El Día de Muertos es una de las fechas
más celebradas en el país, y cada región tienen su propia manera de
recibir a los seres queridos que ya se fueron. Si bien esta fecha es
especial para recordar y rendir homenaje a nuestros difuntos, también se
presta para reflexionar o planificar nuestro descanso final, un tema
tabú entre los mexicanos considerando que sólo cerca del 1.5% cuenta con
un contrato de previsión funeraria.
La industria funeraria en México cobra relevancia por su constante crecimiento conforme aumenta la densidad poblacional y el envejecimiento demográfico del país. De acuerdo a cifras de Grupo Gayosso, se registraron 694,100 servicios funerarios de necesidad inmediata al cierre del 2018, de los cuales sólo 23,000 servicios se realizaron a través de un Plan de Previsión de forma anticipada, lo que representa el 3.31%, una cifra muy baja en comparación con otros países como España, con un 55%; Francia, con un 20%; EEUU, con un 17%; y el Reino Unido, con un 7%.
La cultura de la previsión Vs. los gastos no planeados
Adquirir un Plan de Previsión Funerario puede implicar ahorros de hasta un 50% en su costo total, además de otros beneficios como la seguridad, la transferibilidad y tranquilidad en uno de los momentos más difíciles, la pérdida de un ser querido.
Según la Encuesta Nacional de Educación Financiera 2018[1] (ENIF), al preguntarle a los mexicanos si preferían gastar el dinero que ahorrarlo para el futuro, 67.3% prefirieron gastarlo, frente a 31.6% de mexicanos que eligieron ahorrar, en otras palabras, 7 de cada 10 mexicanos siempre o algunas veces prefieren tener satisfacciones inmediatas, en lugar de ahorrar o planificar un gasto a futuro, como lo es el caso de un Plan de Previsión Funerario.
Inhumación Vs. cremación
En cuanto a las opciones de los servicios funerarios, y sus costos, las preferencias están divididas, aunque la tendencia hacia la cremación sigue aumentando.
La inhumación, que en 2018 representó para Grupo Gayosso el 55% de sus servicios funerarios a nivel nacional, es uno de los métodos preferidos por los mexicanos por la tradición en torno a un lugar de descanso final en un cementerio. En ciudades medianas como Puebla, León o Tijuana la preferencia por este servicio representa el 65% y su costo inicia a partir de los $15,000; mientras que en las ciudades más pobladas del país como CDMX, Monterrey y Guadalajara, la inhumación representa el 30% en promedio, y su costo está en el rango de los $20,000, considerando el servicio de velación, embalsamado, ataúd sencillo, y gastos de inhumación (sin propiedad de descanso final en un cementerio).
La cremación en México representó en cambio el 45% a nivel nacional para Grupo Gayosso, y este ha ido en aumento principalmente en las grandes ciudades donde hay menos espacio y por los costos que implica una propiedad de descanso final y su mantenimiento. La incineración mantiene un costo estándar a nivel nacional en el rango de los $20,000, considerando el servicio de velación, embalsamado, ataúd en préstamo, y una urna sencilla para depositar las cenizas (sin propiedad de descanso final en un mausoleo.
La industria funeraria en México cobra relevancia por su constante crecimiento conforme aumenta la densidad poblacional y el envejecimiento demográfico del país. De acuerdo a cifras de Grupo Gayosso, se registraron 694,100 servicios funerarios de necesidad inmediata al cierre del 2018, de los cuales sólo 23,000 servicios se realizaron a través de un Plan de Previsión de forma anticipada, lo que representa el 3.31%, una cifra muy baja en comparación con otros países como España, con un 55%; Francia, con un 20%; EEUU, con un 17%; y el Reino Unido, con un 7%.
La cultura de la previsión Vs. los gastos no planeados
Adquirir un Plan de Previsión Funerario puede implicar ahorros de hasta un 50% en su costo total, además de otros beneficios como la seguridad, la transferibilidad y tranquilidad en uno de los momentos más difíciles, la pérdida de un ser querido.
Según la Encuesta Nacional de Educación Financiera 2018[1] (ENIF), al preguntarle a los mexicanos si preferían gastar el dinero que ahorrarlo para el futuro, 67.3% prefirieron gastarlo, frente a 31.6% de mexicanos que eligieron ahorrar, en otras palabras, 7 de cada 10 mexicanos siempre o algunas veces prefieren tener satisfacciones inmediatas, en lugar de ahorrar o planificar un gasto a futuro, como lo es el caso de un Plan de Previsión Funerario.
Inhumación Vs. cremación
En cuanto a las opciones de los servicios funerarios, y sus costos, las preferencias están divididas, aunque la tendencia hacia la cremación sigue aumentando.
La inhumación, que en 2018 representó para Grupo Gayosso el 55% de sus servicios funerarios a nivel nacional, es uno de los métodos preferidos por los mexicanos por la tradición en torno a un lugar de descanso final en un cementerio. En ciudades medianas como Puebla, León o Tijuana la preferencia por este servicio representa el 65% y su costo inicia a partir de los $15,000; mientras que en las ciudades más pobladas del país como CDMX, Monterrey y Guadalajara, la inhumación representa el 30% en promedio, y su costo está en el rango de los $20,000, considerando el servicio de velación, embalsamado, ataúd sencillo, y gastos de inhumación (sin propiedad de descanso final en un cementerio).
La cremación en México representó en cambio el 45% a nivel nacional para Grupo Gayosso, y este ha ido en aumento principalmente en las grandes ciudades donde hay menos espacio y por los costos que implica una propiedad de descanso final y su mantenimiento. La incineración mantiene un costo estándar a nivel nacional en el rango de los $20,000, considerando el servicio de velación, embalsamado, ataúd en préstamo, y una urna sencilla para depositar las cenizas (sin propiedad de descanso final en un mausoleo.
[1] Encuesta Nacional de Educación Financiera 2018: https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/414832/Libro_Tabulados_ENIF2018.pdf
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