México se perfila para ser el segundo país con más
ingresos por delivery
Se prevé que se generarán 2.530 millones de dólares al
cierre de 2024.
En los últimos años,
el delivery de comida ha pasado de ser una comodidad a convertirse en una
necesidad para millones de mexicanos. Este fenómeno, que tomó fuerza durante la
pandemia de COVID-19, transformó los hábitos de consumo y desarrolló a las plataformas
de entrega como un componente esencial del comercio alimentario en México y el
mundo.
Aplicaciones como Uber
Eats, Rappi y DiDi Food han revolucionado la forma en que las personas acceden
a alimentos, llevando tanto comidas preparadas como productos básicos hasta la
puerta de sus casas. Sin embargo, este crecimiento también plantea retos importantes,
especialmente en términos de derechos laborales y regulación para los
repartidores que sostienen esta industria en expansión.
Según un informe de Statista Market Insights, México
cerrará el año como el segundo mercado más grande de entregas de comida a
domicilio en América Latina, generando ingresos estimados en 2.530 millones de
dólares, sólo por detrás de Brasil, cuyo mercado triplica estas cifras.
En tanto, Argentina se
posiciona como el tercer lugar, con proyecciones que alcanzan los 1.860
millones de dólares, seguido de cerca por Colombia, que espera ingresos de 480
millones de dólares. Por su parte, Chile y Perú figuran entre los mercados más
pequeños de la región, con estimaciones de 310 y 90 millones de dólares
respectivamente.
Cabe destacar que en
México, el número de usuarios de plataformas de envío de comida ascendió a 33.4
millones en 2022. El segmento preferido por los mexicanos es el servicio que
conecta directamente a los restaurantes con los clientes, el cual domina con
una cuota de mercado del 66%.
Además del negocio de
las comidas preparadas, la entrega de víveres representa un segmento clave, con
ingresos que superan por muchos los generados por el envío de alimentos listos
para consumir. En México, de acuerdo a Statista, las cifras indican que el
reparto de productos básicos genera ingresos 2.5 veces mayores que las comidas
preparadas.
El crecimiento del
delivery en el país no solo responde a la conveniencia y la diversidad de
opciones que ofrecen estas plataformas, sino también al incremento en la
penetración de teléfonos inteligentes y acceso a internet, factores que han
facilitado el uso de estas aplicaciones, especialmente entre las jóvenes
generaciones.
Este escenario también
ha puesto sobre la mesa la precarización de los empleos que lo sostienen. Los
repartidores, pieza clave de esta maquinaria, enfrentan condiciones laborales
marcadas por la ausencia de derechos básicos como la seguridad social y prestaciones.
Para abordar esta problemática, el gobierno mexicano, bajo el liderazgo de
Claudia Sheinbaum, ha impulsado reformas a la Ley Federal del Trabajo, buscando
proteger a los aproximadamente 658.000 repartidos que trabajan en plataformas
digitales.
Estas modificaciones
contemplan la incorporación de los repartidores al Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS), asegurándoles cobertura por riesgos de
trabajo, enfermedades y otros beneficios como el acceso a créditos de vivienda
del Infonavit. Asimismo, se plantea garantizarles el derecho a utilidades y la
posibilidad de optar por un esquema de aseguramiento independiente si no
alcanzan el salario mínimo.
Según el secretario de
Trabajo y Previsión Social, Marath Baruch Bolaños López, estas medidas buscan
reconocer formalmente a los repartidores como trabajadores, eliminando vacíos
legales que las empresas han aprovechado para evadir responsabilidades.
De hecho, en otros
países, como España, la aprobación de la "Ley Riders" en 2021 marcó
un hito al obligar a las empresas de delivery a contratar a los repartidores
como asalariados, brindándoles derechos laborales plenos. En México, aunque se
ha avanzado con estas reformas, persiste el desafío de equilibrar las
exigencias legales con la viabilidad económica de las plataformas.
