jueves, 11 de marzo de 2021

Enfermedad renal crónica: un problema de salud pública creciente, catastrófico y, por ende, prioritario.


La enfermedad renal crónica puede afectar la salud de la sangre y los huesos.i


Ciudad de México a, 10 de marzo de 2021.- Mañana se celebra el Día Mundial del Riñón, y a pesar no ser muy visualizado a nivel nacional tiene una gran relevancia a nivel mundial, debido a que promueve el acceso asequible y equitativo a la educación sanitaria, la atención en salud y la prevención de las enfermedades renales, entre las que destaca la Enfermedad Renal Crónica (ERC), que resulta de diversas enfermedades crónico-degenerativas como la diabetes mellitus tipo 2 (DT2) y la hipertensión arterial y que, lamentablemente conduce a un desenlace fatal si no es tratada. ii


La ERC es uno de los principales retos de la Salud Pública en nuestro país, pues está considerada una enfermedad catastrófica debido al número creciente de casos, por los altos costos de inversión, recursos de infraestructura y humanos limitados, la detección tardía y altas tasas de mortalidadiii


De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2018, en México se estima que 10.3 % de la población padece DT2, lo que coloca al país con una de las tasas más altas a nivel mundial. Por otra parte, el porcentaje de adultos de 20 años o más con sobrepeso u obesidad en nuestro país es del 75.2% iv situación que, aunada a un mayor acceso a los servicios de salud, ha traído como consecuencia un aumento en el registro de las complicaciones crónicas, como lo es la ERC.


Los signos y síntomas de la enfermedad renal crónica se desarrollan con el paso del tiempo y el daño renal suele avanzar lentamente. Los pacientes con este padecimiento pueden presentar náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fatiga y debilidad, problemas de sueño, cambios en la producción de orina, disminución de la agudeza mental, espasmos musculares y calambres, hinchazón de pies y el tobillo y presión arterial alta.v


Lo anterior tiene severas repercusiones tanto para la sangre, como para los huesos de los pacientes que padecen ERC. La afectación en la sangre se manifiesta a través de anemia (trastorno en el que la sangre tiene menos glóbulos rojos de los que debería tener)vi debido a que los riñones no producen suficiente cantidad de la hormona eritropoyetina (EPO) que es la que indica al cuerpo la producción de los glóbulos rojosvii,viii . En la anemia por ERC, el tratamiento consiste principalmente en corregir la falta de hierro y la administración de agentes estimulantes de la eritropoyesis que ayudan a producir glóbulos rojos al estimular su formación por el mismo mecanismo por el cual la EPO lo hace en el cuerpo.


El daño a los huesos por ERC se debe principalmente a las alteraciones en el metabolismo óseo mineral que llegan a presentar algunos pacientes, es decir los niveles de calcio en sangre disminuyen mientras que los de fósforo se elevan y existe una deficiencia de vitamina Dix. Estas anormalidades afectan de manera secundaria la función de unas pequeñas glándulas que están en el cuello, por detrás de la glándula tiroides, llamadas “glándulas paratiroides”, que producen una sustancia llamada “hormona paratiroidea” (PTH), cuya función es restablecer nuevamente el equilibrio mineral en el organismox,xi.


Sin embargo, el exceso de producción de PTH no logra normalizar los niveles minerales lo que ocasiona que las glándulas paratiroides trabajen de manera excesiva y enfermen ocasionando hiperparatiroidismo secundario (HPTS).xii Y Como consecuencia del HPTS, los huesos se debilitan y pueden fracturarse; los vasos sanguíneos y las válvulas del corazón se calcifican, volviéndose rígidos y endurecidos, afectando la circulación y aumentando el riesgo de complicaciones gravesxiii,xiv. El tratamiento de la HPTS además de diálisis requiere medidas dietéticas y medicamentos específicos que controlen los niveles de la PTH, el calcio y el fósforo.


En el caso de la ERC lo más importante es la prevención, el mantenerse en forma y activo, tener un control regular de los niveles de glucosa en sangre, monitorear la presión arterial, comer saludablemente y controlar el peso, mantener una ingesta de líquidos saludables y no fumar, hacen la diferencia. (…) Es importante que de tener uno o más de estos factores de riesgo y presentar algún síntoma, acudan a checar su función renal.” Dr. Max Saráchaga, Director Médico de Amgen México.


En general, el tratamiento consiste en medidas para ayudar a controlar los síntomas, reducir las complicaciones y retrasar la progresión del padecimiento, que termina afectando al paciente en diferentes aspectos de su vida, incluyendo su propia sexualidad. xv


En Amgen tenemos el serio compromiso con los pacientes, de continuar innovando en pro de su calidad de vida, de generar las opciones más eficientes para contrarrestar estas enfermedades y sin lugar a duda, apoyar a que el sistema de salud nacional pueda proveer de estas soluciones con un acceso amplio.


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