PALACIO NACIONAL, 11 de enero de 2017.
Nuevamente, quiero saludar de manera muy
particular a las y los Embajadores y a los Cónsules, y miembros del Servicio
Exterior Mexicano, en este encuentro, que ya se ha convertido en una tradición
de cada año, al inicio, precisamente, de cada año.
Y quiero saludar la presencia de muy
distinguidos representantes, tanto del ámbito público como privado, que hoy nos
acompañan, en este encuentro, particularmente, al presidente de la Mesa
Directiva del Senado de la República, y a quienes han sido cancilleres de
nuestro país, y que hoy aquí, gentilmente nos acompañan.
Al Presidente del Consejo Coordinador
Empresarial.
A los señores Gobernadores que están entre
nosotros; al Presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores.
Y a Embajadores eminentes que hoy están aquí,
entre nosotros.
Saludo a legisladores que también hoy nos
acompañan.
A miembros y representantes de asociaciones
privadas, del sector privado, del sector empresarial, que están entre nosotros.
A los integrantes del Gabinete, que estarán
departiendo con nuestros Embajadores y Cónsules en las distintas mesas.
Particularmente, agradezco al señor General
Secretario de la Defensa y Almirante Secretario de Marina, que se incorporan a
este encuentro de acercamiento y de diálogo, con quienes son la voz y
representantes de México en el mundo.
Quiero agradecer la presencia de los señores
representantes de los medios de comunicación.
Señores y señores:
Es un especial gusto para mí reunirme con los titulares de las
representaciones de México en el exterior y con miembros del Servicio Exterior
Mexicano al inicio de este año 2017, en lo que ya es el quinto año de Gobierno
de esta Administración.
El año que recién culminó fue de contraste y asombro a nivel global.
Hubo momentos extraordinarios y emotivos,
como la contención del Programa Nuclear en Irán, el júbilo deportivo en las
Olimpiadas de Río de Janeiro, y la entrada en vigor del Acuerdo de París sobre
Cambio Climático.
Pero 2016, con muchos de ustedes como testigos presenciales, fue también
escenario de destacados acontecimientos, como el Brexit, las elecciones en
Estados Unidos o la emergencia desatada por el virus del zika; la partida de
dos líderes emblemáticos: Shimon Peres y Fidel Castro; y el final del
prolongado conflicto armado en Colombia, nos recordaron que el Siglo XX fue uno
de resplandeciente luz, pero, también, de momentos muy sombríos para la
historia de la humanidad.
2016 tampoco estuvo exento de confrontaciones y pérdida de vidas
humanas, entre varios otros, la ola de condenables ataques terroristas en
Europa: Bruselas, Estambul, Niza y Berlín; la guerra en Siria y diversas crisis
de migrantes, implicaron grandes desafíos para alcanzar el mundo de paz que
todos anhelamos.
En estos y en otros sucesos de trascendencia, el mundo fue testigo de
cómo los distintos países aprovecharon las oportunidades y encararon los retos
que la historia les impuso.
Así, también, el mundo voltea hacia México para ver cómo enfrentamos
nuestros desafíos, y la manera en que aprovechamos nuestras ventajas.
Esto es lo que define cómo nos ven en el
exterior.
El mundo voltea a ver a México y a los mexicanos, y por eso es que
debemos aprovechar nuestro legado histórico y cultural, nuestra posición
geográfica y recursos naturales; el espíritu y las capacidades de nuestra gente
para promover desarrollo, lograr una convivencia de respeto a las libertades y
a los derechos, lo mismo que para actuar con responsabilidad global.
Así, y hay que decirlo abiertamente, el mundo reconoció a nuestro país
por el conjunto de reformas estructurales que, entre todos, logramos concretar,
y que hoy están implementándose.
Hoy, el mundo reconoce a México por esa capacidad, por esa capacidad de
cambio; por su determinación para transformarse y evolucionar.
Ahora, en el momento actual, el mundo también está pendiente de cómo
reaccionamos ante dos nuevos desafíos: el de dejar atrás un viejo esquema para
determinar el precio de las gasolinas y el de iniciar una nueva etapa en
nuestra relación con los Estados Unidos.
En cuanto al precio de la gasolina, el mundo está observando cómo
abordamos una decisión difícil e impopular; pero, al mismo tiempo,
impostergable.
Se trata, además, de un proceso por el que
muchos países ya han transitado, por lo que hay especial comprensión de la
magnitud del reto.
En unidad, nosotros, y sólo nosotros, respetando la pluralidad y la
diversidad de opiniones que nos caracterizan, debemos ser capaces de superar
diferencias para proteger lo mucho que hemos construido en años de trabajo y en
décadas de esfuerzos.
El segundo reto, de mucho mayor trascendencia y complejidad que el
aumento del precio a la gasolina, es el inicio de una nueva etapa de relaciones
bilaterales con Estados Unidos de América.
