jueves, 26 de agosto de 2021

Minuta número 86 Reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México, con mo�vo de la decisión de polí�ca monetaria anunciada el 12 de agosto de 2021

 1. LUGAR, FECHA Y ASISTENTES 1.1. Lugar: Reunión celebrada por enlaces virtuales. 1.2. Fecha de la sesión de la Junta de Gobierno: 11 de agosto de 2021. 1.3. Asistentes: Alejandro Díaz de León Carrillo, Gobernador. Galia Borja Gómez, Subgobernadora. Irene Espinosa Cantellano, Subgobernadora. Gerardo Esquivel Hernández, Subgobernador. Jonathan Ernest Heath Constable, Subgobernador. Rogelio Eduardo Ramírez de la O, Secretario de Hacienda y Crédito Público. Gabriel Yorio González, Subsecretario de Hacienda y Crédito Público. Elías Villanueva Ochoa, Secretario de la Junta de Gobierno. Se hace constar que en fechas anteriores a la celebración de esta sesión, se desarrollaron trabajos preliminares en los que se analizó el entorno económico y financiero, así como la evolución de la inflación, sus determinantes y perspectivas (ver anexo). 2. ANÁLISIS Y MOTIVACIÓN DE LOS VOTOS DE LOS MIEMBROS DE LA JUNTA DE GOBIERNO Entorno Externo Todos mencionaron que la actividad económica global continuó recuperándose, y la mayoría destacó la heterogeneidad entre países debido a la disponibilidad de vacunas, a la evolución de la pandemia y a los estímulos al gasto. Uno detalló que algunos indicadores adelantados sugieren una moderación de la tasa de crecimiento. Consideró que la recuperación debe tomarse con cautela y agregó que el FMI anunció una asignación de Derechos Especiales de Giro por 650 mil millones de dólares para los países miembros. Otro subrayó que la recuperación sigue siendo incompleta, señalando que las cifras de empleo continúan, en general, por debajo de sus niveles previos a la pandemia. Algunos comentaron que para 2021 se prevé el mayor crecimiento para la economía global de las últimas cinco décadas. Subrayaron que se ajustaron al alza las expectativas de crecimiento para las economías avanzadas y a la baja para las emergentes, debido a diferencias en la evolución de la pandemia y en el espacio para proporcionar estímulos al gasto. Uno destacó el cuantioso estímulo fiscal aprobado en Estados Unidos. La mayoría señaló como riesgos para la economía global los asociados a la propagación de la variante Delta. Uno mencionó que las economías menos desarrolladas o más intensivas en mano de obra siguen siendo las más vulnerables. Añadió como riesgos en el corto plazo la posible terminación abrupta de los estímulos monetarios ante los persistentes aumentos en la inflación y el subsecuente apretamiento en las condiciones financieras internacionales, así como riesgos crediticios dados los elevados niveles de endeudamiento gubernamental y corporativo. Todos comentaron que la inflación global siguió aumentando, y la mayoría destacó que en diversas economías esta ya se ubica por encima de los objetivos de sus bancos centrales. Algunos enfatizaron que en Estados Unidos la inflación anual se encuentra arriba de 5%. Uno indicó que las expectativas de inflación para dicha economía han aumentado y que la compensación por inflación a diez años rebasa la meta de 2%. Entre los factores que están influyendo sobre la inflación a nivel global, la mayoría enfatizó las presiones sobre los precios de las materias primas, así como la falta de insumos, problemas logísticos y un desfase temporal entre oferta y demanda que ha ocasionado afectaciones en las cadenas de producción. Algunos agregaron la reactivación de la economía mundial y los estímulos al gasto. Uno mencionó las distorsiones en el mercado laboral y otro, factores climatológicos, tales como sequías. Algunos destacaron que organismos internacionales, bancos centrales y analistas coinciden en que los factores que están afectando a la inflación son transitorios. Uno comentó que las expectativas de inflación de mediano y largo plazos se mantienen ancladas, lo que implica que se anticipa que las presiones sean transitorias. Otro agregó, como evidencia de que las presiones inflacionarias son transitorias, que la dinámica del mercado laboral se mantiene por debajo de los niveles previos a la pandemia y la caída en la tasa de participación laboral. Consideró que los factores que están presionando a la inflación no pueden operar indefinidamente y que se contraponen con los determinantes estructurales de la inflación, como la globalización y el cambio tecnológico. Agregó que la mayoría de las autoridades monetarias a nivel internacional han optado por comunicar la naturaleza de las presiones inflacionarias y sus perspectivas de política monetaria, para contribuir a la formación de expectativas propicias para la convergencia paulatina de la inflación durante el próximo año. Uno argumentó que se anticipa que conforme avance el proceso de normalización económica, aumente la producción mundial de materiales e insumos, se restablezcan las cadenas globales de valor