Uno
de los objetivos que el próximo gobierno federal ha anunciado como
prioridad es un manejo eficiente del gasto público.
Durante
el sexenio 2012-2018, la deuda pública creció 10 puntos del PIB, un
monto mucho mayor que el observado en los sexenios previos. A pesar
de este incremento, sólo 56 centavos de cada peso son destinados hoy
a la inversión pública.
De
igual manera, en los últimos 6 años, se ha incrementado en más de
14 veces lo aprobado para tres programas del Ramo 23. Programas sin
reglas de operación clara, ni transparencia en la ejecución de los
recursos.
Esta
situación se replica en casi todos los estados de la República, tal
y como lo evidencia la iniciativa Data
Coparmex, conforme
al cual solo 13 entidades federativas tienen deudas públicas
completamente sostenibles.
La
forma en la que se gestionan las finanzas públicas implica la
adopción de una agenda remedial en la materia, que tendrá que ser
implementada por el próximo gobierno federal, so pena de
experimentar una erosión aun mayor del equilibrio presupuestal.
La
irresponsabilidad con la que se ha gestionado las finanzas públicas
en los últimos años, en los ámbitos federal y de muchos Estados,
plantea la necesidad
de contar con un organismo técnicamente solvente y
responsable que pueda informar y aportar elementos a las discusiones
legislativas en la materia.
Es
por ello que la Coparmex, ha venido planteando y ahora insiste en la
imperiosa necesidad de que se constituya un Consejo Fiscal
Independiente, conformado por especialistas.
El
#ConsejoFiscalQueCuente debe ser un organismo
con capacidad técnica, autónomo y apartidista,
encargado de revisar
el manejo de la política fiscal y difundir
a la opinión pública, los desafíos y problemas en esta materia.
Los
Consejos Fiscales
existen desde hace varias décadas
en países como Bélgica, Dinamarca y los Estados Unidos. A
raíz de la crisis económica mundial del 2008,
se evidenció los peligros de un mal manejo de los recursos públicos,
estos organismos se
han prácticamente triplicado.
En
México contamos
con un organismo que pretende cumplir con algunas de las funciones de
un Consejo Fiscal; me refiero al Centro
de Estudios de las Finanzas Públicas
(CEFP) de la Cámara de Diputados, que en este 2018 cumple 20 años
de existencia.
Desde
su creación, el CEFP ha
tenido un impacto positivo
en el manejo del gasto público y la calidad de la política fiscal.
Es un organismo que ha aportado estudios de alta calidad técnica. La
OCDE lo ha catalogado como un ejemplo para las otras naciones de
Latinoamérica por ser el primer organismo del estilo en la región.
Sin
embargo, contra las mejores prácticas, el CEFP no
cuenta ni con autonomía, ni con independencia plena para su gestión
o paa divulgar sus reportes.
Carece
de un marco normativo adecuado, que lo hace vulnerable a la dinámica
partidista que es propia de la Cámara de Diputados, e incluso, ha
sufrido en momentos embestidas por parte de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público.
En
COPARMEX proponemos
reformar el Centro de Estudios para las Finanzas Públicas
de la Cámara de Diputados, fusionándolo
con la Dirección General de Finanzas
del Instituto
Belisario Domínguez
en el Senado de la República, para conformar un
#ConsejoFiscalQueCuente.
En
ello coincidimos con el Colectivo
#Peso y con la
organización México
Evalúa, y
sostenemos que la eficacia de este organismo depende de que se
cumplan algunas características mínimas.
Primero,
el Consejo Fiscal Independiente debe contar con un marco
legal que le garantice que sea independiente,
tal como ocurre en el 90% de los Consejos Fiscales del mundo.
Este
marco le debe brindar las atribuciones de evaluar la política
fiscal, incluyendo su planeación y desempeño; la elaboración o
evaluación de las estimaciones macroeconómicas y presupuestarias;
el monitoreo del cumplimiento de las reglas fiscales, y desde luego,
el análisis de la sostenibilidad de la política fiscal.
En
segundo
término, se debe permitir que el consejo tenga independencia
para la determinación y divulgación de sus investigaciones,
a las cuales deberá dárseles máxima difusión.
Tercero,
el Consejo Fiscal Independiente debe ser un organismo con plena
autonomía para
elaborar su programa anual
de trabajo y debe contar con un blindaje
en contra de cualquier intervención
de naturaleza política.
Para
ello, y como cuarto
atributo, deberá de contar con presupuesto
protegido en ley,
de tal forma que no pueda ejercerse presión sobre su trabajo por la
vía presupuestaria.
Finalmente,
y como quinto
se deberá garantizar la capacidad
técnica e independencia
política de su personal, especialmente del titular.
De
cara a la nueva realidad política de México, en que el Poder
Ejecutivo Federal contará con la afinidad política de la inmensa
mayoría de ambas cámaras del Congreso, los contrapesos
institucionales serán especialmente necesarios para asegurar
finanzas públicas sanas y un ejercicio eficiente del gasto.
A
la fecha, CEFP no cuenta con el marco legal ni con las atribuciones
necesarias para ser un órgano que haga un contrapeso eficaz. Su
diseño institucional debe evolucionar para dar paso a un
#ConsejoFiscalQueCuente.
Durante
la campaña electoral del Presidente Electo fue cuestionado en los
Diálogos #ManifiestoMéxico y a través de la #PreguntaDeLaSemana,
ambos ejercicios de Coparmex, sobre su postura acerca del Consejo
Fiscal Independiente, y expresó su simpatía para la conformación
del mismo. La misma posición sostuvo ante Coparmex, la Presidenta
del Partido Morena, formación política mayoritaria en ambas Cámaras
del Poder Legislativo.
Con
esos antecedentes, hacemos un llamado al Presidente Electo, así como
a los integrantes de la nueva Legislatura del Congreso de la Unión,
para que analicen a fondo las bondades de esta propuesta.
Estamos
convencidos de que un #ConsejoFiscalQueCuente, sólo puede resultar
en un beneficio para las finanzas públicas nacionales y, con ello,
para la equidad, transparencia y eficiencia del gasto público.
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