lunes, 15 de septiembre de 2025

¿Injusticia o Justicia?

 


  • La frase socrática de “más vale sufrir injusticia que cometerla” está emparentada con lo que siglos después diría Nuestro Señor Jesucristo: "Ama a tu prójimo como a ti mismo"
 
Por Salvador Echeagaray Guerrero, académico de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)

 
Hace más de 2 mil años, un hombre regordete, vestido casi en harapos, pero muy sabio, dijo “Más vale sufrir injusticia que cometerla”. Ese hombre era Sócrates, gran filósofo de la Antigüedad.
Pero ¿qué quiso decir con esto? ¿Acaso tenía una cierta vocación al masoquismo, o era simplemente un desprecio a sí mismo?  Analicemos.
A la ligera esa frase “más vale sufrir injusticia que cometerla” nos suscita miedo, desdén o simplemente nos parece fuera de contexto, pero, a ciencia cierta nos beneficia a todos. Hace que no tengamos que esperar ni la ayuda, ni el cariño de los demás para estar bien, para sentirnos queridos o protegidos.
Por ejemplo, el amar, el querer a otro es justicia. Pero, si alguien no te ama, no te respeta, sueles entristecerte o enojarte. Por eso es mejor hacer la justicia, porque si amas, no esperas a que otros te amen. Te basta con amar. Claro, si eres correspondido, pues, ¡qué mejor!
Si prefieres respetar a ser respetado cuando te ofendan o no te traten con la dignidad que crees merecer, si tu valoras más respetar, no sufrirás la injusticia del que te ningunea. Claro, si la conducta del otro es violenta y pone en riesgo tu vida, se vale defenderse en defensa propia.
Como ya se habrá dado cuenta, estimado lector, la frase socrática de “más vale sufrir injusticia que cometerla” está emparentada con lo que 500 años después diría Nuestro Señor Jesucristo: "Ama a tu prójimo como a ti mismo", y emparentada, también, con las palabras de San Pablo, “El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo”.
 
Y la oración de San Francisco de Asís:
 “Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde haya odio, lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, lleve yo la Unión.
Donde haya duda, lleve yo la Fe.
Donde haya error, lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es:
Dando, se recibe;
Perdonando, se es perdonado;
Muriendo, se resucita a la Vida Eterna”.
 
  • El Dr. Héctor Salvador Echeagaray Guerrero es Director del Departamento de Filosofía de la UAG.

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