miércoles, 21 de octubre de 2020

Reunión Nacional de Consejeros Regionales 2020 de BBVA México. Participación del Secretario de Hacienda y Crédito Público Arturo Herrera Gutiérrez: se busca la manera de aplicar estímulos a los bancos

 

Miércoles 21 de octubre

Participación del Secretario de Hacienda y Crédito Público Arturo Herrera Gutiérrez con el tema: "¿Cómo salir de esta crisis? Oportunidades".

Pronunciamientos medulares.

Con relación a los apoyos del Gobierno Federal durante la pandemia:

- Los programas sociales están orientados hacia ciertos grupos de ciudadanos con marginación. Las transferencias se hacen para dar estímulo a nivel local.

- También se aplican inversiones precisas a sectores que cumplen con todo lo necesario.

- En el trabajo con bancos, las facilidades se aplican con criterios muy precisos. Los 750 mmdp que hay a través del Banco Central no han sido utilizadas en su totalidad. 

Algunos bancos estuvieron pidiendo garantías del 90 por ciento y eso quiere decir que no quieren tomar riesgos. Es síntoma de que no están prestando.

Buscamos el punto de equilibrio.

Los recursos están disponibles, pero buscamos el modo de que se apliquien. 


Reunión Nacional de Consejeros Regionales de BBVA México 2020

Versión Estenográfica Ciudad de México, 21 de octubre de 2020.



¿Cómo salir de estas crisis?

Oportunidades



- EDUARDO OSUNA OSUNA: De verdad, gracias. Y quiero agradecer de nuevo y darle la bienvenida al secretario de Hacienda, Arturo Herrera por acompañarnos en este foro. Un gusto saludarte, estimado Arturo. Sé que son momentos complejos en todo lo que está pasando en el país, y especialmente en el proceso de aprobación. Bienvenido, mi querido Arturo. Gusto saludarte.


- ARTURO HERRERA GUTIÉRREZ: Muchas gracias.


- JORGE TERRAZAS MADARIAGA: Si me lo permite el Secretario, me gustaría, en lo que hacemos el cambio e invitamos también al moderador, me gustaría dar una pequeña semblanza de nuestro Secretario de Hacienda y Crédito Público, el doctor Arturo Herrera Gutiérrez, a quien yo le agradezco que sea, otra vez, alguien que está presente en alguna reunión con nosotros. Afortunadamente tenemos a un secretario cercano.


El secretario Herrera, en el 2004 colaboró con el entonces Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, el actual Presidente Andrés Manuel López Obrador; Arturo fue Secretario de Finanzas del Distrito Federal; en 2010 se unió al Banco de México y actualmente tenemos la fortuna de contar con él y trabajar con él como Secretario de Hacienda y Crédito Público.


En la mesa también vamos a tener, señor Secretario, a un conocido de esta casa, a nuestro querido amigo Enrique Quintana. Enrique, bienvenido.


A Enrique lo conocemos bien, no voy a leer lo que está aquí, voy a decir mejor lo que yo pienso de Enrique. Me parece que Enrique es uno de los mejores, si no es que el mejor periodista de Economía y Finanzas que tenemos en México, Enrique tiene una trayectoria muy larga, Enrique es economista, no es periodista para mi desgracia, porque sería entonces más colega mío, pero desde la época de los 80’s Enrique está trabajando en el periodismo, ha pasado por muchos medios, lanzó la emisión de Radio Enfoque, pasó por Reforma; actualmente es el Director de uno de los diarios financieros más importantes “El Financiero”, y Enrique en su gestión también hizo esta alianza de El Financiero con Bloomberg.


De tal manera que tenemos en este momento un panel de lujo. Enrique, yo te voy a ceder la palabra, el Secretario hará una intervención inicial, por favor dale la introducción, la bienvenida, y después esperemos con avidez a escuchar la conversación que tendrán entre ambos.


Así que, Secretario, bienvenido.


Enrique, por favor.


- ENRIQUE QUINTANA LÓPEZ: Muchas gracias, Jorge.


Arturo, bienvenido, gracias por la amabilidad de dar estos minutos para esta conversación.


Y, bueno, sin más introducción te damos la pelota para que comience el juego con una primera presentación que harás sobre la situación de la economía, las finanzas públicas.


Apenas en la mañana se estaba todavía discutiendo la Ley de Ingresos, así que tendrás la información calientita, Arturo.


Adelante, por favor.


- ARTURO HERRERA GUTIÉRREZ: Muchísimas gracias, a ustedes gracias por la invitación.


Ahora todos nos estamos acostumbrando a los formatos un poco inusuales y no es nada más que sea de manera remota, parece el set de una radiodifusora donde están ahorita Enrique, es que yo pensé que Eduardo ya estaba cambiando de chamba.


Si quieres puedo empezar justo por lo que estabas señalando, Enrique, por qué está pasando esto, porque esta mañana no solamente estaba votando la Ley de Ingresos, sino que se dieron a conocer una serie de números muy importantes para la economía; se dieron a conocer los números ligados al empleo, a través de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, que ahora se hace de manera telefónica por el COVID, y se dieron a conocer los números oportunos del IGAE, y déjame empezar por estos últimos.


Los números oportunos del IGAE traen un caída de 7.9 por ciento para agosto y de 6.9 para septiembre, eso da una caída implícita de alrededor de 8.2 para el tercer trimestre que va justo en línea con el estimado que nosotros habíamos presentado para el año.


