jueves, 11 de marzo de 2021

Mujeres: ¿cómo manejar el estrés y no quedar en el intento?


 


 

En marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer y se ha puesto sobre la mesa la reflexión sobre la afectación en la salud emocional derivada de la pandemia de la COVID-19.

 

Algunas de las opciones para regular los efectos del estrés y la ansiedad están en la alimentación, la búsqueda de momentos de meditación y de sueño. Incluir en nuestra ingesta diaria colágeno hidrolizado es mucho más que un asunto estético, puede ayudarnos a fortalecer nuestro estado físico y emocional.

 

 

Si bien la pandemia nos dio un giro brutal en nuestras vidas, para las mujeres ha resultado, en muchos casos, sinónimo de mayor estrés y, en algunos otros, de afectaciones en la salud mental como cuadros de depresión y/o ansiedad.

 

En México muchas mujeres tuvieron que dejar sus trabajos, otras se quedaron sin ellos, muchas más han buscado la manera de tener ingresos alternativos a los de sus parejas para sostener gastos de manutención. Aunado a esto, las dinámicas escolares que se trasladaron a los hogares y que modificaron completamente las condiciones de cada casa.

 

La intención de este artículo no es en ningún sentido el de complicar más o generar mayor estrés del que ya se vive, si no, al contrario, tratar de ser un pequeño oasis en cual las mujeres, y por qué no, sus compañeros, puedan encontrar maneras prácticas de manejar estos momentos.

 

Recordemos que hay una relación directa entre el estrés y la enfermedad. Que el estrés continuado, la desregulación de ciertas sustancias del cuerpo que están encargadas de las emociones y reacciones al ambiente cuando se presenta el estrés es lo que puede provocar diversos padecimientos físicos. Ahora bien, para poder reducir los niveles de estrés crónico lo que necesitamos es: ¡hacerle saber a nuestra mente que todo está bien!

 

¿Pero, cómo?

 

  1. Dale espacio a tu mente

Una de las grandes recomendaciones es, como dicen algunos expertos, darle espacio a tu mente entre tus pensamientos y tus sensaciones. Parece muy complicado, pero no lo es tanto. Existen una gran cantidad de herramientas que hoy se engloban en algo que seguro has escuchado: conciencia plena o mindfulness; no se trata de ninguna religión, sólo es una forma de darle a tu mente espacio suficiente para que se relaje y, además, entrenarla para que no parezca “un changuito saltarín que no te deja concentrarte”.

 

Una de las maneras sencillas de hacer esto es generando momentos en los que te detengas, respires, seas consciente de cómo entra y cómo sale el aire de tu cuerpo (no tienes que hacer respiraciones profundas, sólo darte cuenta de que estás respirando y cómo lo haces). Inténtalo. Pon alarmas cada cierto tiempo y cuando suene, no importa qué estés haciendo, para, date cuenta de que estás respirando y sólo eso. Parece simple y verás que cada vez te resulta más sencillo hacerlo.

 

Date la posibilidad de estar presente, atenta a lo que está pasando contigo y a tu alrededor sin juzgarlo. En YouTube puedes encontrar guías para esto, hay sitios especializados con cursos como los que dan en YogaEspacio. También hay App’s, por ejemplo, una que se llama Headspace, la cual incluso tiene una serie en Netflix.

 

  1. Dale movimiento a tu cuerpo y también momentos de descanso

La tensión muscular provocada por el estrés se reduce con momentos de actividad física. Quizá sientas que no tienes tiempo para hacer largas rutinas de fitness, pero a veces lo único que necesita tu cuerpo es que lo estires un poco. Está comprobado que el trauma y los efectos de la ansiedad pueden reducirse considerablemente si haces estiramientos. Hazlo suave y de manera amorosa contigo.

 

Puedes intentar bailar 10 minutos al día, despéinate, muévete e incluye a tus seres queridos en esta actividad. Quizá puedan encontrar una nueva forma de relacionarse. Aprovecha las muchas oportunidades que hay hoy por internet que son gratuitas o con costos muy reducidos para tomar alguna clase de algo que te guste.

 

El ejercicio produce endorfinas, la hormona de la felicidad, y hoy más que nunca es importante que busques tu felicidad. Además de que el ejercicio físico también reduce los niveles de cortisol, que es una de las hormonas que se secretan cuando nuestro cerebro se siente amenazado. Existen estudios en los que se ha detectado que la depresión y la ansiedad sí puede controlarse haciendo ejercicio. Obviamente es importante que, si detectas síntomas de estos dos trastornos busques el apoyo de un especialista, no es algo que deba darte vergüenza.

 

  1. Dale una buena alimentación a tu cuerpo y a tu mente

La clave para estar saludable está en una buena alimentación. Según especialistas en el tratamiento de ansiedad refieren que lo que comemos, si bien, no quitan o generan ansiedad, sí pueden ser un factor importante para ayudar a que nuestra mente y nuestro cuerpo estén en un mayor bienestar. Además de que recomiendan estar atentos a cómo comemos, esto es, ser conscientes de lo que ingerimos; por ejemplo, darnos tiempo para desayunar, comer y cenar. Aprovechar esos momentos para poner atención en la velocidad con la que se come y en las cantidades. Parece muy sencillo, pero, ¿realmente te das tiempo para sentarte a desayunar por las mañanas? ¿Te has dado cuenta de que te sientes inflamada pero no te has dado cuenta de que comes muy rápido o que estás dejando pasar demasiadas horas de ayuno?

 

Asimismo, hay nutracéuticos que pueden apoyarte para que el estrés no te lleve al desgaste celular, por ende, a un envejecimiento de tus órganos internos o a complicaciones como gastritis, colitis, estreñimiento, ocasionados por todo lo que ya hemos comentado. Muchas personas creen todavía que la ingesta de colágeno hidrolizado únicamente ayuda para “que no se noten las arrugas”, que el pelo esté brillante o les crezcan más lindas las uñas; y todo esto es verdad, pero hay muchos beneficios internos que pueden resultar de ayudar a tu alimentación al integrar colágeno de alta calidad, como el de Duché, que tiene todas las certificaciones de inocuidad y que, además, ofrece formulaciones con otros coadyuvantes naturales para que puedas tener una vida más saludable. Por ejemplo, colágeno con valeriana para dormir mejor, colágeno con ginseng para tener mayor energía en tu día, colágeno con linaza para ayudarte con el estreñimiento; o el colágeno puro de pescado, entre otros muchos.

 

Por supuesto que la ingesta de estos productos no sustituye los nutrientes de una buena alimentación y tampoco son una terapia alternativa a tratamientos contra la ansiedad o el estrés, simplemente se convierten en opciones de las que puedes echar mano, incluso para fortalecer tu sistema inmune.

 

Así que la próxima vez que estés a punto de tirar la toalla y sentir que el mundo se te viene encima, respira y recuerda que hay muchas mujeres que estamos buscando ser felices, sonríe entonces y comienza a decidir por una vida sin tanto estrés.

 

¡Inténtalo, verás que no es tan difícil!

 

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