y comiencen a ceder las presiones sobre los precios. Otro señaló que la economía global pasó de un cierre abrupto de actividades, que llevó a las empresas a compactarse, a un escenario de expansión vigorosa del gasto, con una recuperación irregular y con significativas afectaciones en la producción. Destacó la desaceleración reciente en la producción industrial, especialmente en aquellos sectores manufactureros con una cadena de suministro muy extendida, lo cual ha propiciado múltiples cuellos de botella en la producción y afectaciones en precios. Agregó que las disrupciones ocasionadas por la pandemia son muy distintas a las observadas en otras crisis, lo que ha complicado identificar sus efectos de corto y mediano plazos. Mencionó que las previsiones de actividad, inflación y morosidad no han capturado adecuadamente los efectos de la pandemia y los retos de la coyuntura actual. La mayoría resaltó que los bancos centrales de economías avanzadas mantuvieron su estímulo monetario. Algunos opinaron que las posturas acomodaticias son reflejo de que dichas instituciones consideran que las presiones sobre los precios son transitorias. La mayoría destacó que la Reserva Federal mantiene una postura acomodaticia, pero con la posibilidad de disminuir próximamente sus compras de activos. Uno señaló que esta institución anunció que mantendrá el estímulo hasta que se observe un mayor avance en el cumplimiento de sus mandatos. Agregó que, ante diversas declaraciones de sus miembros y en un entorno de alta incertidumbre, los mercados financieros anticipan que la Reserva Federal anuncie la reducción de sus compras de activos este año y que inicie con el incremento de tasas de interés durante 2022 o 2023. Otro resaltó la fuerte disminución en la expectativa para la tasa de fondos federales al cierre de 2024, que repercutió en las tasas de largo plazo de economías avanzadas. Ahondó en que la estrategia de comunicación efectiva, sostenida y coherente de la Reserva Federal ha contribuido a que los participantes en el mercado asimilen el tono altamente acomodaticio de su nueva estrategia de política monetaria, permitiendo que las noticias en torno al programa de compras de activos tengan un impacto limitado sobre los mercados financieros. Algunos notaron la importancia de monitorear las decisiones de la Reserva Federal. Uno enfatizó que es necesario anticipar adecuadamente cómo evolucionará el equilibrio entre su objetivo de no inhibir la recuperación económica y del mercado laboral con la necesidad de enfrentar presiones inflacionarias no observadas en décadas, así como las dificultades en el manejo de su hoja de balance, lo que podría incidir en un retiro anticipado de su estímulo monetario. Algunos agregaron que el Banco Central Europeo anunció un objetivo simétrico de inflación, indicando que esta podría permanecer por encima de 2% por algún tiempo. Uno puntualizó que este nuevo paradigma de política monetaria, al que se han sumado la Reserva Federal y el Banco Central Europeo, permitirá que las tasas de interés de economías avanzadas permanezcan en niveles bajos por un periodo más prolongado. Otro señaló que, a pesar del compromiso de los bancos centrales de economías avanzadas, excepto Canadá, de mantener posturas acomodaticias por un tiempo prolongado, ante la mayor inflación ha surgido entre analistas la preocupación de que transiten a una postura más restrictiva antes de lo previsto. Algunos apuntaron que aquellas economías avanzadas que antes y durante la pandemia observaron niveles de inflación por debajo de sus metas cuentan con más espacio de maniobra y tiempo para comenzar a retirar sus estímulos. Uno detalló que en Estados Unidos ello obedece a factores estructurales, incluyendo demográficos, que han contribuido a reducir la inflación, el crecimiento potencial y la tasa de interés neutral, lo que les permite ser más pacientes en retirar el estímulo monetario. Añadió que en dicha economía también se prevé que el crecimiento económico atípicamente elevado sea transitorio, lo cual ha mantenido las tasas reales de interés en niveles reducidos e incluso negativos a lo largo de toda curva de rendimientos. Otro argumentó que aquellas economías que durante la crisis sanitaria registraron inflaciones consistentemente por encima de sus metas enfrentan mayores restricciones y deben actuar de manera rápida y contundente para lograr la convergencia de la inflación a sus metas y preservar su credibilidad. Uno comentó que este entorno de ajuste gradual, y de recuperación económica heterogénea y con mayores presiones inflacionarias, implica retos y riesgos considerables que reducen el margen de maniobra de política fiscal y monetaria en las economías emergentes. Destacó que es necesario propiciar un ajuste ordenado y evitar la contaminación de la formación de precios, así como evitar ajustes abruptos de portafolio y salidas de capital.

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