Entonces, si lo recordamos, hay una caída abajito del cero para el primer trimestre, después 18.7 en el segundo trimestre, 8.2, y con una caída por abajo del 4 por ciento esto va justo en los números que nosotros estamos esperando una caída de alrededor del 8 por ciento para la totalidad del año.


Ahora, además de los números del IGAE hay otros números que se dieron a conocer esta mañana que confirman algunas de las hipótesis de trabajo que nosotros teníamos.


Se han recuperado ya casi 8 millones de empleos que se perdieron en el cierre durante el periodo de sana distancia en nuestro país. Durante el periodo de sana distancia hubo dos efectos, como ustedes seguramente saben, el 57 por ciento de los trabajadores mexicanos están en el sector informal y solamente el 43 están en el sector formal, se perdieron un poco más de 1 millón de empleos formales pero salieron 12 millones de personas, casi 12 millones de personales del sector laboral, de la población económicamente activa, que es un eufemismo para decir que no estaban buscando empleos. De esos, casi 8 millones ya se reincorporaron al mercado laboral.


Ahora, y esto viene a colación por algunos de los pronunciamientos que estaba haciendo Eduardo hace algunos minutos, y cuando hablaba de cuánto había tomado, qué tiempo había tomado que se resolvieran algunas crisis en el pasado y él señalaba, por ejemplo, que la relación de crédito contra el PIB había tomado 25 años, etcétera.


Y es que esto es muy, es un indicador de en qué sentido esta crisis es distinta a todas las que habíamos vivido antes.


Si nosotros pensamos en la crisis de los 80’s lo que teníamos era un problema de deuda y había que resolver el problema de deuda, y ligado a él había un problema de inflación y devaluación muy importante.


Entonces, había que controlar los precios para darle estabilidad macro había que poco a poco empezar a desapalancar la economía, y eso tardó muchísimos años, tomó la mayor parte de la década de los 80’s.


Si pensamos en la crisis del 94-95, a la que hizo referencia Eduardo, efectivamente hay una crisis del sector financiero, del sector bancario fundamentalmente. También un rescate de las operaciones de concesiones carreteras, y habría que esperar a que se arreglaran esos mercados para afinar las condiciones de crecimiento.


Lo que hace diferente a esta crisis de todas las anteriores es que esta es una crisis por diseño; es decir, aquí no es que hubiera algo especialmente malo en algún mercado, sino que todos decidimos, incluyendo ustedes, yo sé que había poca gente trabajando en la Torre de BBVA durante algunos meses, que la forma de contener el contagio era limitar el contacto social, y eso quiere decir que la gente no estaba en la calle, que no se estaban realizando compras en los restaurantes, etcétera. Eso es el impacto.


Pero es muy importante tenerlo en cuenta, porque entonces la salida a la crisis pasa, sobre todo, por una resolución del problema sanitario. Eso es lo que nos va a dar la ruta de salida más rápida.


Y yo he visto distintas formas en lo que esto se ha planteado en los últimos meses, desde una forma que a mí me gusta mucho citar, porque es casi anecdótica, pero que lo refleja muy bien. Hace tal vez un mes y medio le hicieron una entrevista a (…) un economista de la Universidad de Berkeley, y él decía: “en esta crisis la salida de ellos la predicen mejor los epidemiólogos que los economistas”.


Pero también esto es interesante recordarlo ahora por las discusiones que tuvimos la semana pasada en el marco de las Reuniones Anuales del Fondo Monetario y del Banco Mundial, y no voy a decir en cuál de las reuniones, para no exhibir a nadie, pero hubo una reunión en donde se estaba tratando de ver cuáles eran los riesgos, estábamos presentes algunos de los ministros de las economías más grandes del mundo, y México está en el lugar 15, y algunos de los gobernadores del Banco Central, y se estaban tratando de generar escenario de estrés para ver cuál era la respuesta en el sector financiero, y lo que se decía es: ¿cuál puede ser un riesgo fuerte ahora?


Hice dos observaciones: primero, riesgo, ya estamos viviendo en una situación bastante difícil, no sé qué tan riesgosa más quieren moverla. Pero ellos decían: a nivel global asumamos qué hay, para efectos del ejercicio, un aumento de los contagios o de la mortalidad, etcétera.


Y después pensaron qué es lo que tenía que hacerse, y decían: “Bueno, los bancos seguramente van a tener que fortalecer sus balances, etcétera”.


Y a mí me pareció una discusión un poco kafkiana, porque se presenta un problema sanitario y la solución se presenta como un tema financiero.


Yo creo que hoy, en estas circunstancias inusuales, lo más importante es, para la economía, es tener mantenida la pandemia bajo control.


Déjame ahora, rápidamente Enrique, hacer referencia a 4 o 5 temas de cómo efectivamente la trayectoria de la pandemia ha venido afectando a la economía mexicana. Qué hemos hecho y qué es lo que estamos esperando y después pasamos a la conversación que podríamos tener tú y yo.


Yo creo que hay un primer elemento que es muy interesante destacar con respecto a la pandemia y es que, si bien los casos apenas empezaron a dar en México, digamos, hacia mediados y finales de marzo de manera relevante, y para todo efecto práctico del periodo de distanciamiento social que inició con la Jornada de Sana Distancia, no empezó hasta el periodo, el primero de abril, los impactos en la actividad económica de México, y en particular en el sector financiero, se empezaron a sentir desde marzo y hubo dos canales para ellos.


