Los
acreedores pretendían privar al grupo Oro Negro de la oportunidad de
reestructurar pasivos a nivel grupo, bajo un procedimiento de concurso
mercantil. Los tenedores de bonos alegaban que no podía iniciarse un
concurso mercantil sin su consentimiento, lo cual ha sido rechazado
definitivamente por el Máximo Tribunal del país.
Esta
decisión respalda la estrategia de Oro Negro por proteger la empresa,
las fuentes de empleo que genera, la inversión de las Afores y la
finalidad de continuar la prestación de servicios a Pemex para
incrementar la productividad nacional.
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