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Detectó incumplimientos a su plan de manejo y la falta de bitácoras de
alimentación, veterinaria y calidad del agua.
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Revisión incluyó un catálogo de 1,197 ejemplares vivos, 117 partes y derivados
de taxidermias y los informes anuales del 2011 al 2014.
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En caso Bantú no se encontró evidencia que confirmara que el manejo para su
traslado provocó tensión y en consecuencia su muerte.
La
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) impuso al Zoológico de
Chapultepec sanciones administrativas entre las que incluye una multa por $255,640 pesos debido a
incumplimientos en su plan de manejo aprobado por la SEMARNAT así como a
disposiciones normativas sobre el manejo de mamíferos marinos contenidas en la
NOM-135-SEMARNAT-2004 al no presentar bitácoras de alimentación, veterinaria y
calidad del agua.
Como resultado del Programa Nacional
de Inspección a Zoológicos 2016, dicho parque no acreditó además la legal
procedencia de 2 borregos cimarrón (Ovis canadensis mexicana).
La diligencia que fue realizada el mes
de mayo del 2016, tuvo como objetivo la
verificación del total de la colección de 1,197 ejemplares vivos
correspondientes a 203 especies, no incluyendo la colección del herpetario y
mariposario, que son operados por empresas concesionarias.
Durante ese procedimiento
administrativo, la PROFEPA verificó además 117 partes y derivados, tales como
taxidermias, cráneos y esqueletos, así como los
informes anuales de actividades de los años 2011, 2012, 2013 y 2014.
Así mismo se observó en ese momento
que el área de cuarentena estaba ocupada por animales sanos (por remodelación
de sus encierros originales), al tiempo que los planes de atención a
contingencias y emergencias en materia de fauna silvestre no estaban debidamente
aprobados por la SEMARNAT.
También
se reportó en el área de necropsias y laboratorio la falta de higiene, y restos de sangre y tejidos; un número
significativo de los medicamentos anestésicos estaban caducados; así como el
área de almacén y preparación de alimentos presentaba una gran cantidad de
excretas de roedores.
Por
su parte, el Zoológico de Chapultepec dio cumplimiento al total de las 07
medidas ordenadas, de las cuales 3 se obligaba a su cumplimiento inmediato y 4
en un plazo de 15 días hábiles.
A fin de subsanar las presuntas
irregularidades el zoológico presentó y ejecutó un plan para colocación de
sistemas de marcaje y cumplió con el programa de limpieza en las áreas de
patología, necropsias, hospital, laboratorio, almacén y preparación de
alimentos. Estas acciones fueron verificadas por la PROFEPA, observando la limpieza de las instalaciones.
Los fármacos caducos fueron retirados
de los anaqueles de farmacia, ya no estando a disposición del personal médico;
se le aplicó tratamiento médico a dos ejemplares: una hembra lobo canadiense
que ha sido rehabilitada completamente y un oso de anteojos, que aún recibe
tratamiento para eliminar por completo una alopesia en área abdominal de ambos
lados, así como cadera y extremidades posteriores.
Igualmente, el parque implementó un programa
de control de roedores y fauna nociva, observándose trampas con veneno y reemplazó las lámparas
en el área de preparación de alimentos. Se colocaron además tapetes sanitarios
y mosquiteros en áreas de hospital y necropsias.
Sobre
el caso de la muerte del gorila Bantú, se concluyó que con las evidencias
recabadas y analizadas no se pudo determinar que el manejo aplicado durante el
pretendido traslado, provocó una situación de tensión y por consiguiente la
muerte del ejemplar.
Por
lo anterior, la PROFEPA resolvió que no existe evidencia concluyente para
determinar la responsabilidad administrativa de las autoridades inspeccionadas.
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