Laura
Castillo García
Vocera
del Movimiento Antorchista en el Estado de México
Es elección
democrática cuando ganan, pero si pierden es fraude. Es la filosofía
que durante 12 años alentó Andrés Manuel López Obrador entre sus
seguidores, por lo que ahora que el Peje ganó la presidencia de la
República, a escala nacional todo es paz y amor.
Bien
por el respeto a la democracia por parte de todos los mexicanos.
Incluso los que no votamos por AMLO, reconocemos que ganó en buena
lid; ahora solo esperamos que cumpla con todo lo que prometió.
Con
el triunfo de AMLO, incluso pasó lo que varios dudábamos que
pasara: algunos medios de comunicación, a los que por mucho tiempo
calificó como parte de la mafia
del poder,
se han mostrado tan anuentes con el futuro presidente de México, que
la miel ya se les derramó; es más, ya pasó a melcocha.
Por
la alta votación alcanzada por el Peje, las cinco gubernaturas y las
diputaciones federales y senadurías que ganó Morena, los morenistas
que perdieron en Puebla y los municipios mexiquenses de Ixtapaluca y
Chimalhuacán, ahora proclaman fraude
como desde hace 12 años les estuvo diciendo y machacando el Peje.
Con
la bandera de fraude,
los morenistas exigen que las autoridades electorales les entreguen
los municipios mexiquenses que se resistieron al tsunami morenista:
Ixtapaluca y Chimalhuacán, entidades en las que el PRI refrendó sus
gobiernos gracias al trabajo que sus alcaldes, emanados de las filas
del Movimiento Antorchista Nacional, han realizado en esas tierras.
Al
igual que hicieron en Puebla en que un grupo de morenistas irrumpió
en un hotel para, según ellos, frenar actos de mapachería de los
panistas, y que en el municipio mexiquense de Nezahualcóyotl
pusieron un plantón frente al Palacio municipal e hicieron rueda de
prensa para “denunciar
fraude”
-no obstante que el Frente los rebasó con cerca de 10 mil votos-,
ahora pretenden hacer lo mismo en Chimalhuacán e Ixtapaluca:
arrancar en la mesa lo que no ganaron en las urnas.
Así
como el PRI nacional y de Ixtapaluca y Chimalhuacán respetan sin
ambages el triunfo de AMLO y asumen civilizadamente las derrotas que
tuvieron sus candidatos a diputados federales y locales y, por tanto,
en esos municipios no han pedido voto por voto, ni han llamado a la
violencia para que las autoridades les entreguen ilegalmente esos
puestos de representación popular, así también le piden a Morena
del Estado de México que respete los legítimos triunfos priistas en
esos dos municipios mexiquenses.
En
Ixtapaluca, la licenciada Maricela Serrano Hernández, militante de
Antorcha se alzó con la victoria con 93,539 votos por sobre los
77,722 de Morena; y en Chimalhuacán el biólogo Tolentino Román
ganó con 103,040 votos sobre los 99,403 del candidato de Morena.
Las
cifras son muy claras: los priistas ganaron las alcaldías de esos
importantes municipios mexiquenses, los más grandes que el PRI
gobernará en el Estado de México porque así lo decidió la
ciudadanía.
También
es muy claro que, a pesar de ello, los morenistas de esas y otras
entidades ahora declaran fraude y generan violencia porque desde hace
12 años así se los viene enseñando el señor López Obrador, quien
ahora ya no puede comportarse como cuando era oposición, sino que
debe convencer a sus pupilos para que tengan una conducta civilizada
y democrática a fin de que no vayan a manchar su propis imagen.
Por
el bien del país, esperamos que los perdedores de Morena pronto
asuman una conducta verdaderamente democrática para que México
vuelva a la paz y tranquilidad que se necesita para construir un país
como el que todos deseamos: de progreso y bienestar para la mayoría.
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