Ahí, el mundo verá en México a un país que,
con audacia y pragmatismo, privilegia el diálogo y el entendimiento para lograr
beneficios concretos para los mexicanos.
Impulsaremos una negociación abierta y completa. Todos los temas que
definen nuestra relación bilateral están sobre la mesa, incluyendo seguridad,
migración y comercio.
En ningún momento aceptaremos nada en contra de nuestra dignidad como
país, ni de nuestra dignidad como mexicanos.
No son negociables principios básicos, como nuestra soberanía, el
interés nacional y la protección de nuestros connacionales.
Es evidente que tenemos algunas diferencias con el próximo gobierno de
Estados Unidos, como el tema de un muro, que México, por supuesto, no pagará.
Lo que sí puedo asegurarles es que vamos a trabajar para tener una buena
relación con los Estados Unidos y con su Presidente. Una relación que sea buena
para México y buena para los mexicanos.
Para México, cualquier negociación con Estados Unidos debe incluir los
siguientes objetivos, y así lo preciso, estos son los objetivos que deberemos
alcanzar en el próximo acuerdo con el Gobierno o el próximo Gobierno de los
Estados Unidos:
En primer lugar. Estados Unidos debe asumir un compromiso de trabajar de
forma corresponsable para detener el tráfico ilegal de armas de Estados Unidos
a México, así como para frenar el dinero de procedencia ilícita que reciben las
organizaciones criminales en nuestro país.
Debemos lograr que cualquier repatriación de personas indocumentadas
continúe de manera ordenada y coordinada, garantizando un trato humano y el
respeto a los derechos de los migrantes mexicanos.
Ambos países tenemos una responsabilidad compartida sobre el creciente
flujo de indocumentados extranjeros que cruzan el territorio mexicano, en su
afán de llegar a Estados Unidos.
Esto genera presiones migratorias para
nuestro vecino del Norte y retos para México, como la actual estancia en el
país del orden de cuatro mil 500 haitianos en esa condición.
México buscará incrementar la inversión en infraestructura y tecnología
para que nuestras fronteras sean más seguras, modernas y eficientes.
Ello facilitará aún más el comercio bilateral
y reducirá los tiempos de espera en los cruces fronterizos.
Y algo muy importante: mantener el libre
flujo de remesas de nuestros connacionales en Estados Unidos, que sumaron ya
más de 24 mil millones de dólares a noviembre del año pasado.
De estos recursos depende el sustento de millones de familias mexicanas,
principalmente de bajos recursos.
Con respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte,
buscaremos acuerdos que den certidumbre a la inversión y al comercio entre
México, Canadá y Estados Unidos, y que esta certidumbre se extienda a las
empresas que han elegido a nuestro país como destino de inversión y plataforma
productiva y de exportación.
Vamos a defender las inversiones nacionales y extranjeras en México.
Vamos a asegurarnos de que México siga siendo
un destino confiable y atractivo para invertir.
Concretamente en esta materia, deben existir reglas claras, para que
continúe el flujo de capitales en la región.
Rechazamos cualquier intento de influir en las decisiones de inversión
de las empresas, con base en el miedo o en amenazas.
También debemos lograr acuerdos para proteger los empleos actuales y
crear nuevas fuentes de trabajo y mejorar los salarios.
La complementariedad de los procesos productivos entre los tres países
que integramos la región del TLCAN, es una de nuestras mayores fortalezas.
Por ello, trabajaremos para que continúe el esquema de libre comercio y
la integración productiva entre los tres países de la región del TLC; así como
para fortalecer la competitividad de América del Norte, con pleno respeto a las
reglas de comercio internacional.
Adicionalmente, debemos modernizar nuestro marco comercial para incluir
nuevos sectores, como telecomunicaciones, energía y comercio electrónico.
Lo reitero. Negociaremos con seguridad en nuestras fortalezas y con
sentido práctico, promoviendo siempre los intereses de México y de los
mexicanos.
En Norteamérica, como en el resto del mundo, México cuenta con la voz
fuerte, clara y experimentada de nuestros Embajadores, Cónsules e integrantes
de nuestro Servicio Exterior.
Además de norteamericanos, somos una Nación orgullosa y estrechamente
vinculada a América Latina y el Caribe.
En la región, especialmente en Centroamérica, fortaleceremos nuestra
presencia como un actor propositivo en temas de interés común, como desarrollo,
integración económica, migración y seguridad.
México profundizará su vinculación con países, con los que no habíamos
sostenido acercamientos óptimos, para lo que ahora se presentan oportunidades,
como Argentina y Brasil; al tiempo que continuaremos construyendo logros
concretos con las naciones que integramos la Alianza del Pacífico.
Brindaremos especial atención a Europa, continente donde se nos valora
como un socio confiable y aliado en una amplia agenda de temas, y daremos
prioridad a la actualización del Acuerdo Global México-Unión Europea.
