Laura
Castillo García
Vocera
del Movimiento Antorchista en el Estado de México
*
Concurso nacional de Voces organizado por el Movimiento
Antorchista Nacional, a celebrarse los días 29 y 30 de septiembre,
en Pachuca, Hidalgo.
Vivir en una sociedad dividida en clases, de capitalismo cruel, en
donde el ser humano trabaja todo el tiempo para medio vivir, necesita
una actividad que le haga más ligera la vida y, a manera de
catarsis, le ayude a eliminar los recuerdos dolorosos o las carencias
y sufrimientos que conlleva una vida llena de carencias, sin más
tranquilidad y alegría que la que le brindan los miembros de su
familia, quienes también sufren sus propias carencias.
Desde que el hombre se separó de los animales y empezó a vivir en
colectivo, la música lo ha acompañado, tal vez primero con
percusiones para no sentirse tan solo en el mundo y luego, miles de
años después, para acompañar sus primitivos rituales con los que
solicitaban protección y favor a los también primitivos dioses.
Todos sabemos que, igual que entonces, la música es una gran
acompañante de los seres humanos: ¿quién no se acompaña con
música cuando está solo en su casa o cuando tiene que realizar
trabajos penosos como el aseo doméstico, arreglar un carro, reparar
planchas, redactar un reportaje, construir edificios o hacer la
comida? Nadie, nadie o muy pocos se resisten a ello.
Prácticamente todos acompañamos nuestras actividades con música,
la cual, sea instrumental o con letra, ejerce en nosotros funciones
catárticas porque nuestros sentimientos o emociones se identifican
con lo creado por músicos y poetas.
Desgraciadamente, la música no escapa al mundo globalizado de las
mercancías. Ahora, niños y jóvenes son influidos por letras
denigrantes sin ningún valor artístico, que lejos de ayudar a
realizar catarsis emocional ante situaciones trágicas, despiertan
sentimientos primitivos como la agresión, la burla y el desprecio,
los cuales construyen sociedades vergonzantes. Por ejemplo, en la
radio podemos escuchar: “Ese
mamarrano come cacahuates pide
pizarrín pero no invita a sus cuates/ en la escuela le
apodaban el come quesadillas se come los melones sin
quitarle las semillas/ Ese
marranete se atora en el retrete y cada que lo veo es una
foto diferente…” Y así por el estilo con mucha de
la música de nu
metal, horrorcore, nerdcore, g-funk,
pop rap, rap conciencia, rap poético, rap político, gangsta
rap,
rap instrumental, crunk,
trap, old school
y muchas más que de crítica social y concientización política
tienen muy poco, pero que, por las grandes ganancias que brindan a
sus productores, los músicos de las bandas que las ejecutan son
calificados como talentosos artistas.
La música
verdadera, constructiva y catártica, es otra cosa: canta a la
belleza, a los anhelos de felicidad de la humanidad, a la alegría
por el amor encontrado, a la tristeza por la pérdida de ese amor,
etc., etc. Temas que abundan en todos los estilos musicales y el
mundo entero canta pues con ellos eliminamos los recuerdos que
alteran nuestra mente y equilibrio nervioso. O sea, cantamos para
vivir.
Y mientras en
la Cámara de Diputados el presidente de la Comisión de Cultura es
prácticamente un analfabeta que antes se ganaba la vida bailando
semi desnudo ante mujeres frenéticas y baila al ritmo de la bolita
que le sube y le baja, en Antorcha seguimos apostando por una
verdadera cultura edificante para todos los mexicanos; la que han
creado los verdaderos artistas.
Por ello,
Antorcha fomenta que las generaciones jóvenes conozcan la buena
música creada por verdaderos artistas mexicanos y extranjeros, y
también fomenta el cultivo de las buenas voces, a través de
acercarlos con profesionales que potencien su talento, para que
interpreten con maestría esas piezas artísticas.
Un botón de
muestra será la séptima edición del Concurso Nacional de Voces que
organiza el Movimiento Antorchista Nacional que se realizará los
días 29 y 30 de septiembre en el Auditorio “Gota de Plata”, de
Pachuca, Hidalgo. Estamos invitados, el evento que es totalmente
gratuito.
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