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Instrumento jurídico que dio cauce al reparto agrario más importante del
Siglo XX, con más de 100 millones de hectáreas
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Actualmente la lucha agraria es por la producción de alimentos, la
productividad, sanidad y calidad; el financiamiento, la organización y
capacitación
Mientras existan ejidos y comunidades, los
campesinos y dirigentes agrarios celebraremos cada aniversario la promulgación
de la primera Ley Agraria del 6 de enero de 1915, a través de la cual el
Gobierno de la República distribuyó más de 100 millones de hectáreas que aún
conservan ejidatarios, comuneros, colonos y propietarios, aseguró el senador
Manuel Cota Jiménez, dirigente de la Confederación Nacional Campesina.
Este 6 de enero, anunció, se darán cita en el
puerto de Veracruz, más de 15 mil campesinos cenecistas de todo el país, donde
hace 102 años, el entonces presidente de México, don Venustiano Carranza,
promulgó la Ley que fue el fruto de un movimiento revolucionario que cambió el
destino de los mexicanos a partir del Siglo XX.
“La Ley Agraria de 1915 es un instrumento
jurídico y referencia para investigadores y académicos no sólo de México, sino
de muchas naciones que ven en ese ordenamiento agrario expresiones de equidad,
de justicia y de derecho de las familias campesinas a poseer un espacio dónde
vivir, trabajar y desarrollarse”.
El senador Cota Jiménez, recordó, que está
Ley ha sido calificada como fruto de la primera revolución social del Siglo XX
en el mundo, en virtud de que contiene el espíritu de un movimiento de
Independencia, de las Leyes de Reforma de la época Juarista y, sobre todo, de
una Revolución Mexicana con todos los ingredientes de justicia social, defensa
de los derechos de los hombres y mujeres del campo, y de libertad para todos
los mexicanos.
La lucha agraria permitió que más de la mitad
del territorio nacional –alrededor de 100 millones de hectáreas-- fueran
repartidas a los campesinos mexicanos y, a 102 años de vigencia de la Ley,
alrededor del 95 por ciento del reparto de tierras a ejidos, comunidades y
colonias agropecuarias, sigue estando en manos de propiedad social.
La Ley Agraria de 1915 abrió nuevos
horizontes para millones de campesinos y sus familias que, desde la conquista,
habían sufrido el despojo de sus tierras y bienes.
Fue don Venustiano Carranza quien formalmente
abrió el cauce para un reparto agrario con un instrumento jurídico en la mano,
después de muchos años de injusticia y de haber hecho una Revolución que costó
la vida a más de un millón de mexicanos.
Así, dijo, se planteó el camino para una real
Reforma Agraria y canalizar los postulados de Emiliano Zapata y un grupo de
hombres decididos, con ideas revolucionarias, que participaron en la definición
de los principios de su famoso Plan de Ayala, promulgado el 28 de noviembre de
1911.
“El ejido y otras formas de tenencia de la
tierra persisten y persistirán, porque son el sustento familiar y porque la Ley
así lo mandata”.
En la actualidad, aseguró el presidente de la
Confederación Nacional Campesina, los retos en materia agraria están orientados
a aumentar los índices de productividad, calidad y sanidad; a llevar servicios
de organización agropecuaria, forestal y pesquera, más recursos financieros,
tecnológicos; extensionismo y capacitación; el fomento a la comercialización y
exportación de productos del campo.
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