El primero, en el sector real, en las actividades del turismo. Es decir, aunque México no cierra sus actividades sino hasta el primero de abril, el sector turismo y en particular el que estaba orientado hacia el turismo extranjero, empieza a tener efectos cuando cierran en Estados Unidos y cuando cierran vuelos internacionales.


Entonces, no es sorprendente primero, y creo que Eduardo también lo mencionaba, el efecto heterogéneo que se dio en el país. Los primeros estados, las primeras entidades que fueron golpeadas fueron Quintana Roo, Baja California Sur, Nayarit, etcétera; de hecho el número de empleos formales perdidos más alto para un estado fue el de Quintana Roo, y les voy a decir en qué orden fueron: Quintana Roo, Nayarit, Baja California Sur, todos ellos estados turísticos, Sinaloa –que tiene un poco de esos-, y Guerrero.


Entonces, ese es el primer impacto que nosotros vimos en el sector real.


El segundo impacto fue en el sector financiero, y eso ustedes y yo lo conocemos y lo vivimos muy de cerca.


Lo que la crisis trajo en un primer momento fue un fenómeno de aversión al riesgo y su respuesta, de lo que es conocido en la literatura en inglés: fried to quality, que, es decir, la fuga hacia la calidad o la fuga hacia monedas de reserva y entonces hubo movimientos de las distintas monedas, en particular de los mercados emergentes hacia el dólar, etcétera, y eso tuvo diversas implicaciones.


Una implicación fue una depreciación del peso que pasó de febrero de 18.5 pesos por dólar a un nivel de 25 pesos por dólar, alrededor del 23 de marzo; la otra es, hubo una menor demanda de bonos gubernamentales, sobre todo de más largo plazo y entonces hubo presiones en el sector financiero.


¿Cómo reaccionamos a este tipo de presiones?


Bueno, empezamos a tomar una serie de medidas muy pronto en marzo, junto con el Banco de México y a través de la Comisión de Cambios iniciamos un programa de coberturas de tipo de cambios liquidables en pesos, lo cual quiere decir que no afectan a las reservas, pero dieron orden y tranquilidad al mercado.


Esto fue muy importante, esto fue muy curioso y tal vez nos tocó parcialmente vivirlo juntos porque estos hechos se empezaron a dar mientras estábamos nosotros y una gran parte de ustedes en Acapulco, durante la Convención Anual de Banqueros, y literalmente en un cuarto de hotel ahí en el Princess hicimos una sesión del Comité de Cambios. Y durante ese fin de semana fue que anunciamos el programa de coberturas.


Una semana después, un poquito más de una semana después, anunciamos un programa que para nosotros fue muy importante y los números indican que también para BBVA son muy importantes. Entonces, déjenme decirles en qué consistió darles a conocer algunos de los números generales y compartir con ustedes lo que ya conocen, porque son sus propios números, los números de BBVA.


Nosotros teníamos claramente identificado que durante el periodo de cierre de la economía el impacto más importante iba a ser una caída de los flujos de ingresos para las familias, para los negocios, etcétera. Y una forma de tratar de ayudarles y de ayudar a la economía en general y al sector financiero en particular era permitir que hubiera arreglos ordenados de la situación crediticia, tanto de las familias, como de las empresas.


Así que introdujimos el 26 de marzo una facilidad regulatoria que permitiendo reestructurar los créditos y pasar el pago de intereses y de capital hacia un periodo posterior sin que esto implica que los bancos tuvieran que quebrantar los créditos y/o generar reservas contra ellos.


Esto como yo he señalado con anterioridad es la medida más aburrida del mundo porque es un cambio en una regla contable, pero probablemente la que tuvo el efecto más grande.


Si mal no recuerdo se reestructuraron casi 9 millones de créditos a partir de ellos, la banca múltiple reestructuró 7.2 millones de créditos por un total del equivalente de 1.1 billones de pesos, que es casi el 20 por ciento de toda la cartera del sector bancario; es decir, a través de esta facilidad uno de cada cinco créditos de todo el sector bancario fueron reestructurados.


Y una de las instituciones financieros que usó con mayor eficiencia esta facilidad crediticia fue BBVA, de hecho, reestructura el 21 por ciento de sus créditos, pero el equivalente al 31 por ciento de todo su portafolio.


Esto nos da una idea de no solamente del apoyo que se dio para un arreglo ordenado del sector financiero, sino también lo que hubiera pasado por el lado de las familias si esto no se hubiera dado, por ejemplo, los créditos, el 30 por ciento de los créditos comerciales de BBVA, se ha reestructurado en el 40 por ciento de vivienda y el 20 por ciento de consumo.


Pero eso fue el primer impacto que tuvo la crisis del COVID en la economía en México, que fue en marzo y estas son las primeras medidas que nosotros tomamos.


El segundo impacto, y me voy a venir en orden cronológico, es el que se dio en el mercado del petróleo. El COVID trajo una contracción muy importante de la actividad económica y de la demanda de petróleo por diversas razones, algunas muy obvias. Es decir, si estaba prohibido volar, pues todo el consumo de combustibles asociados a los vuelos disminuyó y no hubo una reacción inmediata de los países productores de petróleo que contrajeran la oferta de una manera clara, de tal forma que pusiera orden en el mercado.


