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México
exportó el año pasado 1.6 millones toneladas de tomate fresco y 110
kilogramos de semillas de tomate, libres de la enfermedad.
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Somos
el décimo productor de tomate a nivel mundial, con casi 3.5 millones de
toneladas y se exporta principalmente a EU, Canadá y Japón.
Con la finalidad de
mantener en control al virus rugoso del tomate (TBRFV, por sus siglas en
inglés), el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad
Agroalimentaria (Senasica)
fortaleció las medidas de vigilancia fitosanitaria y sus regulaciones
para productos de importación.
Con estas acciones
garantiza a los socios comerciales que los tomates de exportación están
libres de la plaga, informó el organismo de la Secretaría de Agricultura
y Desarrollo
Rural.
Las acciones,
implementadas desde hace más de un año, han permitido que la producción y
exportación de tomate continúe en ascenso. México exportó durante el
año pasado 1.6 millones
toneladas de tomate fresco y 110 kilogramos de semillas de tomate, sin
que se presentaran casos de presencia del virus.
En agosto de 2018,
derivado de la sintomatología en algunos puntos de producción de tomate,
se tomaron 30 muestras en siete invernaderos de tomate y uno de bell
pepper, en los
municipios de Tanhuato y Yurécuaro, Michoacán.
El 10 de septiembre de
2018, diversas muestras colectadas de Yurécuaro tuvieron resultados
positivos al TBRFV. Los hallazgos positivos fueron notificados a la
Organización de Protección
Fitosanitaria de América del Norte (NAPPO, por sus siglas en inglés).
Inmediatamente, el
Senasica estableció medidas regulatorias para la importación de
semillas, material in vitro, plantas, plántulas y esquejes de jitomate,
chile y berenjena, para
regular establecimientos de producción de material propagativo con
microinjerto o injerto e instruyó medidas fitosanitarias de bioseguridad
en campo a cielo abierto e invernaderos.
Para la importación de
semillas se modificaron 233 claves de combinación (34 claves de
berenjena, 94 claves de tomate y 105 claves de chile), en las que se
adicionó la toma de
muestra para diagnóstico de este virus y ordenó la guarda custodia de
mercancías y su liberación, hasta que se obtengan resultados de
diagnósticos negativos.
Derivado del control de
la importación, en 2018 se detectaron 22 casos de semillas importadas
de tomate positivas a la plaga y durante 2019, se han registrado 97
casos positivos
al virus. Estos materiales fueron destruidos o retornados al país de
origen.
Entre las medidas de
vigilancia fitosanitaria, técnicos del Senasica operan en 406 puntos de
observación en campo para la detección del virus, de donde han tomado
283 muestras
de plantas sospechosas para diagnóstico fitosanitario y de las que 67
plantas de tomate han sido dictaminadas como positivas al virus rugoso.
Derivado del número de
detecciones, el Senasica emitió el oficio
B00.01.01.01.01.03.-07230/2019, Circular 074 de fecha 8 de agosto de
2019, para actualizar las medidas fitosanitarias.
También, ha realizado
diversas actividades de capacitación a Comités de Sanidad Vegetal y a
productores, con la finalidad de que puedan aplicar medidas preventivas,
detectar la
plaga e implementar acciones, en caso de que se presentara en sus
cultivos.
Este virus fue
reportado por primera vez en 2014 en Israel y en 2016 en Kuwait y Arabia
Saudita. Se transmite a través de la semilla y de manera mecánica, y
puede permanecer estable
durante días, meses o años.
Entre los síntomas que
se observan, destaca una apariencia rugosa extrema, necrosis del
pedúnculo y cáliz, hojas amarillas, tallos y hojas secos y manchas
amarillas en los frutos.
La enfermedad afecta principalmente la calidad del tomate, aunque no representa ningún riesgo para el consumo humano.
México es el décimo
productor de tomate a nivel mundial, con casi 3.5 millones de toneladas.
Los principales países a los que llega la hortaliza mexicana son
Estados Unidos, Canadá
y Japón.
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