David
Maciel, investigador de la Universidad de California, en Santa Bárbara y
experto en la cultura chicana, el curso La pantalla de bronce: surgimiento y
esplendor del cine chicano en el Centro Universitario de Estudios
Cinematográficos (cuec)
Del
11 de febrero al 25 de marzo.
“El
papel del cine chicano hoy es tal vez más importante que cuando se originó el
movimiento. El tema más constante, no sólo desde la pantalla, sino en toda
nuestra productividad artística y académica siempre ha sido la migración
mexicana, que en esta era se ve amenazada de nuevo por políticas
conservadoras”, señaló David Maciel, investigador de la Universidad de
California, en Santa Bárbara.
Experto
en la cultura chicana, Marcial impartirá el curso La pantalla de bronce:
surgimiento y esplendor del cine chicano en el Centro Universitario de Estudios
Cinematográficos (cuec), del 11 de febrero al 25 de marzo.
La
comunidad mexicana en los Estados Unidos define su cinematografía como la
producción realizada, escrita y dirigida por los mismos chicanos. David Maciel
añade que esto es parte de la construcción de una identidad artística
independiente de la visión de Hollywood, buscando reivindicar y dar a conocer
la lucha mexicana social dentro de las geografías del país del norte.
“A
diferencia del cine comercial, el producido por migrantes mexicanos en Estados
Unidos da voz al valor artístico de su gente y manda un mensaje político,
económico y social. Estoy muy contento de traer esto al CUEC, porque es un
curso pionero, que nunca se había hecho en México y qué mejor espacio que la
UNAM”, dijo.
Documental
chicano nunca visto en México
Entre
los temas que guiarán el programa de La pantalla de bronce está la producción
de documentales mexicoamericanos que, para Maciel, es el bastión más creativo
del movimiento que nos habla de lo que sucede con la comunidad en época actual,
y de donde han surgido importantes directoras con una línea dura de trabajo.
“Yo diría que más del 80 por ciento de los documentales que voy a mostrar en mi
curso no se han visto en México”, agregó.
De
la documentalista Cristina Ibarra se revisará Las Marthas (2013), filme que nos
lleva a Laredo, Texas, en medio de la celebración anual del nacimiento de
George Washington, para seguir la pista de dos jóvenes chicanas, Laurita y
Rosario, que se preparan para un ritual de iniciación, como debutantes para la
Sociedad de Martha Washington, fundada en los años 30 del siglo pasado.
Maciel
retomará también la obra de documentalistas como Lourdes Portillo, quien en
1994 filmó El diablo nunca duerme, obra experimental y difícil de ver, armada a
partir de relatos familiares y llamadas telefónicas, explicó. También mencionó
a Héctor Galán, autor de Los hijos del gigante (2015), como uno de los chicanos
más prolíferos del género. De quien revisará en clase La historia chicana de
los derechos civiles del movimiento mexicoamericano (1996).
Clásicos
chicanos
Desde
su perspectiva de mexicoamericano originario de Los Ángeles, California, hijo
de padres mexicanos e investigador con una amplia trayectoria, David Maciel
concibe al cine chicano como el resultado estético de la lucha del movimiento
de migrantes, que se remonta a los años 60. Fueron los cronistas fílmicos de
nuestro movimiento social, cineastas que salieron a las calles armados con sus
cámaras para documentar la lucha chicana, realizadores que desde la ficción o
el documental han sabido captar la esencia.
En
el curso se profundizará sobre el contexto y los medios que los chicanos
emplearon en los inicios de su cine para romper estereotipos negativos o
“clichescos” de la gran pantalla estadounidense: como el greaser, el bandolero,
la femme fatale o el mafioso.
“Cineastas
como Luis Valdez, Gregory Nava, Chech Marin o, recientemente, las
documentalistas como Nancy de los Santos, con su filme Lalo Guerrero (2006),
sobre el pionero de la música chicana, muestran la otra cara del EU mexicano,
con personajes más complejos, menos caricaturizados, más reales”, señaló.
A
lo largo de las sesiones también proyectarán clásicos como Yo soy chicano
(1972, Jesús Salvador Treviño), Yo soy Joaquín (1969, Luis Valdez), Chicano
Park (1989, Marilyn Mulford), entre otros. Maciel adelantó que se estudiarán
otros fenómenos dentro del cine chicano, como la obra hollywoodense de Robert
Rodríguez, quien desde su estética particular -en El Mariachi (1992) o ahora en
Machete Kills (2013)- ha creado un retrato polémico aunque no desdeñable de los
migrantes e indocumentados. Se abordarán en las discusiones otros casos
especiales como el de Cesar Chavez (2013, Diego Luna) y Un día sin mexicanos
(2004, Sergio Arau). Y no faltarán cintas emblemáticas como Fiebre Latina
(1981), Selena (1996) o Nacido al Este de Los Angeles (1987, Cheech Marin).
Hacia
el final del curso, los alumnos deberán elaborar una reseña crítica sobre
alguna película o documental chicano. Para mayor información sobre precios,
fechas e inscripciones, consultar en el correo extension@cuec.unam.mx o en la
página del CUEC.
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