Hubo un intento hacia las primeras semanas de abril del llamado Grupo de OPEP+, que es la OPEP más algunos países adicionales, de manera muy, muy relevante Rusia, pero nosotros también participamos en el Grupo de OPEP+, donde se trató de llegar a un acuerdo y en algo que ya es muy conocido los rusos en el último momento salieron del acuerdo y Arabia Saudita para tratar de imponer la disciplina en el cártel, éste es el único cártel en el mundo que no es prohibido; para tratar de poner el orden en el cártel aumentó la oferta y eso hizo que de un precio en febrero que teníamos nosotros de alrededor de 55 dólares por barril, el precio promedio en abril cayera a 12 dólares por barril, es decir, se perdió casi el 80 por ciento del valor del precio de la mezcla mexicana, y durante un par de días, alrededor del 20 de abril la mezcla mexicana se estuvo cotizando por abajo de 0, a 2.4 dólares por barril.


Poco después se logró un acuerdo para tratar de estabilizar los precios el petróleo. En ese acuerdo México hizo una pequeña parte, reduciendo en alrededor de 100 mil barriles por día durante algunas semanas la producción.


Pero eso nos lleva al tercer punto, y el tercer punto es del impacto que ya hubo directamente en la actividad económica, es decir, en el momento en que empiece el cierre real de la economía en los meses de abril y mayo durante la jornada de sana distancia para evitar el contagio, hay dos cosas que nosotros pudimos ver:


Una, en la parte sanitaria, donde efectivamente pudimos evitar las escenas terribles que se habían visto en lugares como Nueva York o como en Europa, que era nuestra primera preocupación. En la medida en que hemos aprendido más de la pandemia hemos ido sofisticando y cambiando nuestra lectura de cómo enfrentar la pandemia, pero en ese momento la preocupación de todo mundo era que los servicios sanitarios no se vieran rebasados.


En ese sentido, fuimos muy exitosos.


Pero nuestros colegas de salud eran muy claros, que decían que solamente se iba a tener éxito en contener los ritmos de contagio si podíamos implementar con éxito la Jornada de Sana Distancia, lo cual necesariamente iba a implicar que un número importante de actividades económicas (falla en el audio), fueran cerradas parcial o totalmente de manera temporal.


Entonces, la historia que nosotros vemos ex post, durante abril y mayo, es que efectivamente se logró contener el COVID, pero éste tuvo un costo muy específico y que puede medirse muy claramente, una caída de 18.7 por ciento en el PIB durante ese trimestre.


Y empezamos a partir de entonces, a partir del 1º de junio una apertura gradual y cuidadosa de la economía, empezamos con tres sectores que eran importantes para nosotros: el sector automotriz, porque estaba ligado a la cadena de valor de Estados Unidos y queríamos asegurarnos que podemos aprovechar las oportunidades que el Tratado de Libre Comercio nos ofrece; el sector de la construcción, y ése era central para nosotros por diversas razones (fallas en el audio)


…los epidemiólogos veían tres posibles salidas como mecanismos para (fallas en el audio)


…una era, que fue la que se estuvo hablando durante mucho tiempo, en los meses de febrero y tal vez inicios de marzo, la posibilidad de llegar a una “inmunidad de rebaño”, pero la “inmunidad de rebaño” requiere que para cualquier país el nivel de contagio sea como de 70 por ciento de la población. Esos son 90 millones de personas para un país como México. La pérdida humana de permitir que hubiera un contagio de ese nivel es muy alta.


Entonces, para mí esa no es una opción aunque sea una opción teórica, no es una opción práctica.


La segunda era el que se encontrara o alguna cura, alguna medicina para el COVID o alguna vacuna, con la excepción Remisen, me parece que así se llama, que es esto que entiendo le dieron al Presidente Trump y ahora él es el principal promotor de ello, la inversión en la parte de las curas fue mucho menores que la inversión en la parte de las vacunas.


Y quiero centrarme en esta última porque la semana pasada, nosotros firmamos un acuerdo con un conjunto de empresas farmacéuticas, incluyendo con una iniciativa donde atrás hay 18 esfuerzos individuales por encontrar vacunas y me refiero a ellas muy específicamente son AstraZeneca, son Pfizer, son CanSino, una farmacéutica china, y COVAX que es una iniciativa de Naciones Unidas, en donde es un pull de 18 iniciativas que hay.


Y quisiera detenerme en estos con ustedes por dos razones muy específicas. Una, porque ustedes van a entender muy claramente qué es lo que hicimos.


En realidad las vacunas no existen hoy por hoy. Lo que nosotros estamos comprando es el derecho a adquirir unas vacunas, si éstas son exitosas.


Dicho de otra forma, esto es lo más cercano que van a encontrar a un contrato similar a una opción financiera, donde al ir poniendo dinero, lo que tenemos es acceso a vacunas potenciales.


El monto potencial que tenemos en los contratos son de 119 millones de vacunas potenciales, si todas fueran exitosas, y los contratos traen fechas muy específicas en cuándo se nos van a empezar a probar. Las primeras, de acuerdo con dos de los contratos, el de Pfizer y el de CanSino, implicarían que si todo sale bien, algunos de los primeros lotes los estaríamos recibiendo en diciembre y enero.


Queda entonces, la parte de la logística, asumiendo que todo sale bien en cuanto a la oferta de vacunas, y ahí, permítanme compartir dos cosas con ustedes.


La primera es, como ya se sabe, los primeros lotes tendrán que ir al personal que está en la trinchera, a la primera línea de defensa, a los médicos, enfermeras, camilleros, afanadoras, que trabajan en las unidades de COVID, son alrededor de 1 millón de personas, y después a las personas vulnerables y así lo vamos a ir llevando al resto de la sociedad.