En un entorno internacional que cuestiona la efectividad de la
globalización, para generar bienestar a nuestras sociedades, para la Unión
Europea y México es prioritario concluir con celeridad estas negociaciones y
tengamos como meta concretarlo en los próximos 12 meses.
Asia-Pacífico es la región económica más dinámica del mundo y un punto
medular en nuestra estrategia de diversificación económica y política.
Ahí se encuentran seis países del Grupo de
los 20, y cinco de nuestros 10 principales socios comerciales: China, Japón,
Corea, Malasia y Taiwán.
No podemos quedarnos fuera de los beneficios que ofrece el dinamismo de
la región. En consecuencia, trabajaremos para diversificarnos aún más y
fortalecer nuestra integración con esa parte del mundo.
En Medio Oriente capitalizaremos la histórica Visita de Estado, que
realicé en 2016 a la Península Arábiga, que para el caso de Qatar y los
Emiratos Árabes Unidos fue la primera de un Jefe de Estado mexicano.
Aprovecharemos los acuerdos de cooperación y contratos comerciales
alcanzados, para captar inversiones, a partir de los fondos soberanos de esos
países, y para que empresas mexicanas accedan a los mercados de la región.
Con África no tenemos aún el nivel de acercamiento que corresponde al
potencial de nuestras relaciones, y que es fundamental para proyectarnos como
actor con responsabilidad global.
Dentro de las restricciones que implica el Programa de Austeridad
Económica debemos encontrar mecanismos innovadores para incrementar nuestra
presencia y las oportunidades de comercio, inversión y cooperación.
En el ámbito multilateral, México
aprovechará las oportunidades para fortalecer la gobernanza global.
Este año, México será sede de la Asamblea
General de la Organización de los Estados Americanos.
En este foro promoveremos condiciones para que el organismo promueva la
construcción de un hemisferio seguro y en paz.
En materia migratoria deberán sentarse las
bases del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular.
Y en materia de derechos humanos seguiremos
alentando una política de apertura a la observación internacional, que lejos de
debilitarnos nos fortalece y prestigia.
Señoras y señores Embajadores, Cónsules y miembros del Servicio Exterior
Mexicano:
Celebro este emotivo encuentro con
ustedes, además, la primera oportunidad que he tenido hace un momento de tener
un diálogo abierto, mucho más casual, si bien cerrado, pero sí de gran
apertura, y de poder responder algunas interrogantes que había entre varios de
ustedes.
La oportunidad de conocerlos un poco mejor y de interiorizarles aún más
sobre las políticas que viene impulsando el Gobierno de la República.
Quiero aprovechar esta oportunidad para reiterar la bienvenida al nuevo
Canciller, al Secretario Videgaray, quien ha dejado constancia de su vocación
de servicio a México, y que cuenta con todo mi respaldo para cumplir la elevada
encomienda que ahora tiene.
Y quiero hacer aquí también, en este espacio, refrendar, como lo hiciera
hace unos días, mi reconocimiento y agradecimiento a quien fuera Canciller, a
Claudia Ruiz Massieu, quien con especial entrega aportó su talento y
profesionalismo al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Déjenme volver a decirles lo que hace un
momento en privado les compartí, y que lo siento en lo profundo de mi corazón y
de mi ser.
De verdad que estoy profundamente agradecido
con cada uno de ustedes, reconocido de su esfuerzo diario, de su esfuerzo
permanente por ser la voz y la representación de México en la geografía
mundial, en los países en donde México se hace presente, a través de ustedes,
donde se promueve y se da a conocer nuestro país, a partir, justamente, del
trabajo y el compromiso de cada uno de ustedes.
Los países, como las personas, se definen por sus acciones, por la forma
en que enfrentan las adversidades; los desafíos y las coyunturas que, a
personas y a países, nos toca vivir.
Tengo plena confianza en que, inspirados en la unidad de los mexicanos,
ustedes seguirán haciendo la parte que les corresponde para enaltecer la
imagen, el prestigio y la grandeza de nuestro país en el mundo.
Por eso es que hoy reitero con ustedes mi gratitud, mi reconocimiento y
que sepan que, desde aquí, siendo ustedes parte de este Gobierno, les estamos
acompañando en ese trabajo que tienen confiado de representar con toda dignidad
a nuestro país y, sobre todo, también de proteger a nuestros connacionales en
diferentes partes del mundo.
Dicho lo anterior, y si me lo permiten, quisiera invitarles a hacer un
brindis, espero que tengan ustedes, quiero invitarles para que hagamos un
brindis, en este encuentro que para mí será siempre memorable.
Y hago un brindis para que 2017
sea un año de éxito, tanto en lo personal, en lo profesional y, muy
especialmente, en la tarea que tienen ustedes confiada.
Para que aportemos toda nuestra energía y nuestra capacidad en favor de
la causa que nos convoca a todos: México.
Salud.
+++
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