En una época que presume libertad, elección y diversidad de caminos, muchas mujeres siguen enfrentándose a la misma pregunta de siempre: “¿y los hijos para cuándo?”. Frente a esta presión persistente, INTIMINA alza la voz para cuestionar los juicios y expectativas que recaen sobre las mujeres que no son madres, ya sea por decisión, por deseo, o por circunstancias que no se ven a simple vista.
Porque detrás de esa pregunta (aparentemente inocente) se esconde una idea errónea: que la vida femenina debe seguir un guion, un “deber ser”. Y esa narrativa, además de injusta, es profundamente dañina. La realidad es simple: no vas tarde, no te falta nada y la maternidad no es un requisito para vivir una vida plena. Cada mujer tiene derecho a escribir su historia sin explicaciones ni disculpas.
Con esta campaña, INTIMINA invita a replantear conversaciones, derribar estigmas y abrir espacio a todas las formas de vivir la feminidad. Porque no existe una sola manera correcta de ser mujer
Durante años, la maternidad se ha colocado como sinónimo de realización femenina. Quien decide no maternar suele ser encasillada como “demasiado enfocada en su carrera”, “egoísta” o “inmadura”. Sin embargo, detrás de cada elección (tener hijos o no tenerlos) hay historias complejas atravesadas por la salud, el contexto económico, el acceso a servicios médicos, el proyecto de vida, la red de apoyo y los deseos personales. No siempre hay una “gran razón”: a veces simplemente no se quiere tener hijos, y eso también es válido.
Los datos muestran que no se trata de casos aislados. En las últimas décadas, las tasas de natalidad han disminuido a nivel global y hoy hay millones más de mujeres en edad fértil sin hijos que lo esperado según tendencias previas. Paralelamente, los costos de vivienda, crianza y salud se han disparado, mientras que el acceso a cuidados, licencias y corresponsabilidad sigue siendo limitado. En este contexto, la decisión sobre la maternidad se ha vuelto aún más compleja y personal.
INTIMINA insiste en que el problema no es la maternidad en sí, sino la idea de que sea un “destino obligatorio”. La marca propone algo tan simple como poderoso: dejar de asumir, dejar de preguntar desde la presión y empezar a respetar los límites. Comentarios como “se te va a pasar el tren”, “te vas a arrepentir”, “¿quién te cuidará de grande?” o “no sabes lo que es el amor de verdad hasta ser madre” no sólo son invasivos, también pueden resultar profundamente dolorosos.
Al promover conversaciones más abiertas, informadas y respetuosas, INTIMINA busca que los medios, las familias y la sociedad reconozcan que la realización de una mujer no se mide por su maternidad, sino por su derecho a decidir cómo quiere vivir su vida. Tener hijos puede ser un deseo hermoso; no tenerlos también. Lo verdaderamente transformador es que cada mujer pueda elegir su camino sin culpa, sin presión y, sobre todo, sin vergüenza.
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