Por Alberto Rosati, CEO de GFT Technologies en Mexico
La economía global se mueve hoy a una velocidad inédita. Lo que antes eran ciclos de innovación de años, hoy se mide en meses o incluso semanas. La velocidad ya no es un diferenciador competitivo: es una condición de supervivencia.
La banca digital lo ha demostrado. El cliente espera abrir una cuenta en minutos; si el proceso tarda días, buscará otra opción. El retail en línea vive la misma lógica: la experiencia de compra se define en segundos, y un clic adicional puede significar una venta perdida. En manufactura, la automatización permite rediseñar líneas de producción casi en tiempo real; quién no lo hace, se queda con inventarios obsoletos.
Incluso sectores tradicionalmente más estáticos están enfrentando esta presión. Pensemos en una empresa de transporte de carga: si tarda semanas en ajustar rutas por un alza repentina en combustibles, perderá contratos frente a un competidor que use análisis predictivo y algoritmos de optimización en cuestión de horas. Lo que antes era visto como innovación de vanguardia hoy es el estándar mínimo de competitividad.
Y no solo se trata de industrias tradicionales. Incluso las compañías de tecnología, que suelen marcar el paso, enfrentan el mismo dilema. Una plataforma de streaming, por ejemplo, que tarda demasiado en personalizar recomendaciones o en escalar su infraestructura cuando un contenido se vuelve viral, corre el riesgo de perder usuarios frente a un competidor más ágil. La paradoja es clara: en la economía de la velocidad, ni siquiera quienes nacieron digitales pueden confiarse.
No solo se trata de incorporar tecnología, sino de cambiar la manera en que pensamos las organizaciones. Metodologías como DevOps, plataformas low-code o la automatización son habilitadores de una cultura distinta: la de probar, ajustar y escalar con rapidez.
Las empresas que siguen operando con planes rígidos y horizontes largos enfrentan un riesgo claro: quedarse fuera del juego. La disrupción no se anuncia con tiempo; cuando llega, solo los ágiles sobreviven.
El dilema es directo: ¿queremos liderar el cambio o reaccionar tarde? En la economía de la velocidad no hay espacio para la indecisión. Digitalizarse no es una opción estratégica: es la línea que separa la relevancia de la obsolescencia.
Alberto Rosati es CEO de GFT Technologies en México y LATAM SSC
A partir de julio de 2022, Alberto Rosati lleva la responsabilidad como CEO GFT México & LATAM SSC en Grupo GFT. Alberto es un ejecutivo con +30 años de experiencia. Emprendedor, conocedor del mercado de IT, Software, Consultoría, Integración de Sistemas, Transformación Digital y Operación de Negocios Cognitivos. Rosati cuenta con amplia experiencia en Dirección, Evolución y Transformación de Empresas.
Con gran éxito desempeñó funciones de liderazgo en empresas globales de consultoría de TI y como empresario. Líder de confianza y formador de equipos. Profunda experiencia en la gestión global de empresas centrada en ventas, crecimiento de ingresos, mejora de márgenes y compromiso de las personas. Hábil en la estructuración de ofertas de valor añadido que aumentaron los resultados financieros para los clientes y las partes interesadas. Experiencia internacional, principalmente en América Latina, reputación impecable en el mercado, excelente nivel de relación en el mercado en varias industrias, dedicándose a la Banca, Servicios Financieros e Industrias de Seguros en los últimos 7 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario