Qué
extraño
resulta que un gobierno que se dice liberal esté reduciendo las
libertades en México. La libertad de elegir, la libertad de
consumir, la libertad de emprender negocios.
Aunado
al evidente fracaso en la estrategia que se siguió para contener la
pandemia y a la aguda crisis económica
derivada de ésta,
esta
fue una semana negra para las
libertades en nuestro país.
Tres
casos ejemplifican este nuevo embate en contra de nuestras
libertades. El primero de ellos es el memorándum
que giró el
Presidente López Obrador a
la Comisión
Reguladora de Energía y a la
Comisión Nacional de Hidrocarburos instándolas –lo cual limita su
autonomía—
al favorecer a Pemex y a la Comisión
Federal de Electricidad, lo que restará competencia, calidad y
seguridad en el abasto de energéticos.
Fortalecer
los monopolios energéticos va en contra de la competencia y de la
confianza que requieren los inversionistas nacionales y extranjeros,
sobre todo en este momento en que necesitamos con urgencia
inversiones para reactivar la economía.
El
segundo caso tiene que ver con la aprobación por parte del Congreso
de Oaxaca de un dictamen que prohíbe a los menores de edad comprar
alimentos envasados y no, por ejemplo, los alimentos altos en grasas
e insalubres que se venden informalmente. Esta decisión ha sido
tomada sin el respaldo de una argumentación
sanitaria sólida y
desatendiendo las solicitudes de audiencia del sector privado. La
medida pretende adoptarse justo ahora que más necesitamos apoyar una
economía que este año se pronostica tendrá una
caída
del -10.5%
El
tercer y último caso parece ser por desgracia una constante en el
México de hoy. Me refiero a las consultas populares. Consultas al
margen de la ley, no vinculantes, escasamente democráticas porque se
hacen sin ningún cuidado de las formas, sin la participación del
INE, en medio de una abierta promoción oficial a favor de las causas
que se ponen a consulta. A través de una consulta se validó la
cancelación del aeropuerto en Texcoco. Quizá la
decisión
más costosa y equivocada en la
historia económica
del México
contemporáneo.
Ahora
el Presidente nuevamente llama a convocar una consulta para detener
la construcción de una planta de fertilizantes en Topolobampo,
Sinaloa. A la situación de emergencia provocada por la pandemia y la
crisis económica, se agrega ahora este nuevo elemento de
incertidumbre provocado por el gobierno.
Sin
duda esta fue una semana negra para las libertades en México.
Un retroceso a épocas de
monopolios improductivos, de límites al comercio y a la iniciativa
privada. Es momento de trabajar en sentido contrario, a favor de las
libertades, para que nuestro país recupere algo de la confianza
perdida.
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