Por: Mario Sánchez, director de Latinoamérica de D2L.
El gran interrogante sobre las profesiones
del futuro es con qué habilidades debemos capacitar a nuestros
estudiantes y empleados. Esta discusión es la que define todos los
supuestos sobre cuán preparadas estarán las instituciones
educativas y empresas para el futuro.
En la era de la cuarta revolución industrial y
con tecnologías que se van perfeccionando cada vez más, las empresas de
todos los tamaños buscan estudiantes y personal con competencias
interpersonales. Pero ¿Cuáles son estas habilidades?
¿Cómo se pueden desarrollar o enseñar? Eso es lo que buscamos analizar.
En el último estudio de D2L, El futuro de las habilidades en la era de la cuarta revolución industrial,
exploramos los
desafíos que plantean las tecnologías disruptivas como la robótica y la
genética, y su impacto en el mercado laboral. El hecho es que si bien
las tareas laborales básicas pueden realizarse (y ya lo son) fácilmente
mediante la automatización otras competencias
se consideran cada vez más valiosas.
Las habilidades interpersonales que implican
una interacción real con otros seres humanos y la capacidad de adaptarse
y de sobreponerse a la adversidad son difíciles de medir pero
fundamentales para el éxito de un negocio, sea cual
sea la industria. La mentalidad adaptable, una característica principal
de las competencias interpersonales, es una de las principales razones
de su creciente valor en el mercado laboral.
En un estudio realizado por McKinsey &
Company, encontramos datos sorprendentes que van en línea con el debate
propuesto por D2L. Según el estudio, aproximadamente 375 millones de
trabajadores remplazarán sus categorías ocupacionales
antes de 2030, con un énfasis en su capacidad de adaptarse a la
coexistencia cotidiana con máquinas ultracapaces.
Una encuesta de LinkedIn concluyó que el 57 %
de los líderes señalan que las habilidades interpersonales son más
importantes que las técnicas. Debido a tal importancia nos tomamos la
libertad de denominar a las habilidades interpersonales
"duraderas" ya que son atemporales y no diferencian las categorías
laborales.
Inmediatamente debajo del concepto genérico
de habilidades duraderas se ubica la inteligencia emocional (IE) cada
vez más importante y valorada. Habilidades como la colaboración, la
comunicación y la empatía son características que
contribuyen a un trabajador eficiente y adaptable.
Sin embargo, uno de los mayores desafíos de
las habilidades duraderas es la dificultad de desarrollarlas. Y esta
dificultad está íntegramente vinculada a un sistema de aprendizaje
desfasado que prioriza las habilidades profesionales
y las destrezas técnicas vinculadas a cada tipo de función que se
ejerza. Se necesita un cambio de paradigma donde el aprendizaje continuo
junto con el desarrollo de habilidades interpersonales sea el punto
central del sistema educativo.
Las instituciones educativas deben ofrecer a
los individuos recién graduados una ventaja competitiva en la fuerza
laboral y esto significa adquirir no solo habilidades profesionales sino
también habilidades duraderas relevantes para
diferentes roles y tipos de empresas. Esta necesidad incluye:
1.
Modificar
el plan de estudios de los cursos y programas de educación superior
para incorporar el desarrollo de habilidades duraderas
2.
Desarrollar
programas que permitan a los empleados reintegrarse periódicamente al
sistema educativo con facilidad para actualizarse o adquirir nuevas
habilidades
Sabemos que esta tarea no es fácil pero
identificar los atributos necesarios en un recién graduado es un paso
inicial y debe estar acompañado por la participación del cuerpo docente
para generar apoyo y comprensión. Algunos ejemplos
de atributos:
·
Pensamiento crítico y capacidad de resolución de problemas
·
Mente inquisitiva y con aspiraciones
·
Creatividad
·
Comunicación eficaz y trabajo en equipo
·
Liderazgo y actitud proactiva
·
Autoconciencia e inteligencia emocional
Varias universidades en Latinoamérica como la
Universidad Cooperativa de Colombia ofrecen cursos de desarrollo de
habilidades interpersonales para aprender a aplicar la creatividad y el
pensamiento crítico; desarrollar competencias
de colaboración, comunicación y liderazgo.
A medida que las instituciones de educación
superior comiencen a restructurar sus programas para satisfacer esta
demanda de nuevas habilidades las empresas también podrán encontrar la
manera de proporcionar capacitación corporativa
más eficaz y rentable en sus propias universidades.
El futuro de las habilidades y competencias
personales es una realidad que necesita ser analizada. Esperamos que
este artículo sirva como punto de partida para el diálogo sobre cómo
desarrollarlas.
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