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Se trata de la renovación del compromiso ambiental de los aeropuertos
de Ciudad Victoria, Nuevo Laredo, Colima, Puebla, Guaymas, Ciudad del
Carmen y Campeche.
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Entre los beneficios de buenas prácticas de operación e ingeniería, ASA
ha reportado la disminución de 3,606 toneladas de residuos sólidos
urbanos y la reducción de
739 toneladas de residuos peligrosos.
La
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) entregó 7
Certificados de Calidad Ambiental del Programa Nacional de Auditoría
Ambiental (PNAA) a la empresa
Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA).
La
Profepa, a través de la Subprocuraduría de Auditoria Ambiental
reconoció a la empresa que, voluntariamente, sumó a sus siete
instalaciones al programa de certificación
para cumplir con la normatividad ambiental e implementar proyectos de
mejora con el fin de elevar el desempeño ambiental de la empresa.
Las
instalaciones de ASA que renovaron sus certificado fueron: el
Aeropuerto Internacional de Ciudad Victoria, el Aeropuerto
Internacional Quetzalcóatl ubicado en
Nuevo Laredo, Tamaulipas, el Aeropuerto Nacional de Colima, el
Aeropuerto Internacional Hermanos Serdán en Puebla, el Aeropuerto
Internacional de Guaymas, Sonora, el Aeropuerto Internacional de Ciudad
del Carmen, Campeche y el Aeropuerto Internacional de Campeche.
Cabe
señalar que ASA opera y administra 19 aeropuertos en el país, de los
cuales 18 están en el Programa Nacional de Auditoría Ambiental de la
Profepa, lo que significa
una cobertura del 94% a través de un mecanismo voluntario.
ASA
ha logrado un manejo exitoso de la gestión de sus indicadores
ambientales a través de la implementación de buenas prácticas de
operación e ingeniería, entre los beneficios
que se han obtenido se encuentran: la disminución de 3,606 toneladas de
residuos sólidos urbanos, que equivalen a lo que generarían 9,880
personas en un año y la reducción de 739 toneladas de residuos
peligrosos.
La
certificación ambiental de Profepa se basa en la implementación de una
metodología, que se desprende de la NMX-AA-162-SCFI-2012, la cual logra,
adicionalmente al cumplimiento
del marco normativo, la puesta en marcha de buenas prácticas de
operación e ingeniería, logrando aumentar la competitividad de la
organización, disminuyendo los consumos de energía y agua, así como la
generación de emisiones y residuos.
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