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                                                 Las
 principales atrocidades registradas en medios periodísticos son: 
tortura (al menos 800 casos), mutilación, descuartizamiento y 
destrucción de cadáveres (al menos 640), fosas clandestinas (al menos 
502), masacre (al menos 418) y asesinatos de mujeres con crueldad 
extrema (al menos 341).  
                                                Otras atrocidades que han destacado son: calcinamiento (al menos 310), y el asesinato de niños y adolescentes (al menos 290).  
                                                Los
 registros de atrocidades abarcan todo el país, concentrando el mayor 
número (al menos 1,476) en los estados de Guanajuato, Jalisco, 
Michoacán, Chihuahua y Veracruz.  
                                                Los
 estados con el menor número de registros de atrocidades (al menos 101) 
fueron Durango, Coahuila, Yucatán, Baja California Sur y Aguascalientes.
 Al igual que con el resto de las entidades, habrá un número 
indeterminado de atrocidades que no fueron registradas por la prensa.  
                                                Cabe
 destacar que habrá un número indeterminado de atrocidades que no fueron
 registradas por los medios, y que permanecen aún sin ser conocidas. 
                                                Algunas propuestas: 
                                                - Cada
 ciudadano y cada comunidad tiene la responsabilidad de exigir a los 
gobiernos locales y al federal, al menos: a) reformas de cuerpos 
policiales y de fiscalías que atiendan insuficiencias como bajos 
sueldos, prestaciones incompletas, capacitación deficiente, y equipos e 
infraestructuras insuficientes; y b) la resolución de casos que han 
agraviado a la comunidad, con investigaciones sólidas.
 - Son
 indispensables las aproximaciones sociológicas que trasciendan los 
enfoques meramente policiacos, que permitan la comprensión de las 
realidades locales, y que contribuyan a la construcción de políticas de 
seguridad, de prevención y sociales, que respondan a las realidades de 
cada comunidad y región del país.
 - Es
 también evidente que la acumulación de violencias y atrocidades refleja
 patologías graves que presentan un reto social mayúsculo. A los 
enfoques policiales y sociológicos, deben sumarse enfoques psicológicos.
 Por ello, contrario al desmantelamiento prevaleciente de estructuras y 
programas del sector salud, deben éstos fortalecerse e incluir, de 
manera prioritaria, la atención psicológica especializada a escala 
nacional.
  
                                                
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