Hay un elemento adicional que es muy importante y que da mucha tranquilidad. Recuerdo yo hace un par de semanas que le pregunté a mis colegas de Salud, bueno ya me queda claro que con una probabilidad muy alta vamos a recibir un monto muy alto de vacunas, ¿ahora cuántas podemos aplicar?


Y parece que en las campañas de vacunación grandes y exitosas que ha habido en el pasado se desprende que México puede aplicar alrededor de 10 millones de vacunas por mes, y hay que recordar que si se aplican 10 millones de vacunas se protege a esas personas, pero también incluso se empiezan a proteger al resto porque las posibilidades de contagio disminuyen.


Y, finalmente, el último tema que yo quería mencionar es el siguiente.


Como yo decía en algún momento, hemos ido aprendiendo del COVID y, por lo tanto, hemos ido aprendiendo de la respuesta que se le tiene que dar al COVID. Y una de las cosas que con el tiempo fue cambiando fue esta de que el COVID iba a ser un tema de unas semanas, como fue tal vez la experiencia del H1N1, y cuando nosotros y el resto del mundo pensaba que el tema del COVID era de unas semanas, básicamente la economía, pero también las agendas globales se pusieron en impasse por un par de meses.


Al reconocer ahora que es algo con el que vamos a tener que convivir tal vez por 7, 8, 9 meses, un año, dependiendo de qué tan rápido se encuentra la vacuna y la podemos aplicar, eso cambia la perspectiva en diversos sentidos; uno es la economía, las actividades, incluyendo esta reunión que ahora es virtual y no presencial, se tienen que adaptar para que la economía pueda ir operando en condiciones diferentes, esta nueva normalidad a que Eduardo también hizo referencia.


Pero el otro punto es también al reconocer que este es un tema de mediano plazo y no inmediato, nos obliga a todos empezar a empujar parte de los tema que teníamos en la agenda, que son muy importantes para el país. Ya no podemos esperar hasta que el COVID termine para que los podamos empujar.


Y voy a mencionar solo dos de ellos, los dos dentro del sector financiero, que es un sector que sea relevante para todos los consejeros de BBVA, el primero de ellos tiene que ver con la reforma de pensiones que enviamos hace unas tres semanas a la Cámara y la idea es que al incrementar las aportaciones esto va a permitir que las generaciones de Afore empiecen a retirarse la primera de ellas, se gradúa en un par de años en condiciones dignas una vez que haya pasado su periodo laboral, su vida laboral, pero también va a trasladarse en que el monto de los recursos que están operadores por las Afores van a pasar de alrededor de 17 por ciento del PIB acerca del 40 por ciento del PIB en solo 9 años; y la implicación de esto es, como todos ustedes saben, es que los recursos de los fondos de pensiones son los recursos de más largo plazo por su propia naturaleza y, por lo tanto, se vuelve la fuente natural para financiar la inversión, que es el otro tema relevante.


Y ligado a esto habíamos iniciado ya en enero y en febrero una serie de consultas con el sector financiero para tratar de ver qué es lo que necesitábamos adicional para dinamizar al sector financiero.


Esta parte de las pensiones va a ayudar, pero hay muchos otros temas y eso es algo que a lo mejor tendremos oportunidad de platicar, Enrique, ahora porque juega un rol en esta coyuntura, el financiamiento juega un rol en qué tan rápido podemos salir de esta coyuntura, pero también cómo podemos encontrar una ruta de crecimiento más rápida para nuestros países.


Muchas gracias.


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ENRIQUE QUINTANA LÓPEZ: Muchas gracias, Arturo, por esta exposición.


Hay una serie de inquietudes que hemos logrado captar. Y déjame comenzar con el tema de la perspectiva a la que ya te referías, esta forma de la palomita de la recuperación, la famosa palomita de Nike.


El temor que por ahí anda flotando es que en lugar de esa forma tengamos la W, la temida W. Y esto en el contexto de lo que ya referías de la posibilidad de un rebrote, como estamos viendo particularmente en Europa, una pregunta que nos hacemos muchos es qué arsenal de recursos, qué medidas adicionales podría tener la autoridad para hacerle frente a esta situación de contingencia; ojalá no se presentara, pero si vemos las probabilidades, creo que hay altas probabilidades de que así ocurra, como lo estamos viendo en España, en Italia, en Francia, en el Reino Unido, etcétera.


¿Qué puedes decirnos a este respecto, Arturo?


- ARTURO HERRERA GUTIÉRREZ: Primero lo más importante es tratar, o sea, yo creo que los mexicanos hemos sido bastante exitosos en adaptarnos a las condiciones del COVID.


Y déjame darte el ejemplo más claro Hoy la economía está muchísimo más abierta que, digamos en agosto, julio y junio, y los ritmos de contagio son mucho menores, eso quiere decir que aprendimos a tomar las precauciones que permiten limitar los ritmos de contagio.


Te voy a decir cuáles eran las cifras a la semana pasada y cuáles son las cifras es esta semana. A la semana pasada teníamos 27 entidades que habían venido teniendo una caída permanente en los ritmos de contagio entre 15 y 13 semanas, dos de ellas extraordinariamente exitosas, Campeche y Chiapas; Campeche tuvo solamente, lamentablemente, un deceso, pero solamente un deceso la semana pasada, es decir, es una entidad que para todo propósito práctico casi ha desaparecido el COVID, sin que el riesgo haya desaparecido.


Chiapas tiene una caída brutal de los niveles de contagio y lo que no indican nuestros colegas de la Secretaría de Salud y es que es básicamente la operación territorial del gobierno donde están yendo comunidad por comunidad asegurándose de que se pongan cierto tipo de medidas.


