Texcoco, Méx.- Amor al arte, amor a México y a sus
tradiciones; preocupación por conservar las danzas y bailes de épocas pasadas
para que sigan vivas, son algunas de las razones por las que niños, jóvenes,
adultos y adultos mayores participan en alguna de las múltiples actividades
enfocadas a la práctica artística que promueve el Movimiento Antorchista.
Espartaqueadas
culturales, concursos de canto, encuentros de teatro y danza, son algunas de
las expresiones artísticas que han encantado a personas de todas las edades
para convertirse en integrantes de alguna compañía de teatro o de un ballet
folklórico antorchista.
Lupita,
es una mujer indígena Otomí de Temoaya Santiago, en la capital del Estado de
México. A sus 73 años, es integrante de un grupo de danza de su región. Ella
confiesa sentir una enorme emoción al subirse a un escenario, bailar su música
tradicional y recibir el aplauso del público.
José
Luis Sánchez Rico es un bailarín integrante del Ballet de la Escuela de Bellas
Artes de Texcoco II “Humberto Vidal Mendoza”, a diferencia de Lupita, para él
bailar significa difundir la cultura
mexicana “a mí me interesa dar a conocer el lado bonito de nuestro país,
pues con tantos hechos de violencia, la gente puede pensar que México es un
lugar feo, donde no se puede vivir bien, pero todo lo contrario nuestra cultura
es muy amplia e interesante”.
Así
es como personas de las colonias y barrios del Estado de México se suman a las
actividades culturales que Antorcha promueve, con el propósito de convocar a
las poblaciones más humildes a practicar
y a disfrutar de las bellas artes, desde sus colonias, barrios y pueblos.
En
Texcoco el Movimiento Antorchista gestionó el Teatro Auditorio “Nezahualpilli”
donde los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de Texcoco II podrán
desarrollar sus actividades artísticas de manera profesional; mientras que el
público podrá presenciar espectáculos de calidad cerca de su hogar.
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