Y es que en la
actualidad, aplicaciones como Didi, Uber
Eats y Rappi han transformado el mercado laboral, ofreciendo a muchas personas
una fuente de ingresos flexible. Los repartidores se han convertido en una
parte crucial de la economía digital, y hoy en día, más personas se suman a
este tipo de trabajo buscando una oportunidad económica que se adapte a su
ritmo de vida.
En el caso de Uber
Eats en México, los repartidores pueden ganar entre 7,000 y 14,000 pesos
mensuales, dependiendo de diversos factores. Según el portal Glassdoor, el
salario base es de alrededor de 10,000 pesos, a lo que se suman bonos,
comisiones y propinas. Estos ingresos adicionales pueden hasta 750 pesos al
mes. No obstante, la cantidad exacta de ganancia varía según la zona en la que
se realizan las entregas, la cantidad de pedidos completados y los días
trabajados.
Por otro lado, los
repartidores de Didi Food también tienen ingresos variables, los cuales
dependen de la ubicación y las horas trabajadas. En el norte de México, por
ejemplo, un repartidor puede ganar entre 800 y 1,000 pesos diarios si trabaja
ocho horas. En otras regiones, los ingresos diarios rondan entre los 500 y 650
pesos. En promedio, los repartidores de Didi Food ganan 6,196 pesos mensuales,
aunque este monto puede superar los 6,500 pesos semanales en algunas zonas,
dependiendo del desempeño y la tasa de aceptación de pedidos.
En cuanto a Rappi, los
repartidores perciben un salario promedio de 8,893 pesos al mes, lo que
representa un 16% por encima del promedio nacional para este tipo de empleo. Al
igual que en otras plataformas, los ingresos pueden variar dependiendo de la cantidad
de entregas y las propinas.
El delivery impulsa la venta de motocicletas
Uno de los efectos más
visibles del aumento de la entrega en México ha sido el incremento en la venta
de motocicletas, utilizado como el medio de transporte preferido por los
repartidores. Este fenómeno ha dinamizado el sector automotriz, convirtiendo a las
motocicletas en una opción asequible y eficiente para cubrir largas distancias
en tiempos reducidos. Incluso, la adquisición de estos vehículos se ha visto
facilitada por la opción de solicitar préstamos, lo que ha permitido a los
repartidores acceder a estos con mayor facilidad.
Datos de la Asociación
Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) revelan que la venta de motocicletas
ha registrado un crecimiento anual sostenido, impulsado en gran parte por la
demanda de los repartidores. En 2023, se reportaron más de 1.2 millones de
unidades vendidas, un aumento del 8% en comparación con el año anterior.
La popularidad de las
motocicletas responde no solo a su bajo costo de adquisición y mantenimiento,
sino también a su capacidad para maniobrar en el tráfico urbano, un factor
crucial en ciudades como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, donde las entregas
rápidas son esenciales.
A pesar de ello, este
incremento también plantea desafíos en términos de seguridad vial. El aumento
de motocicletas en circulación ha generado un incremento en los accidentes de
tránsito, muchos de ellos protagonizados por repartidores bajo presión para cumplir
con tiempos de entrega.
Cifras del Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que los accidentes de
motocicletas en zonas urbanas han crecido un 15% en los últimos tres años. Esto
ha llevado a organizaciones civiles y al gobierno a promover campañas de seguridad
vial dirigidas a este sector, así como a exigir que las empresas de entrega
proporcionen capacitaciones y seguros de accidentes a sus repartidores.
En medio de este
panorama, lo cierto es que el delivery en México muestra un escenario de
crecimiento sostenido, impulsado por la preferencia de los consumidores y la
diversificación de las ofertas de las plataformas. Además, no solo ha transformado la forma en
que consumimos, sino que también ha puesto en el centro del debate temas de
movilidad, derechos laborales y sostenibilidad.
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