Ese es el ejemplo, yo diría, de parte de lo que tenemos que hacer en el país, aún con sus heterogeneidades.


Entonces, teníamos 27 entidades en esas características. Y luego teníamos cuatro entidades que había logrado bajar los niveles de contagio y estaban estancadas en algún momento, dentro de esos se encontraba el Estado de México y la Ciudad de México, que tienen una parte importantísima del PIB, tal vez entre el 18 y el 20 por ciento del PIB del país se encuentra en el Valle de México.


Ahora, si nosotros normalizamos esa tasa de contagio por el nivel de actividad, quiere decir que si tuviéramos un indicador de contagio por movilidad ésta sigue cayendo.


Y hasta hace dos semanas solamente había una entidad que estaba creciendo y creciendo de manera importante, que era Durango. Empezó ya esta semana a crecer también Chihuahua, y está básicamente explicado por los contagios que estamos viendo en Ciudad Juárez.


Entonces, lo que tenemos ahora son un par de entidades adicionales, que ya se aplanó la curva. Este es el momento en el que tenemos que tomar medidas, que son medidas, yo no diría de cerrar economía, por supuesto que no, pero sí donde tenemos que ser un poquito más cautos, porque si bien el ejemplo de lo que pasó en Europa es el ejemplo de lo que no queremos que pase, también tenemos algunos países donde no ha habido rebrote y donde también están en el Hemisferio Norte: China, que tiene características muy inusuales, Corea, etcétera.


Y después viene, creo que eso es muy importante, Enrique, la posibilidad de las vacunas, porque podríamos estar teniendo vacunas en México justo cuando entremos a la temporada de invierno, y ahí se va a tener que hacer una discusión, como la que se está haciendo en todos los países del mundo, de cuál es el orden de prelación en el que se va aplicando, asumiendo que la vacuna es de cualquier forma universal: primero los médicos, después quienes están más expuestos por su situación laboral; es decir, los conductores del metro, los conductores de camiones, los conductores de tranvías, los bomberos, el personal de limpieza, etcétera.


Creo que si somos lo suficientemente disciplinados podemos ir más o menos logrando eliminar este riesgo.


No quiero parecer muy crudo con esta afirmación, pero, así como hace 11 años nos tocó muy fuerte el H1N1, uno de los epicentros a nivel global fue México, hoy fue una fortuna para México que nos tocó después, primero le tocó a China, después a Europa, después a Canadá y Estados Unidos, y hemos tenido la oportunidad de aprender de lo que se hizo bien y de aprender de lo que se hizo mal en esos países.


Y eso es lo que nos hizo que, en un primer momento, aumentáramos la escala de los servicios hospitalarios, en particular de monitores y de respiradores, pero ahora nuevamente tenemos que aprender de este proceso. Países como, bueno, Madrid, hablando de BBVA, era el ejemplo de una ciudad que había, con un costo muy fuerte, logrado contener el COVID y de repente, ahora, pues tenemos este brote.


Entonces, hacia allá tenemos que irle apostando, Enrique, seguir fortaleciendo las medidas sanitarias.


- ENRIQUE QUINTANA LÓPEZ: Entendiendo, Arturo, la relevancia de evitar el rebrote, al menos el rebrote generalizado, nada más para precisar, digamos, dentro de los escenarios de estrés de la economía que se analizan en Hacienda, por lo menos en este momento no se ve la necesidad de un cambio, alguna flexibilización del esquema fiscal en la eventualidad de esta posibilidad, de un probable rebrote.


- ARTURO HERRERA GUTIÉRREZ: Bueno, lo que sí condiciona, esos márgenes de maniobra fiscales en más de un sentido. El presupuesto de egresos de la federación que nosotros propusimos y que se empezará a discutir en 10 días, trae un incremento del 9.0 por ciento del gasto en el sector salud.


Nosotros hicimos una prestación ya, uno de los adelantos fue de alrededor de 3 mil millones de pesos para la vacuna, y vamos a dar un total de casi 7 mil millones de pesos de adelanto para la vacuna antes de que termine este año.


Entonces, si está condicionando la política fiscal en el sentido de que se está privilegiando y poniendo delante de todo, el gasto que va en salud. Y aquí hay un tema que me gustaría aclararlo, porque voy a seguir insistiendo en él, Enrique.


Cuando empezó el tema de la pandemia había un debate entre los economistas, yo diría a finales de febrero, a principios de marzo, de si para ponerlo en los términos en inglés, si había un tradeoff, si había una disyuntiva entre salud y economía.


Lo que se decía en ese momento, si hay un cierre muy fuerte cuál es el costo en la economía, tenemos que encontrar un balance, etcétera.


Y a mí me parece que el consenso que hay ahora entre los economistas, sobre todo entre los economistas académicos, analistas importantes como Krugman, etcétera, es que no hay ningún tradeoff.


Lo que estamos viendo en Europa es una muestra de eso. Si en algún momento la pandemia sube a niveles importantes, la economía se tiene que ir conteniendo. La mejor inversión para que la economía crezca hoy, es tener niveles de contagio de la pandemia contenidos.


El otro elemento que ha sido importante, me parece, para la discusión, Enrique, ha sido entender cuáles son los márgenes de maniobra de un país como México y cuáles son los márgenes de maniobra también de los países de ingresos medios e incluso de los países pobres.


