Análisis Económico
Uso
de fondos de emergencia en 2020 causará mayor vulnerabilidad hacia delante
Arnulfo
Rodríguez / Carlos Serrano
20 agosto 2020
- La fuerte caída anual en los ingresos públicos a partir de abril de este año y que muy probablemente continuará hasta marzo de 2021 hará que la SHCP recurra al uso del FEIP y FEIEF para evitar mayores recortes al gasto público.
- Prevemos que la grave crisis económica derivada
de la pandemia se reflejará en 2020 en una caída de entre 9% y 12% del PIB real
y en una pérdida de ingresos tributarios en un rango de 297,836 a 420,855 millones de pesos en relación a la previsión
para la recaudación tributaria dada a conocer en los Pre-Criterios Generales de
Política Económica 2021, cifras que representarían entre 8.9% y 12.6% de los
ingresos tributarios estimados y entre 5.7% y 8.1% de los ingresos totales
anticipados.
- Anticipamos que el gobierno federal dispondrá de por lo menos 100,000 millones de pesos del FEIP para compensar parcialmente la pérdida esperada en recaudación tributaria mencionada anteriormente.
- Es muy probable que las transferencias del FEIEF continúen en los siguientes meses para compensar las menores participaciones federales que se entregarán a las entidades federativas.La drástica reducción esperada en los saldos de ambos fondos causará una mayor vulnerabilidad en las finanzas públicas y hará más evidente la necesidad de implementar una reforma fiscal.
Para hacer frente a la
caída en ingresos públicos derivada de la crisis económica actual, México
cuenta con algunos fondos de estabilización presupuestaria. Entre estos fondos destacan
el FEIP y FEIEF por el tamaño de sus recursos. Al cierre del segundo trimestre,
ambos fondos incrementaron su saldo a 176,964 millones de pesos (0.9% del PIB)
y 63,633 millones de pesos (0.3% del PIB),
respectivamente (Gráfica 1). El aumento observado fue de 18,420 millones de
pesos y 3,173 millones de pesos con respecto al cierre de 2019, respectivamente.
No obstante, la fuerte caída anual en los ingresos públicos a partir de abril
de este año y que muy probablemente continuará hasta marzo de 2021 hará que la
SHCP recurra al uso de dichos fondos para evitar mayores recortes al gasto
público.
El año pasado los saldos del FEIP
y FEIEF disminuyeron por 88,147 millones de pesos y 15,888 millones de pesos,
respectivamente (Gráfica 2). La activación de ambos fondos se debió
principalmente al impacto de la desaceleración económica en los ingresos
tributarios y a la menor recaudación de ingresos petroleros. En el caso del
primero de los fondos, el gobierno federal usó alrededor de 125,000 millones de
pesos durante 2019. En relación con el FEIEF, este mecanismo fue activado a
partir de mayo de 2019 como una medida para compensar la menor recaudación
federal participable observada el año pasado.
A finales de enero de este año,
Gabriel Yorio, Subsecretario de Hacienda, mencionó que se podrían usar 80 mil
millones de pesos del FEIP en caso de que el crecimiento económico resultara
menor a la expectativa de 2.0% que tenía el gobierno federal para 2020. No
obstante, prevemos que la grave crisis económica derivada de la pandemia se
reflejará en una caída de 10% del PIB real y en una pérdida de ingresos
tributarios por 338,842 millones de pesos en relación a la estimación para la
recaudación tributaria dada a conocer en los Pre-Criterios Generales de
Política Económica 2021. Este es un escenario mucho más negativo al que se
podía prever cuando el subsecretario hizo esas declaraciones.
De acuerdo con las reglas de
operación del FEIP, el gobierno federal ha constituido una reserva por 102,235
millones de pesos al 2T20. Cabe mencionar que para este año el monto máximo
permitido de reducción anual de reserva es 156,745 millones de pesos.[1]
Dado que la reserva del FEIP fue 93,154 millones de pesos al 4T19, el gobierno
federal podría dejar un saldo positivo en la reserva al usar menos de 102,235
millones de pesos para compensar los menores ingresos presupuestarios. Anticipamos
que el gobierno federal dispondrá de por lo menos 100,000 millones de pesos de
dicho fondo para compensar parcialmente la pérdida esperada en recaudación
tributaria mencionada anteriormente. Asimismo, la SHCP informó que transfirió
20,000 millones de pesos del FEIEF a las 32 entidades federativas en los
primeros días de julio. Prevemos que estas transferencias continúen en los
siguientes meses para compensar las menores participaciones federales que se
entregarán a dichas entidades.
Valoración
El gobierno federal enfrenta un
panorama muy complicado en materia de finanzas públicas para 2020 y 2021. La
activación del FEIP y FEIEF ante los menores ingresos tributarios y petroleros
de este año provocará que ambos fondos experimenten una drástica reducción en
sus saldos. Lo anterior se traducirá en una mayor vulnerabilidad de las
finanzas públicas ante choques externos o internos que afecten la evolución de
los ingresos públicos en 2021. Si bien es previsible que en el siguiente año se
siga observando una debilidad en la recaudación tributaria, es factible que se
cuente con recursos del remanente operativo del Banco de México
significativamente mayores al promedio histórico debido a la depreciación del
peso durante 2020. Esta situación de mayor fragilidad de las cuentas públicas
hace aún más imperativa la necesidad de contar con una reforma fiscal que
coadyuve a mitigar el riesgo de más degradaciones en la calificación crediticia
soberana. Asimismo, los retos presupuestarios actuales que están afectando a
las entidades federativas podrían verse como una oportunidad para incrementar
su propia recaudación mediante mecanismos que hagan más eficiente el cobro de
la tenencia vehicular, el impuesto del predial y el impuesto de nómina.
Pensamos que hacia adelante es
necesario replantear el funcionamiento de estos fondos de emergencia. Estos son
fondos que han acumulado recursos en años en los que el gobierno federal ha incurrido
en déficits públicos. Es decir, el gobierno se ha endeudado para ahorrar, lo
cual solamente haría sentido financiero si se tuviera la certeza de que los
rendimientos de las inversiones de esos fondos fueran mayores al costo de
emisión de la deuda soberana. Si esto no fuera el caso, se debería hacer un
replanteamiento del funcionamiento de estos fondos. Hasta la fecha, los fondos
de emergencia han servido para compensar menores ingresos a los estimados.
Consideramos que el gobierno debería rediseñarlos para conferirles fines
contracícliclos y que solamente pudieran ser utilizados durante periodos de
contracción económica.
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