflación anual del componente subyacente disminuyó de 4.3 a 4.1% en la misma comparación.
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