El mundo de manera muy esquemática, incluso a nivel de los organismos internacionales, está dividido en estas tres categorías: las economías de ingresos altos, entre la cual pertenece España, Suiza, Alemania, etcétera; las economías de ingresos medios, donde está la mayor parte de los países de América Latina, con la excepción de Haití, y antes no estaban ahí Nicaragua, Honduras y Bolivia, pero ya son países de ingresos medios bajos.


Y los países de ingresos bajos, que son fundamentalmente países del África Subsahariana, más algunos países del sureste asiático. Y lo que ha se aceptó es que la respuesta, incluyendo la respuesta para regresar a tu pregunta, de lo que puede hacer cada país en estas categorías es distinto.


Por ejemplo, está muy claro que las economías y los países más pobres del mundo no pueden enfrentar esta crisis con éxito sin ayuda de la cooperación internacional. Y hay una nueva iniciativa en DSIA, que es una iniciativa que permite ir reestructurando la deuda de estos países ahora y probablemente va a haber condonaciones a la deuda de algunos de los países más pobres, tanto de organismos multilaterales, como ahora se está pensando que haya condonaciones de acreedores privados. Estamos hablando de Burundi, estamos hablando de países con estos niveles de ingreso, de Mozambique, etcétera.


Después tenías, y déjame decir por qué digo tenías, a las economías de ingresos altos, donde todas desde España hasta Canadá, Reino Unido, Alemania, dieron un impulso a la actividad económica y protección, porque no es lo mismo; por ejemplo, Alemania estuvo pagando entre 75 y 80 por ciento de los salarios, si la gente se quedaba en su casa que representaran un impacto de entre el 20, 30, 40 por ciento del PIB en el endeudamiento, pero quedaba claro que estos países parecía que tenían el lujo de poderlo hacer porque estaban enfrentando tasas de interés negativa, es decir, si piden prestado les pagan, aun cuando eventualmente se tiene que pagar esa deuda.


El costo en flujo inmediato es cero, pero esa deuda se tiene que pagar a menos que se pueda hacer un roll infinitivo siempre a una tasa cero.


Y en medio, los países que nos quedamos en medio, estaba claro que no teníamos ni la precariedad de los países pobres, México tiene acceso a los mercados de capitales, por ejemplo hicimos una colocación tan solo hace unas semanas por un poco más de 700 millones de euros, hicimos colocaciones en plena pandemia por montos alrededor de 6 mil millones de dólares, pero estamos en mejor posición que las economías de los países muy pobres, pero tampoco tenemos los márgenes de maniobra que tienen las economías avanzas.


México no tiene tasas de interés negativa, nosotros, la tasa de interés del banco está en cuatro y la que nosotros levantamos debe estar en un promedio como de cinco, entonces hay un costo real para nosotros poder hacer esto.


Pero yo creo que, Enrique, ya también lo están empezando a pensar las economía avanzadas.


La primera noticia que tuvimos de ésta es que de los montos autorizados para jalar endeudamiento que tenía España, decidió el gobierno motu proprio que hay una parte que no va a utilizar, porque es el primer ejemplo de una economía avanzada que siente que el espacio fiscal no es infinito y que está tomando una decisión acorde.


Entonces, yo diferiría, es un poco en el marco internacional. Pero hay una característica poco conocida de la estructura de financiamiento de los gobiernos en México, porque es válida no solamente para el Gobierno Federal, sino para los gobiernos estatales y municipales, que es una restricción que casi no existe en ningún país; viene, yo creo, tenía curiosidad y ayer pregunté de cuándo viene, viene de una reforma de 1947, ¿verdad?, de 1946, y es en la que en México se obliga a que el uso.


Y voy a usar casi literal de cómo está en la Constitución, siempre decimos que los recursos de deuda tienen que ir a infraestructura, pero en la Constitución dice que el uso de créditos tiene que ir a obra pública productiva, entonces es muy preciso; o sea, puede ir al Metro, puede ir al agua, puede ir a carreteras, puede ir a puertos, puede ir a escuelas, pero no puede ir, por ejemplo, para un programa a costo perdido, a un grupo social o no puede ir para pagar salarios de los maestros, etcétera.


Y ayer pedí justo que me buscaran la exposición de motivos de esa iniciativa y era muy interesante, lo que decían los legisladores en esa época es que finalmente se había recuperado la calidad y la confianza crediticia en México después de haberla perdido desde la Revolución, es decir, estaban hablando de casi 30 años en los que el país poco a poco había estado construyendo credibilidad y por eso pusieron una restricción muy fuerte.


De tal forma que nosotros legalmente no podemos hacer lo que hacen otros países, Enrique, es decir, por ejemplo, vendemos el déficit para dar un programa de apoyo a algún grupo social con costo cero.


Pero también esto limita lo que puede hacer el gobierno en general porque, por ejemplo, diéramos algún estímulo fiscal por el lado de la parte tributaria, eso quiere decir que hay un ingreso que disminuiría, y dado un nivel de gasto, aumentaría el déficit; y ese déficit por ley o va a inversión o no está permitido, lo cual implicaría que en ese segundo caso (falla de audio) que tuviéramos que bajar el presupuesto, lo cual en una circunstancia como ésta, donde hay poco gasto, es poco recomendable.


- ENRIQUE QUINTANA LÓPEZ: Arturo, nos quedan pocos minutos, y quisiera hacerte un par de preguntas para cerrar esta conversación.


Hay inquietud entre los consejeros regionales de BBVA, pero -yo diría- en la comunidad financiera respecto al riesgo de que nos bajen la calificación en la deuda soberana del país. Esa sería la primera.


