Por Jorge Fernando Bayá (*)
Imagine
su empresa, compra un pasaje aéreo a su principal ejecutivo
para asistir a una importante reunión de negocios. El pago se realiza
con la tarjeta de crédito corporativa y el pasaje es emitido por la
agencia de viajes. La solicitud genera el registro del gasto
directamente en el sistema de la empresa. Al mismo tiempo,
la habitación se reserva a través de un portal en línea, que
intercambia información con el hotel para comprobar la disponibilidad de
vacante, mientras que este último bloquea la habitación para esa fecha.
El
check-in en el aeropuerto y en el hotel son hechos por el celular.
Al subir a la habitación, el huésped no tiene llave o tarjeta. Un mando
del teléfono móvil abre la puerta. Como ya es huésped frecuente, el
hotel ha registrado sus hábitos de consumo y envía un SMS con una oferta
de la tienda ubicada en el vestíbulo. Al pedir
la cena en la habitación, el huésped envía un mensaje directamente a la
cocina del hotel, ganando tiempo y eficiencia en el servicio.
Los
datos sobre las solicitudes y el comportamiento del huésped
se almacenan para generar nuevas ofertas personalizadas a través de un
CRM impulsado por un programa robusto de data analytics. Cuando vuelve
de viaje, el usuario realiza cuentas automáticamente en el sistema de
control de viajes de la empresa, lo que ayuda
a racionalizar los gastos de viajes corporativos.
Esto
es sólo una muestra de la experiencia de un viajero en el
futuro próximo. En realidad, algunas de estas innovaciones ya están
disponibles. Al final, la revolución digital cambió el comportamiento
del consumidor en todos los sectores y no sería diferente en la
industria del turismo. ¿Dudas? Entonces trate de recordar
cuándo fue la última vez que compró físicamente un pasaje aéreo.
(*)
Jorge Fernando Bayá, Director Regional General para Mercado
Internacional de TOTVS y Director de TOTVS CMNet para el Sur de América
Latina
Acerca de TOTVS
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