Escuchar tu comentario a este respecto.


Y, segundo, ¿qué medidas podría tomar el Gobierno, la Secretaría de Hacienda para facilitar la llegada de liquidez, de más liquidez a las empresas? Uno de los factores clave en este momento para sortear esta coyuntura económica.


Qué nos puedes comentar.


- ARTURO HERRERA GUTIÉRREZ: M ira, te comentaría, primero, algo muy específico con respecto de tu primera pregunta.


Como todos ustedes saben, hay tres calificadoras importantes en el mundo: Moodys, Standard and Poor’s y Fitch. Las dos primeras nos tienen entre tres y dos ochos por arriba del límite de grado de inversión. La única que nos tiene un ochecito arriba del grado de inversión es Fitch.


Y ahí hay dos tipos de comentarios que estamos haciendo nosotros con ellos, pero también que está haciendo la comunidad internacional, Enrique, porque hay una preocupación muy específica de la comunidad internacional.


La comunidad internacional, y esto fue motivo de discusión en el G20, sienten que durante la gran recesión, la crisis del 2008-2009, donde el detonador de esa gran recesión fue la crisis subprime, donde había bonos, eran respaldados por hipotecas de baja calidad, pero que en su conjunto y con seguros fueron consideradas AAA por las calificadoras; y, por lo tanto, hubo una crítica muy fuerte a las calificadores, en el sentido de que parecía, por estar promoviendo un negocio, habían ido dando calificaciones por encima de lo que se pensaba.


Ahora hay la preocupación de sentir que sobre reaccionaron, y entonces lo que están haciendo es: empezaron a bajar las calificaciones a todo mundo desde que empezó el COVID, y no nada más a nosotros y a Pemex, se lo bajaron al Reino Unido, por referirnos a algunos de ellos.


Entonces, hay dos líneas de discusión: una línea de discusión a nivel internacional, donde se le está pidiendo mesura, tranquilidad y un análisis sereno a las calificadoras, porque además tampoco es que tienen muchos instrumentos para hacer un análisis, porque no están viajando a los países, están haciendo revisiones de gabinete desde donde están sus matrices, desde Nueva York, desde Londres, que es un substituto, pero no es un substituto perfecto.


Y lo otro que tienen que entender, y lo que tienen que meter fundamentalmente en sus criterios de análisis es, hasta qué punto están haciendo una distinción entre la crisis por el COVID y los temas de carácter más estructural, y es, o sea, se tiene que entender muy claramente que este es un problema súper serio, pero es un tema temporal, y esa es parte de la discusión que nosotros vamos a tener.


Con respecto a la liquidez hay dos asuntos que nosotros estamos haciendo, o tres, Enrique. Una, y curiosamente es un tema son los programas sociales.


Los programas sociales van orientados hacia ciertas categorías de ciudadanos que se encuentran fundamentalmente en la base de la pirámide de ingreso, que para decirlo en un término muy técnico tienen una propensión marginal al consumo y decir, las transferencias sociales se traducen casi de manera inmediata en gasto y eso hace un estímulo a nivel local.


Lo segundo es, estamos buscando que algunos de los detonadores de la actividad económica se den a través de la inversión, pero de inversiones muy precisas.


Solamente estamos anunciando las inversiones que están arregladas ya, que tienen financiamiento, que tienen una estructura financiera definida y que tienen todos los permisos medioambientales, etcétera.


Y la tercera tiene que ver con el sector financiero, y ahí es donde yo creo que tenemos mucho que trabajar con los bancos, incluyendo con BBVA, porque las facilidades de liquidez que se dieron a través del Banco Central que suman en su totalidad un monto potencial de 750 mil millones de pesos no han sido utilizadas en su totalidad, y entendemos que en circunstancias donde hay incertidumbre puede ser necesario que haya garantías adicionales a través de un programa de la Banca de Desarrollo, pero los niveles de garantías que en algunos momentos se nos estaban pidiendo y en algún momento, para ser completamente franco, Enrique, nos estuvieron pidiendo niveles de garantías del 90 por ciento, pues eso quiere decir que no estaban tomando ningún riesgo lo bancos comerciales. Y esos son un riesgo que es inherente a su actividad.


Nos gusta mucho que la banca esté fortalecida hoy, ha subido su índice de capitalización de cuando empezó la pandemia para ahora, pasó del 15 por ciento al 17 por ciento, y eso es muy bueno, pero también es sintomático de que no están prestando.


Entonces, tenemos una agenda común en la que tenemos que seguir trabajando ya pronto en las próximas semanas para encontrar cuál es el punto de equilibrio que le dé acceso a las empresas mexicanas a un financiamiento que está ahí disponible, pero que no se ha podido aterrizar.


- ENRIQUE QUINTANA LÓPEZ: Arturo, pues no me resta sino agradecerte la oportunidad de esta conversación, muchos temas todavía sobre la mesa, pero seguramente en próximas ocasiones habrá posibilidad de continuar con esta charla.


Jorge.


- JORGE TERRAZAS MADARIAGA: Muchas gracias, Enrique.


Secretario, muchas gracias, Arturo. Una vez más un gusto que haya participado en una reunión con los consejeros regionales de BBVA en México, de verdad que es un honor muy ilustrativo.


Enrique, Muchas gracias. Enrique, nos vemos un poquito más tarde porque tenemos una charla pendiente con Carlos Salazar, así que despido al señor Secretario y muchísimas gracias por su presencia.


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